La confesión de Amelia y su carácter sumiso sorprendió al marqués su esposo, no era la misma Amelia que estaba acostumbrado a tratar, Amelia no era la mujer altiva y traicionera de la que tenía que cuidarse porque podría tener un plan escondido. Esta vez esa mujer le provocó lástima. Amelia se veía muy triste y cuando le habló a Francis de haberse enamorado de alguien imposible, y de su suerte al tener a Diana con él, le pareció increíble que hablara de su mujer Diana con tal naturalidad y sin resentimientos o venganzas en su boca. Al entrar al castillo, Amelia pidió que le llevarán a Diana a los pequeños a las habitaciones dónde estaban sus otros hermanos; escuchar a Amelia dar esa orden fue para Francis motivo de más extrañeza. Así qué siendo un hombre prudente y desconfiado con Am

