La Apuesta

Bueno me presento mi nombre es Ethan Madoxx tengo 20 años, soy un chico común igual a todos, con problemas, enojos, tristezas y una vida de mierda. Mi cabello es café castaño al igual que mis ojos. Vivo con mi padre en Madrid España, aunque yo nací en México, pero nos tuvimos que venir a vivir aquí por su trabajo. —Ethan, ¿Qué haces?, vas a llegar tarde a la empresa —me dijo mi padre entrando a mi habitación —¡Hombre!, no te estreses, ya voy —le dije saliendo de mi habitación Hoy era mi primer día de trabajo en la empresa que mi padre construyó aquí en Madrid, por la cual nos venimos a vivir aquí. —¡Ya me voy! —le grité a mi padre mientras salía de la casa Subí a mi auto y lo prendí poniéndome en marcha hacia la empresa. Cuando llegué todos me miraban raro. —¿Qué se le ofrece? —me preguntó la chica de recepción con una sonrisa y su acento castellano muy marcado mientras jugaba con su cabello «Vaya forma de querer coquetear» —Mi nombre es Ethan —le dije en tono serio mientras extendía mi mano hacia ella, mi acción hizo que ella se acerca a mi y se recargara en el mostrador enseñándome su GRAN escote— Ethan Madoxx —en el momento que dije mi apellido ella recobró la compostura —S-señor Madoxx, mucho gusto —me dijo ella apenada —¿Dónde está mi oficina? —le pregunté y ella mi hizo un gesto para que la siguiera Llegamos frente a una puerta y ella la abrió dejándome pasar primero. —Esta es su oficina —me dijo ella dejándome solo Me senté en mi silla detrás del escritorio y minutos después entró una chica. —Buenos días señor Madoxx, mi nombre en Helen y soy su asistente, cualquier cosa que se le ofrezca estaré justo a lado —me dijo ella con una sonrisa —Gracias Helen, por ahora te puedes retirar —le dije devolviéndole la sonrisa [...] Ya había llegado a mi casa y no estaba mi padre así que salí a comprar unas cosas –grave error– a un supermercado que según yo estaba cerca, pero obviamente me perdí y estuve dando vueltas por una maldita hora. Cuando por fin encontré el maldito supermercado entré y compré las cosas que necesitaba. Fui a una caja a pagar y me atendió una chica castaña, ella sólo me miraba mientras mordía su labio inferior. —¿Encontró todo lo que buscaba? —me preguntó la chica con una sonrisa —Sí, gracias —le respondí en tono serio sin ninguna expresión en mi rostro Salí del supermercado y me dirigí a mi auto, iba buscando las llaves y choque con un chico. —Perdón, no iba prestando atención —se disculpó él con una sonrisa —No te preocupes, yo tampoco iba prestando mucha atención —le sonreí —Mi nombre es Tyler —se presentó extendiendo una mano hacia mi —Mucho gusto Tyler, mi nombre es Ethan —me presenté tomando su mano —Tú no eres de aquí, ¿verdad? —me preguntó mientras me miraba —Amm, pues no, no soy de aquí, ¿tanto se nota? —él sonrió —Sí, un poco por tu acento, supongo que eres de ¿México? —Sí, soy de México —¡¡Hey, Tyler, vamos tío, se nos hará tarde!! —gritó un chico mientras movía su mano para llamar la atención de Tyler —Bueno, me voy, espero volverte a encontrar Ethan —me dedicó una última sonrisa y se fue Encontré las llaves de mi auto y me subí en él. Después de cinco minutos llegué a mi casa y entré. —Ethan, qué bueno que llegas —mi padre estaba sentado en un sofá y se veía algo preocupado —¿Qué te sucede? —le pregunté y entré al salón, mi vista se centró en una mujer como de unos treinta y cinco o cuarenta años, rubia y muy formal —Ethan, ella es Caroline Smith —me presentó mi padre a la mujer, pero aún no entendía qué hacía ella aquí —Ajá —dije mientras le hacía un movimiento con mi mano para que continuara —Caroline es... Mi futura esposa —al escuchar esas palabras no pude evitar mostrar la confusión en mi rostro Hace apenas medio años que mi madre murió y mi padre ya tenía una prometida. ¿En serio?, simplemente no lo podía creer. —¿Qué? —fue lo único –decente– que pude decir —Me casaré con ella dentro de un mes, pero se vendrá a vivir con nosotros —Okey —comencé a caminar hacia las escaleras para subir a mi habitación —Eso no es todo —sus palabras me detuvieron No me lo creo, ¿una prometida?, ¿te casarás en un mes?, ¿qué más?, ¿un hermanastro o hermanastra?. —Caroline tiene una hija, Hannah, ella también vendrá —tendré que cuidar mis pensamientos desde ahora, parece que se vuelven realidad Me contuve y no dije nada más, solo asentí y subí las escaleras a mi habitación. Esto se jodio, ¿una madrastra?, y para joderlo más, también tendré una hermanastra, ¡Genial! (noten el sarcasmo), esto ya no puede ser más jodido. Solo espero que esa tal Hannah no se meta en mis cosas. [...] Ya era de noche y mi padre me llamó a cenar. Bajé al comedor y me llevé una gran sorpresa al ver a Caroline y a una chica –igual rubia– a su lado. —Ella es Hannah —me dijo mi padre —Hola —salude con indiferencia a la chica y me senté en mi lugar en silencio La cena estaba en completo silencio, lo único que se escuchaba eran los cubiertos chocando contra los platos. —Hannah, ¿Por qué mañana no llevas a Ethan a que conozca un poco de Madrid? —Caroline rompió el silencio —Que buena idea, ¿No es así Ethan? —me preguntó mi padre —Sí, una fantástica idea, que lástima que mañana tenga que trabajar —dije con falsa desilusión —No pasará nada si faltas un día —me presionó mi padre Okey, ¿Recuerdan cuando dije que ya no podía estar más jodido?, bueno pues, olvídenlo, me acabo de dar cuenta que esto puede joderse mucho más. —Por mi esta perfecto, mañana te llevaré a muchos lugares —me dijo con entusiasmo Hannah —Que emoción —dije con sarcasmo provocando que mi padre me mirará mal