Amelia salió escaleras abajo completamente indignada con su esposo y llamando al mayordomo le dijo: Reúne a todos los de la casa, quiero verlos a todos ¡ahora! -- Por su actitud las cosas debían tener un carácter de urgencia así que todos corrieron al pasillo que estaba entre la entrada principal y la cocina.
Escuchen todos, ha nacido mi hijo August, ese será su nombre y los otros dos que nacieron después serán del Marqués y de esa -- ¡Esa mujer! De ellos no se hablará ni se nombrarán sus nombres. ¡August es mi hijo! el heredero y nació de mí ¿Esta claro? El primero que se atreva a hablar de los demás o de cuestionar mi maternidad con August ¡sera despedido!
Amelia estaba furiosa con Diana, por darle tres hijos al Marqués, ella sólo quería uno y después le pagaría bien y la echaría del castillo enviandola de nuevo a trabajar como sirvienta, pero su esposo se había enamorado de Diana y estaba segura que había disfrutado mucho con esa jovencita. La odio por ser hermosa, la odio por ocultarle lo del embarazo múltiple, odio al médico a quién consideró un traidor, pero que podía esperar si era el médico de cabecera del Marqués.
La odio por la forma en que la acariciaba Francis en medio de su labor de parto y que no se despegaba de ella ni un segundo, era verdad que cuando se casó con el Marqués no lo amaba ni le atraía un poco, pero con el paso del tiempo lo empezó a sentirse atraida por él pero a él ya no la quería y esa sensación de rechazo de parte de él la llevaba a buscar otros amores para calmar su pena y sus ganas de ser amada el Marqués, que aunque siendo su marido la veía con desdén.
Trajo a la chica por que era virgen y deseaba que su hijo naciera de ella, la trajo por que era joven y bella y pensó que le sería más fácil al Marqués estar con la muchacha si tenía buena apariencia. Y por nueve meses creyó que a él sólo le importaba lo que llevaba en su vientre. Sí por ella fuera se desaharia de ella para quedarse con sus hijos y usarlos para atraer al Marqués, pero debía ahora soportar el lugar de primacía de esa mujer porque su marido el Marqués estaba encantado por ella y se había vuelto loco de amor por esa jovencita. Por eso lo odio a él también.
Se sintió amargada y humillada, pero no dejaría que esa mujer la pusiera en desventaja en su propia casa, y para eso ella tomaría cartas en el asunto antes de que él la sacara a la luz en el castillo. Todos podrían saberlo pero nadie hablar de ella.
Llamó a su amiga para que pasara a su lado una temporada en el castillo y le ayudara con el bebé, algo que su amiga aprovecho y viajó de inmediato al castillo llegando a la mañana siguiente sorprendiendo a Francis.
-- Marqués, ¡Que fortuna, August ya esta aquí! -- Francis la miro y fingiendo agradarle su visita ordenó llevar sus maletas a una de las habitaciones de huéspedes, pero Amelia había dado órdenes que la instalarán cerca de la suya.
Francis comprendió porque Amelia se había fingido sentir mal y había pedido ver a August. Todo era parte de su plan. Y como si el círculo no pudiera cerrarse peor llegaron su hermana, su madre y como visita sorpresa, el Rey.
-- ¡Estoy satisfecho! El niño es muy bello, cuando tenga la edad suficiente lo llevaré al palacio y se educara con los mejores tutores, me place que por fin parezcan una verdadera familia Marqués -- ¡Me complace! -- Le dijo el Rey
Francis se sintió atrapado, August necesitaba a su madre y Diana añoraba a su pequeño, Amelia le había tendido una trampa y él había caído en la red.
Cuando todos esperaban ver a la feliz madre amamantar a su bebé, Amelia miró a su madre y esta salió en su ayuda --¡Dejemos a la madre a solas con su bebé! ¿O van a querer oírlo llorar de hambre? -- Dejemos que el Marqués acompañé a su feliz esposa mientras lo amamanta -- Empujando amablemente a todos los sacó de la habitación y los invito a tomar el té.
Si a mi hijo le llega a suceder algo por tu culpa Amelia, ¡te pesará! -- Duerme "feliz madre" -- Arrebatandole al bebé de entre los brazos se lo llevó con su madre.
Perdón mi amor pero hasta ahora pude traerlo, estaba preocupado porque no había comido y por suerte la madre de Amelia los sacó a todos de su habitación con excusas y lo traje de inmediato -- Poniéndolo en sus brazos Diana lo beso y le dijo: Hola mi amor, ¡aquí está mamá! ven ¡come! Acercandolo a su pecho el bebé se prendió de él y se podía ver que tenía mucha hambre.
¡Es como tú! -- Dijo sonriendo Diana -- ¡Te necesita tanto como yo!, ¡Estoy celoso! Pero mi felicidad supera mis celos -- ¡Te amo Diana! -- El bebé se prendía del pecho de su madre y su padre besaba los labios de Diana.
Después de alimentarlo y de cambiarlo debía volver con Amelia y para garantizar su seguridad Francis se iría a dormir a la habitación de Amelia para alimentar y cuidar a August. Él llevaría leche de los pechos de su madre en biberones para alimentar al pequeño y se encargaría personalmente de su cuidado.
El pequeño August dormía plácidamente mientras su padre se hallaba exhausto, cayó dormido en la cama al lado de la cuna del bebé. A media noche una mano en su espalda lo despertó --¿Que pretendes Amelia? ¡Sal de mi cama! -- Le dijo muy bajito para no despertar al pequeño -- Soy tu esposa, ¡déjame ayudarte! después de todo esto es legal.
Francis la miro y le pareció increíble que le propusiera algo así y quitando su mano le dijo: ¡Ya tengo mujer! y es a la única que yo quiero, y sabes bien que no me interesa tener algo contigo, así que no tengo ninguna interes en estar contigo, no hay nada en lo que puedas ayudarme ¡vuelve a tu cama! Sólo estoy aquí por mi hijo, el hijo de la mujer que yo amo.
¡Lamento haberla traído! -- Te enamoraste de ella y ella logro llenar tu corazón esa muchacha resultó ser más lista de lo que imaginé y se aprovechó de mi confianza metiéndose en tu corazón y no sólo en tu cabeza -- Amelia había sido insultada al ser rechazada por el Marqués y haberla sacado de su cama después de que ella le hablara de sus sentimientos,estaba segura de que el marqués aun seguia sintiendo algo por ella, pero le dejaba claro que ya no le interesaba como mujer.
Pero sin lugar a dudas para Amelia Diana había sabido como amar al Marqués y ella nunca entendiera cómo Francis se había fijado en una mujer así.