Capítulo uno

2519 Words
Elio observaba con detenimiento las gotas que caían por la ventana, eran rápidas y parecían dibujar lagrimas cada que pasaba una, por la mañana había estado ventoso y frio, hasta que durante la tarde se desato el aguacero que no a parado desde entonces. Suspiro observando el plato tapado con comida en la mesa a pocos metros de distancia realizando una mueca casi al instante, no es como si tuviese hambre, de hecho, le parecía un poco nauseabundo ahora estar cerca de ella, pero aun asi se esforzó por prepárala. Había pollo, arroz y… contuvo la leve arcada que sucumbió su estómago en cuestión de segundos, calmándose poco después, las luces de un auto se dejaron ver tenuemente, era el auto de su alfa. Rápidamente acomodo su cabello y un pequeño atisbo de alegría cruzo por sus ojos. Aron salió del auto, su abrigo mojándose un poco antes de que se adentrada a la casa, lanzo las llaves de esta en la mesa cerca de la puerta, a la vez que su omega le ayudaba con la gabardina empapada dejándola en el perchero. Aron agradeció su atención con una sonrisa, un pequeño “gracias” y una leve caricia en las hebras castañas de su esposo. Elio agacho la cabeza en sumisión el calor adorno su cuello.   —¿Te fue bien? — Aron asintió cuando Elio alzo la vista y le miro. Su diferencia de estatura estaba lo bastante marcada, asi que cuando los delgados brazos rodearon su cintura e inhalaron una pequeña cantidad de feromonas el cabello de Elio pico su barbilla, asi que correspondió el amoroso gesto con un pequeño beso sobre este. —Me alegro... —Dijo suavemente, como un susurro, a la vez que se separaba de Aron. — Deje tu comida sobre la mesa, buen provecho. — Le sonrió tenuemente. Aron le miro confuso, antes de cuestionar: — ¿No comerás conmigo? —Elio llevo una de sus manos detrás de la oreja por simple inercia y negó con rapidez. —Ya comí, y estuve yendo de aquí allá toda la tarde, asi que estoy algo cansado —Se rio incómodo. —Ahora que estas aquí, iré a dormir, ¿sí?, disfruta de tu cena. — Diciendo aquello, se acercó una vez más hacia su esposo y beso tiernamente su mejilla, observo su rostro y se marchó de ahí. Aron quien, si noto una pequeña diferencia en el comportamiento de su omega, decidió dejarle solo por un momento y se dispuso a comer antes que cualquier otra cosa, ya tendría tiempo después. Elio cerró la puerta tras de sí, mientras se quedaba parado un momento contemplando la cama a su frente, sus ojos adquirieron brillo y pronto esta vista se vio borrosa, hasta que una lagrima abandono su lagrimal, después otra y otra, muchas de ellas siguieron. Su rostro era neutral, pero su sentir era como un abismo de emociones amargas. Relamió sus labios sintiendo el salado sabor del diluvio de sus ojos. Suspiro lentamente y entonces la yema de sus dedos rozo la marca de acoplamiento ubicada en la nuca. Ardía como una quemadura leve, quizá un poco mas que eso. La dejo ahí mientras se acercaba a la cama y se sentaba sobre el suave colchón, con suerte la quemazón desaparecería en un rato. Sonrió levemente, esta vez con la vista perdida en la alfombra, Aron había regresado con un sutil aroma a lavanda de nuevo, un olor que no pertenecía a ninguno de los dos, era evidente lo que sucedía, Elio no era un estúpido para no notarlo, de hecho, lo sabe desde hace mucho tiempo, parecía un juego donde tenía que fingir su ignorancia mientras la otra persona creía en su idiotez.   Sorbio de su nariz, y deseo reírse, más una mueca fue lo que atravesó su rostro por un breve momento, su mente lo llevo de regreso al pasado, comparándolo con el presente, parecía un cuento de hadas lleno de promesas, ideales e incluso, hermosos príncipes. En algún momento su mano viajo de la cama hasta reposar en su estómago, por lo que sus ojos fueron directo hacia esa dirección. — ¿sabes? —  De repente susurro — No me gusta esconderte — Continuo mientras daba caricias a su vientre aún plano. Cerro los ojos y volvió a suspirar, escuchando no mucho después como alguien toco la puerta de la recamara. — ¿Cachorro? — Elio gimió por la sorpresa y rápidamente se puso de pie, mas no se movió de ahí. — ¿Te encuentras bien? — Aron cuestiono, y aquello le causo un sentimiento confuso. Deseo decir un “No, no lo estoy”, pero de sus labios solo salió un “si” después de un par de segundos, difiriendo por completo de la realidad. La exhalación de Aron atravesó la puerta y le hizo temblar. — ¿Estás seguro? — El alfa no estaba del todo convencido, había un malestar instalándose en su pecho, como una corazonada que podría venir de la conexión que tenían ambos, advirtiendo del malestar del omega. Pese a ello, Elio continuo firme. — Si… — Respondió tragándose el nudo que se formó de cosas por gritar. —  Aunque estoy un poco triste porque volví a ver Hachiko… — Continuo con la evidente mentira, aunque eso basto para convencer a Aron, de hecho, todo parecía verídico para Aron en tanto viniese de la boca de Elio. —Esta bien — Dijo el alfa sin siquiera intentar abrir la puerta. — Me iré a bañar y después vendré a dormir contigo, ¿bien? — Elio relamió sus labios, para después soltar un “bien”, estando de acuerdo con lo antes dicho. … — ¿sabes? —  De repente hablo el otro individuo. — Cada día vez que me reúno contigo, te veo más y más delgado, Elio. —  Frunció el ceño, ignorando su bebida caliente— Dime la verdad ¿has estado comiendo debidamente? — El mencionado apretó los labios, dando una respuesta sin siquiera hacer un sonido. — No es que no quiera, Belt, solo... — Apretó los labios una vez más antes de continuar. — Vómito cada bocado, a veces con solo el olor es suficiente para querer vaciar todo lo que tengo en el estómago. — Tomo un poco de Jugo con una expresión molesta en el rostro. — El jugo es lo único qué retengo. — Admitió con pesar. Beltramo sonrió irritando — Y supongo que Aron aún no sabe de tu estado — Elio se apartó los ojos confirmándolo con solo ese gesto. — No puede ser… — Exclamo con frustración retenida, sin embargo, no dijo mucho más al notar el estado de Elio, este había agachado la cabeza como si estuviese siendo reprendido, y aunque eso era lo que parecía, Beltramo no tenía ese tipo de intención. — Ey... — Le hablo, esta vez con más suavidad que antes. — No te pongas así, no te estoy culpando de nada. — Elio parecía siempre una roca, poco expresivo y muy bueno para ocultar cosas, sin embargo, aquello parecía haber cambiado un poco, porque su cambio de expresión era más marcado, haciendo evidente su estado de animo con solo verle lo suficientemente. — Deberías solo mandar a la mierda a esa alfa — Espeto el otro— Ya son casi dos años, El, en tu posición — Jadeo con molestia, como si se lo imaginase. —  Yo ya le hubiera cortado los huevos lanzándolos al océano sin siquiera tener un poco de piedad, además de asegurarme que un tiburón se los comiera. — Elio tuvo un atisbo de diversión, Beltramo era de esa forma siempre. — Esta bien — Y ahí iba de nuevo, una de las frases favoritas de Elio.  —  Supongo que... un Alfa puede ser lo suficientemente feliz con alguien más. — Suspiro. — Se que el es feliz con aquella persona. — Beltramo sintió la sangre la sangre subir hasta su cabeza, haciéndola hervir ante tal mención, pese a ello se controló, negando con la cabeza, justo ahora había cosas más importantes que hacer que causar una discusión con su mejor amigo. —¿Ya has ido al médico siquiera? — El omega negó con algo de vergüenza, metiendo la pajilla del jugo en su boca y sorbiendo lo poco que quedaba de este. Belt a su frente suspiro frustrado por la insensatez de su amigo. — Entonces iremos ahora mismo. — ¿Que...? — Poco fue lo que Elio pudo hacer cuando Beltramo lo arrastro hasta su auto. — No te preocupes, El — Le sonrió poniéndose el cinturón de seguridad. — Iremos con el mejor médico de la ciudad — En tanto decía eso, tomo su celular e hizo una llamada, agendando una cita lo más pronto posible. Elio decidió no quejarse sobre ello, en cambio, agradeció a su preocupado amigo, mientras el automóvil se ponía en marcha. …   —Weber, Beltramo Weber, tengo una cita — Le dijo este a la enfermera encargada, esta al ver al beta simplemente asintió para llamar al médico, mientras Elio miraba a su alrededor, varios omegas embarazados esperaban lo que el supuso su cita, sonrió al ver a los alfas a su lado. “Parece sentirse bien” Estaba en la naturaleza dominante-pasivo, el desear cercanía y protección, como si de un cachorro se tratase. — El obstetra les atenderá pronto. — Luego de dar una amable sonrisa a la encargada, Beltramo tomó de la mano a Elio y lo guio por el pasillo. De hecho, tenia que esperar un rato para ser atendidos, pero Belt no contaba con tanto tiempo hoy, asi que decidió apresurar las cosas.   — El, ¿recuerdas a mi hermano menor? — Elio hizo memoria, de hecho, él nunca lo conoció, pero si sabía del hermano de Beltramo, aquel que se fue de Estados Unidos persiguiendo su sueño de ser medico a un país a******o, por lo que asintió no mucho después. — Bueno, aunque me cueste admitirlo, el mocoso se ha convertido en un excelente médico. — Elio parpadeo ante el ceño fruncido de su amigo, deseando reír un poco, era como un niño pequeño. Entonces todo cobro sentido una vez que, al llegar a la puerta, la placa dijese "Dr. Weber”. No fue necesario el tocar, una enfermera había abierto la puerta dejando ver el interior. — Oh, lo siento… pero el doctor esta en un pequeño receso justo ahora. — Con amabilidad aviso ella, pero aquello no pareció importarle mucho a Beltramo, quien alcanzo a ver al evidente alfa detrás del escritorio y no dudo en llamarlo: — Leo — Al pronunciar el diminutivo, el alfa alzo el rostro, ojos oscuros, cabello n***o, llegando al azabache, a simple vista, su penetrante aura intimidaba, pero irónicamente también transmitía confianza. Leonard suspiro con cansancio, observo a la enfermera y asintió dejando de escribir, ella entendió que estaba bien, asi que dejo pasar a los dos individuos antes de cerrar la puerta dejándolos dentro del consultorio. La presencia de su hermano no le sorprendió, pero si la de la otra persona, fue instintivo el observarlo, y placentera la sensación que acompaño el choque de sus ojos. Estaba en la naturaleza sentirse atraídos de inmediato. —  Mira, él es Elio Arrieta, ¿recuerdas que te hable sobre él? — Pero Leonard apenas si asintió ante lo dicho por su hermano, era como si estuviese embelesado, se encargó de observar al omega, porque estaba seguro que lo era, aunque no pudiese sentir su olor, probablemente por alguna supresor. En cambio, Elio prefirió ignorar la sensación electrizante que su cuerpo experimentaba, extendiendo su mano ante el anonadado alfa a su frente. — Es un gusto conocerlo, doctor — Le sonrió y Leonard juro sentir un pequeño sollozo de alegría por parte del animal durmiente dentro suyo. Recomponiéndose, se paró de la silla correspondiendo y estrechado la mano del otro. — Es...es un gusto igual — Cuando su mano se apretó sobre la del omega en son de saludo, nuevamente aquella sensación chocante se hizo presente, ocasionando una nueva inquietud en el lobo que reposaba dentro suyo. Elio soltó con lentitud la mano del alfa, sintiéndose raro y de alguna forma, desagradable, culpable por la situación y la complejidad de las emociones. — Bueno… ¿En qué puedo ayudar? — Cuestiono Leonard, omitiendo las demas cuestiones e intentando no intimidar más de lo que había hecho al omega. El no solía comportarse de esa manera y ciertamente le estaba extrañando en sobre manera su estado. — Bueno, Elio necesita un obstetra y pensé inmediatamente en ti. — Tan pronto como dijo eso su hermano, el alfa comprobó que estaba más extraño que nunca. —¿Estas embarazado? — Pregunto sin medir la manera en que lo soltó. La expresión en su rostro era patética, como la de una persona que perdía la ilusión ante algo. Elio asintió, repentinamente apenado, la situación también era un poco vergonzosa para él, todavía no se acostumbraba del todo al que se refirieran a él como alguien en cinta. El animal dentro de Leonard volvió a removerse, esta vez no estaba emocionado, más bien, parecía de alguna forma herido. Aunque aquello fue suficiente para que Leonard dejase de lado el "deslumbre" momentáneo que había sentido por el omega, y adoptando la posición que tuvo que tener al inicio, comenzó examinarlo, cuestionar y responder sobre todo lo referente a los pocos meses de estado. — Tienes síntomas de desnutrición, no te has alimentado bien — Dijo anotando una receta. —  Ya me has explicado que no puedes retener nada, pero... Bueno — negó con la cabeza — Te recetare unas pastillas para ayudarte con las náuseas, no puedes estar sin comer, eso es malo para ti como para el bebé. Fue Belt quien tomo la receta que Leonard extendió. — También la compañía de tu... de tu alfa ayudara mucho al desarrollo del embarazo —Oh, vaya, el había tartamudeado un poco, tal parecía que el deslumbre, como decidió bautizarlo, continuaba causando estragos. ¿Era porque el omega estaba enfermo a plena vista?, quizá solo deseaba ayudarlo y cuidarlo, podría ser una opción. Ningún alfa es indiferente a un omega herido o enfermo. Al observar de nuevo, los ojos de Elio solo le llamaron más, como si estuviese pidiendo consuelo. Aparto la mirada tan pronto como le vio tocar su nuca, probablemente el lugar donde reposaba la marca de acoplamiento. — Programare tu primera cita para el día doce, ¿te parece? — Elio estuvo de acuerdo con ello, por lo que Leonard le sonrió con amabilidad. — Me aseguraré que se las tome y de que se alimente bien — Fue Belt el que hablo. —  Gracias, Leo. — Si, muchas gracias — Sonrió Elio, por lo que Leonard también lo hizo y asintió no mucho después. Tras una breve despedida el par de amigos se fue y Leonard logro despejar su mente, aunque la sensación continuaría causando estragos en su vida de ahora en adelante.   
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD