Durante el banquete, con Gyda más relajada, la gente no se sentía tan amenazada y a pesar de lo acontecido con Basil, los nuevos reyes debían mantener un semblante tranquilo para que el pueblo no se sugestionara.
El miedo no era buen amigo jamás, en muchas ocasiones era la clave para derrotar.
- Me costaba imaginarlos como reyes. - Dijo Ailana, ella siempre tan sincera.
Para ese momento su vestido también era de tela pesada, con un corset azul fino decorado con hilos plateados, llevaba el cabello perfectamente recogido y en su tocado de asomaban algunas piedras rojas, dando a entender el nuevo estatus familiar, lo mismo pasaba con los otros miembros de la familia Leif, todos llevaban algunos distintivos rojos a elección propia, los distintivos que les dio Keelan eran exclusivamente para
