Mi embarazo, a pesar de las intensas experiencias que tuve al inicio de mi embarazo, marchaba bien. El doctor decía que parecía de manual, todo iba conformo a los estándares. Mi panza ya no me permitía abrocharme las agujetas, sin embargo mi maridito era un sol, que aguantaba con paciencia todos mis arranques emocionales y sexuales. Mi bipolaridad era insoportable hasta para mí. Había días en los que no pasaba absolutamente nada, "beibi", como le decía el "doc" a mi retoño estaba bien. Daba patadas por la noche, y estaba tranquilo por el día. Me daba hambre cada 3 horas, y me cuidé mucho, me tenía apanicada la idea de subir de peso y me salieran muchas estrías. Me embarré todos los remedios y cremas de cacao, nuez, almendras, avellana y demás... Andrés decía que era perfecta, pero tenía

