VEINTIOCHO | INOCENCIA PERDIDA

2271 Words

Desconocido Cuando la joven omega entró en mis aposentos, pude oler su miedo. Estaba supurando por sus poros y, para mí, olía a la más dulce de las golosinas. —¿Hiciste lo que te pedí? —ordené, haciendo temblar su pequeño cuerpo. —Sí, puse el veneno en su bebida —respondió, tan débil y tímida.   —¿Y? —No lo bebió, señora. —¿Cómo que no lo bebió? ¿Por qué carajo no? Me enfureci, y antes de darme cuenta, mi mano estaba envuelta alrededor del pequeño y frágil cuello de la Omega, y la estaba levantando en el aire. Sus ojos comenzaron a sobresalir de sus órbitas mientras me rascaba sus frágiles uñas en la piel, rogándome que la soltara. —Tomó la copa de vino, pero entonces sus ojos... se volvieron púrpuras. El brazalete que llevaba puesto empezó a brillar. ¿Qué? ¿Qué estaba pasando?

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