Capítulo dos

1340 Words
Nuevamente Elio contemplaba el plato de comida a su frente, mientras podía sentir su estómago rugir, asi que bajo la atenta mirada de Beltramo comenzó a comer. —Bien, así me gusta —Sonrió entonces el beta y Elio le devolvió la sonrisa, era hilarante la manera en la que Beltramo cuidaba de él, si bien el, Beltramo, de ahora cabello rojizo, era mal hablado y hasta cierto punto un "chico malo", no había duda que Elio era alguien muy importante para él, desde que ambos eran unos mocosos de nueve y ocho años, respectivamente, su amistad comenzó simple, pero llegaron hasta el punto del hoy, donde son inseparables, siendo adultos, parecía que el tiempo y las cosas continuaban intactas entre ellos, aunque su alrededor había cambiado desde hace mucho. —¿No contestaras? —Pregunto el omega al notar que evidentemente Beltramo ignoro la llamada que entró hace algunos segundos. —No —Resoplo con cansancio—Es David— Elio rodo los ojos y dejo el tenedor sobre la mesa. —¿Y ahora que hizo? —Cuestiono divertido. El beta le miro molesto. —Se atrevió a montarme una escena de celos en la empresa, solo porque según él, Minho mi asistente estaba muy cerca, ¿puedes creerlo? Elio frunció el ceño. —¿Qué Minho no está casado? —Belt hizo un ademán con las manos señalando lo que era obvio— Ya dile que si te vas a casar con él y asunto arreglado. Y es que YoonGi sabía que los celos de su "cuñado" eran por la simple razón de que, su amigo le había dicho que aún no era tiempo de casarse, y siendo David un alfa acoplado a un beta, la inseguridad era parte de su día a día. —Ya te dije que aún no, Eli—Se refregó la cara con cansancio— Me casare es evidente— Admitió Beltramo cuando la ceja de su amigo se alzó. —Pero aún no, tengo otras cosas en mente. — Suspiro. —¿Cosas como...? —Animo a que continuará, entonces el beta alcanzo su mano para acariciar sus nudillos, cosa que hacían ambos para demostrarse apoyo. Entonces Elio lo supo y el pelirrojo lo confirmo. —Cosas como, cuidar de ti, de mi sobrino y hacer que mandes a la mierda a ese alfa—Los ojos del mayor brillaron en furia, era evidente el odio que Beltramo guardaba para Aron. Elio apoyo su mano en la contraria, acariciándola sonrió con nostalgia. —¿Cuánto más hablaremos de esto? —Pregunto suavemente. —Las veces que sean necesarias, Elio—Gruño el beta. No lo entendía, el realmente no comprendía a Elio, tan solo debería dejar a ese estúpido alfa que no hace más que lastimarlo. —Es mi alfa... Se que está mal, pero...—Suspiro ordenando sus ideas, nuevamente comenzaba a sentirse algo mareado. —Solo un poco más de tiempo, entonces lo dejare libre. —Si tu padre se entera… —Pero no se enterará—Le interrumpió rascando su oreja con nerviosismo —Ellos no deben enterarse de nada, tu no se los dirás y yo tampoco, ¿verdad? Beltramo volvió a gruñir en desacuerdo, Elio solía valerse por sí mismo, ocultando cosas, incluso la infidelidad de su alfa, el beta casi le arranca la cabeza a Aron cuando lo encontró con aquel omega, sin embargo, prefirió correr a decirle a Elio, ignorando por completo que el único ignorante era el, grande fue su sorpresa al enterarse que Elio ya lo sabía. —Termina de comer, te llevaré a casa—Elio le guiño el ojo en son de juego, Beltramo hizo lo mismo, riendo al final. > …. —Entonces no llegaras esta noche— Elio mordió la carne inferior de su labio mientras en la otra línea Aron afirmaba su comentario. —Tuve algunas reuniones, aun me falta un poco, además que se debo archivar ciertas cosas y unos papeles de otros bajo mi supervisión. — Observo la mesa puesta suspirando, entonces pregunto: —¿No puedes...? Venir a casa y luego yo te ayudaría con los últimos archivos...— Elio era conocedor de varios ámbitos al respecto, por lo que, en un pasado, el era de utilidad para su esposo. —No, no creo que sea buena idea—Entonces Elio apretó los labios. —Lo entiendes ¿verdad?, cachorro, ¿estás ahí? — Llevo su mano hasta el plano vientre debajo de su camisa y lo acaricio por mero instinto. —Está bien, lo entiendo, —Aron desde la distancia, pudo percibir un malestar punzando en su pecho, sin embargo, ignoro este, como siempre sucedía. — No olvides...— Suspiro el pálido chico — no olvides cenar. —No lo olvidare, cachorro, nos vemos mañana, Te amo — No te creo, por favor no me mientas, ese era el sollozo que su animal interior profesaba, y al responder un "yo también" finalizo la llamada, con un sabor amargo ante aquel apodo que desde hace tiempo comenzaba a desagradarle en demasía. Contuvo unas enormes arcadas, hasta que no fue más capaz de hacerlo, y término vomitando a solo pasos del baño, se dejó caer con suavidad al suelo luchando para que el mareo pasara. > Más otra nueva arcada lo hizo cerrar los ojos. > Entonces después de un rato, pudo levantarse y tomarse una de aquellas pastillas que el hermano de Belt le había recetado. Observo la comida en la mesa y su estómago se revolvió furiosamente. —Creo que el leoncito, no me dejara comer hoy tampoco —Se sobo cariñoso el vientre —Iremos a dormir...papá...—Negó con la cabeza—Tu padre quizás este feliz cuando te conozca... Pero mami...yo estoy muy feliz justo ahora. Elio limpio entre charlas vagas con su bebé aún en su vientre. Se durmió contando pequeñas anécdotas y prometiendo que cuando naciese, él se encargaría de minarlo como aún príncipe o princesa, su omega ronroneaba contento al pensar en su cachorrito. El instinto materno de un omega era impresionante. La marca en su cuello continuaba ardiendo, como desde hace tiempo sucedía, por lo que no se quejó demasiado. Observo la ventana sonriendo con un poco de tristeza cuando la luna se dejó ver afuera. > El de verdad comenzaba a preguntarse en ello. —Pero está bien...estamos bien—Abrazo su vientre, mas que protegiendo a su cachorro, protegió sus emociones. A unos kilómetros de distancia, tal parecía que Leonard también contemplaba la luna y sonreía. —Creo que es algo injusto—Susurro para sí mismo. … —Buenos días, Elio—El mencionado le sonrió —¿Cómo amaneciste? —Creo que tengo algo de sueño—Río rascando su oreja—Pero veo que tú estás muy feliz. — Le aludió. Entonces el otro omega se sonrojo. —Creo que sí, estoy algo feliz— le volvió a sonreír. —Me alegró por ti, ¿me podrías dar las llaves del almacén?, es que quisiera sacar unas partituras que deje ahí, para la clase de hoy y SeokJin me dijo que tú las tenía—El omega asintió y con rapidez le dio las llaves al pálido. —Ten un buen día, Elio— El mencionado sonrió por última vez hacia él. —Espero sigas conservando esa sonrisa— Elio dijo y el contrario se volvió a sonrojo. Elio continuo su camino por la amplia instalación del colegió, abrió el almacén, justo como dijo, saco unas partituras y las observo por un largo rato. —Yo también conservaría esa sonrisa que tienes en el rostro—hizo referencia a el omega que le entregó las llaves. —Si tan solo... No te acostaras con mi esposo. —Sonrió más, sin embargo, pareció más una mueca. está bien>>
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