Fantasía parte 1

1954 Words
Mafia Capítulo 10 Fantasías parte 1 – Ella sigue estancada, sus temores la dominan, los terrores nocturnos no hacen más que empeorar con cada sesión. No puedo ser duro con ella, porque no la ayudo y ella no se deja ayudar. A medida que Jhon el psiquiatra se adentra en su diagnóstico, pierdo un poco de fe, el es mi última esperanza, si el no puede, ¿Entonces quien? Me froto la cara con frustración, llevamos seis meses así, de terapeuta en terapeuta y esperábamos al menos una mejoría, pero, nada a funcionado. – Sin embargo, puede que solo aya una persona que pueda ayudarla. Eso capta mi atención y me enderezó detrás del asiento de mi despacho. – Natalia – Me quedo en blanco, ¿Porque la mujer de zolov puede servir? – Natalia es una de mis pacientes. – ¿Se supone que no puedes divulgar eso? – argumento algo cabreado, ¿Que clase de profesional es? – Yo lo autorize – dice su voz entrando y cerrando la puerta – Soy la única que puede ayudarla. Ningún terapeuta o trauma qué crean tener, ella necesita revivir. Se sienta frente ami, con su mirada inexpresiva. – ¿Porque crees que tu método, será mejor el que de un especialista? ‐ Jhon me responde. – Ella es como Natalia – ¿Que? No es cierto. – Mi sociopatia tiene un nivel de sicopatia, nunca llene todo las x, pero por eso se me predomina clase 5, porque estoy cercas del diagnóstico sin llegar a serlo. – ¿Pero pareces tan normal? Te he visto con Víctor, con tu hija, incluso con tu mascota. – Digamos que tengo una conección insana con ellos, Víctor a veces deseo matarlo, pero el sabe canalizar ese deseo en algo sexualmente oscuro. Nos beneficia a ambos y me ayuda a canalizar mi sed de matar. Me importan las personas dentro de mi circulo social solo porque no me mienten o intentan manipularme. Pero fuera de eso, puedo hacer lo que quiera con los demás. Que lo diga así, sin soltura, sin remordimiento, como si fuera una platica de amigos, pero con ese tono de indiferencia y aburrimiento. – Nazar es igual – Estoy apunto de replicar, pero me pide que guarde silencio – La diferencia entre ella y Natalia es que Nazar fue reprimida, incluso castigada por intentar defenderse, Natalia no, a ella siempre la han guiado sus instintos y aprendió a canalizar toda esa ira y deseos que perturbarian a cualquiera, menos ami, siempre tuvo quien la apoyara, nunca le molesto ser manipulada por los de su círculo cercano, al contrario era conciente de ello, peron si algo que ella respeta es la familia y los amigos. Todo lo demás son cosas o cerdos comon suele llamarlos. – ¿Entonces quieren que la enseñe a matar? ¿Eso dicen? – digo incrédulo. Ella no parece ninguna sociopata, porque demuestra inocencia y vulnerabilidad. – No por ahora, lo que ella necesita es expresar su oscuridad. Cuando Jhon me explica lo que tienen planeado, no suena tan descabellado después de todo, si esto no funciona, nada lo ara. Nazar Despierto de una pesadilla, gritando, sudada y con las sábana revueltas, mi corazón da un salto cuando veo una sombra y me trago mi grito de terror. Temblando. – Ya era hora – dice una voz femenina, exhalando humo de un bipe – Tus gritos me dieron migraña. – ¿Que. Haces. Aquí? – digo sin aliento. – Ayudarte. – Nadie puede ayudarme, estoy maldita. – Claro que lo estas– dice con indiferencia dándome la razón y duele. Duele mucho. – Pero solo porque tu lo quieres así, siempre hay una forma de escapar. ¿Estás aquí no? Que enfatiza lo evidente no ayuda, porque por más que quieras sentirme segura, me siento atrapada entre paredes, moustros y pesadillas interminables. Quiero gritar y no puedo, quiero ser libre y solo siento las pesadas cadenas de mis recuerdos. – Somos iguales – dice la mujer dejándose ver entre las sombras, es alta, de cabello n***o asabache, ojos grises, tanto que no parecen reales. Pero de tras de toda esa belleza veo lo que es, un moustro. Su mirada expresa muerte, su perfume solo es una apariencia de esconder el olor a sangre. Se que seguramente la miraré horrorizada, pero estoy paralizada por el miedo y violencia que emana. Toda ella es una letalidad viviente. – ¿Quién eres? ¿Qué eres? – Una sobreviviente. – Nose porque, pero oírlo de ella suena diferente, ante mi silencio continua – ¿Has oído hablar de Greuw? Si, bueno, Greuw era filósofo que en realidad fue un sicopata, así ya te imaginaras de que escribió. – De la tortura – Lo he leído, mi padrastro tenía un ejemplar en su biblioteca. Odiaba que lo tocaste. Y por alguna razón ese libro me llamaba. Lo cual me ganaba castigos por entrar y cosas peores. – Existen 12 tomos, yo tengo 8. – Por como sonríe me ha logrado sorprender – Uno de ellos habla sobre las leyes de la manipulación. Uno sobre la tortura y mi favorito, como matar a tus demonios. Dominarlos y amarlos. ¿Cómo puede hacer eso? Es imposible, nadie podría. Yo los odio. – Amarlos significa aceptar que son parte de ti, parte de tu alma – se sienta junto ami y me mira ala cara, me tiene atrapada – Amarlos significa destruirlos para que aceptes quien eres, Tu y Yo somos iguales, porque perdimos una guerra tanto qué no quedo un rastro de humanidad para compartir con él mundo. Tanto como para desear estar muertas E intentarlo. Tanto que en algún momento de nuestro calvario deseamos poder probar en nuestras manos, sentir su textura, no saborearla, no necesitamos más veneno de ellos dentro de nosotras, pero si como extinguir su vida, ante un extasis adictivo qué te provoca placer solo imaginarlo y cuando cruzas esa línea, cuando sientes como sus vidas se apagan, sabes, en el fondo de todo tu ser, querida, que hay escapatoria, que todo eso que te dijeron esta mal, “no lo hagas”, puede escapar de su pricion y darte tanta libertad que no querrás, dormir, comer, respirar por disfrutar un segundo de su sufrimiento. Cada palabra, cada susurro, nose porque no me asusto, de hecho me atrajo como a una polilla a la luz y deseaba quemarme. Morir de esa manera con solo escucharla. – ¿Como? – dije con desesperación apretando las Sábanas entre mis manos – ¿Como puedo escapar de mi prisión? Ella alzó la mano y apartó un mechón de mi rostro y lo puso tras mi oreja, acomodo todo mi cabello blanco, que había vuelto a su color natural, porque el tendía a pintarmelo de n***o o cualquier otro color contar de ocultar mi verdadera imagen. – Deseándolo. Aceptando quien eres y tu mi niña, eres única y extraordinaria, porque nadie como nosotras, sobreviviría a una tortura tan mortal e inhumana y seguir vivas. Porque en vez de sentirte miserable y llena de porquería, deberías sentirte orgullosa de estar viva y respirando. Tienes a tres hombres que darían la vida por ti, uno más que los otros y no puedes seguir lamentandote de tu miserable vida. La vida es así y para eso nacimos, para pagar con creces nuestra existencia y amar lo que nos quiere matar incluso destruir. Nose porque pero tenía una lógica retorcida, Jhon había intentado algo así, no tan perturbador, pero si parecido. – ¿Has hablado con Jhon? ¿Fue su idea? – Jhon es mi terapeuta, soy una sociopata clase cinco, casi una psicópata pero sin el diagnóstico. – Y como es que no se perturba por tu manera de ver la vida. – Jhon fue un antiguo perfilador del FBI y se topo con muchos de nuestra clase. Incluso peores y nosotras estamos dentro de una línea qué el llama neutral, somos moustros cazando moustros, no hay una definición exacta porque incluso ante sus ojos lo que hacemos esta mal, y ante los míos es lo correcto. Nadie se atrevera hacer lo que hacemos y nadie más lo ara, por eso somos perfectos para ellos, el lo llama limpiar las calles y yo le dijo justicia o karma. – ¿El intento eso contigo? – Jhon jamás lo aceptara, pero testa influenciado por mi y a veces sin que se dé cuenta, cede. Su profecion jamás le permitirá aceptar que sedio ante un paciente, prefiere vivir en el auto engaño. – ¿Y como es? ¿Tener ese control sobre los demás? – Por la forma en que sonrió estaba logrando lo que quería, hacerme hablar y sentir curiosidad. Me estaba manipulando lose. Pero era como si ella tuviera ese poder sobre mi y yo estuviera sedusida. – Es como caer en bobging. O saltar en paracaídas. Vamos a empezar paso a paso y lo primero es aceptar todo lo malo y concerva lo necesario. No te quedes quieta muévete constantemente. Y empieza hablarme de tu fantasía más oscura, aquella mientras el marcaba tu cuerpo y alma, como te evadías, Cuéntamelo todo. No lo hago, no me siento cómoda hablando de ello, miro mis manos retorsiendolas, aun temo ser castigada o peor aún repudia por pensar así. Ante mi silencio ella vuelve hablar. – La primera vez que golpeé a uno de esos malditos, fue cuando le di un cabezaso, cuando escuché ese hueso crujir y le salio tanta sangre, que no me importó ganarme una paliza por ello, fue el placer de oírlo gritar. Incluso mordí a uno, y verle esa marca fue como un orgasmo. –¿Nunca, te sentiste, culpable? – pregunto con tiento y vergüenza. – Claro que no – dice segura de si misma, recoje un vazo con un liquido oscuro que no había visto y bebe de el. – La diferencia entre el y yo, es que yo nací para no sentir nada y tu, querida, lo sientes todo y te hicieron creer que todo en ti estaba mal. Incluso te los creíste, Dejándolos ganar tantas veces, que tu identidad desapareció. Eso me desconcierta y molesta apartes iguales, justo cuando los pensamientos mezquinos y dudas comienzan a ebullición ella los interrumpe con su voz. – No te sientas culpable, en algún momento yo también los deje ganar y créeme, no dejaré que vuelva a pasar. Tienes la ventaja de sentir todo a la vez y no saber que hacer con ello. Tienes una salida y es dejar que esos oscuros recuerdos, los veas como justicia divina. Dime, ¿La primera vez que te defendiste, como fue, que hiciste, como lo marcaste? Ese día esta grabado en mi cabeza desde que tengo uso de razón, lo recuerdo porque muchas veces, cuando veía la marca que le deje, sentía una euforia y eso se repitió muchas veces, hasta que desapareció esa sensación, incluso llegué a extrañarla. Ahora parece querer resurgir, con su seguridad y las entrañas se me revuelven. Siento el sudor frío bajando por mi espalda. “Los deje ganar tantas veces, que incluso mi identidad desapareció” Esas palabras fueron el algún detonante Y cuando sentí la vilis subir por mi garganta. Me impulse con debilidad, doblandme sobre mi misma y vomitando el el suelo de la habitación. Sintiendo repulsión ante esos recuerdos que me dominaron durante toda mi vida. Dejándolos que tomarán el control. Sintiéndome asqueada y miserable. – Eso es querida, eso esta bien – Natalia aparta el cabello se mi rostro, me ayuda a conducirme al baño donde vierto todos mis pecados. Donde saco todo con arcadas, porque ella tiene razón. Hace mucho los deje ganar. Y eso estuvo muy mal.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD