SIGO PUTEANDO - 7mo. DÍA Domingo A pesar de todo lo que había cogido, a las 3 de la tarde estaba tomando sol en la playita del puerto. Mientras repasaba esos días, me volvieron nuevamente algunas preguntas que de a ratos venía haciendome. Como había llegado a tal grado de emputecimiento, que durante el día solo esperaba la llegada de la noche para volver a la pieza, y hacerme garchar durante seis o siete horas. Yo me daba cuenta de que aquello era demasiado, pero no lograba resistirme, aquellos tipos se daban maña para tenerme seis horas y a veces más en un orgasmo casi continuo. Cuando en algunos raros momentos no me estaba garchando ninguno, me dejaban bien ensartada a veces con tremendos pepinos en la concha y un par de bananas en el orto otras veces me tapaban los ojos y ni siqui

