Regina, llega al condominio, bastante retrasada en cuanto a la hora, en la que debía estar allí, por lo que entra, silenciosamente a la oficina, aprovechando que Tamara, su asistente, no estaba en la recepción.
- Uff, por fin llegué, si no hubiera sido por Agatha, no llego, definitivamente, no llego. Y más, con la visita del pajarraco n***o, en el taxi, que nos demoró, así como el tráfico en la Avenida Central. Dice, Regina, para sus adentros.
Al entrar, cierra la puerta, con sumo cuidado, pone su bolso en la mesita junto a su escritorio y, su abrigo, lo cuelga en el perchero junto a la puerta. Se acerca a la cafetera, que acostumbra tener allí y en la que su asistente, le pone a hacer el café, al llegar al condominio. Toma un tazón de porcelana verde perico, que compró en uno de los mercadillos, cercano a su lugar de trabajo, pues, le encantaba comprar cosas no convencionales, y digo no convencionales, porque el tazón era extremadamente grande y tenía detalles de haditas al relieve. En ese entonces, le pareció curioso y hoy día, sigue preguntándose, por qué compró algo tan cursi, aunque le sigue gustando, tanto o más, de lo que le gustó al adquirirlo. Se sirvió el café, le colocó dos terroncitos de azúcar y unas gotitas de Brandy que guardaba en uno de los cajones, del pequeño armario, donde estaba ubicada la cafetera.
- Le voy a poner unas gotitas, ummm, no, mejor un chorrito corto de ésto. Lo necesito. La presencia de ese animal en el "Black Cabs", me dejó nerviosa y perpleja. Así, me relajaré.
Mientras, literalmente, se relajaba, bebiendo su "Café Alcoholizado", como ella misma lo llamaba, pensó, que, en cualquier momento, llegarían las doñas del edificio, a llevarle sus roles de canela, donas o cualquier otro postrecito, a los que ya estaba acostumbrada.
- Ojalá, lleguen rápido, pues ya me está dando hambre. Decía, en voz baja, mientras se reía consigo misma por sus ocurrencias.
Se sienta, tranquilamente en la butaca, enciende un radio que tenía, encima del escritorio, respira profundamente, pensando que debería conseguir un buen tema para comenzar, su día. Después de todo, tenía que trabajar, ya que las cuentas, no se pagaban solas y qué mejor manera de comenzar su jornada, entre buena música, su café con toque y toda la disposición, de olvidar, el incidente con el ave oscura.
- A ver, que hay por aquí. Exclama, mientras busca sintonizar, la radio.
En ese momento, escucha los pasos de Tamara, entrar al lugar.
- Ahí viene mi pesadilla, de seguro toca la puerta en 3, 2...
Toc, toc, toc
- Señorita Regina, ¿está usted allí? Dice la asistente, mientras abre la puerta.
- Sí, Tamara, aquí estoy, Buenos días.
- Buenos días, Señorita Regina, ¿Hace cuánto que está aquí?, No la sentí llegar.
- Hace mucho rato ya, más bien a mí me extrañó que no estabas en la recepción.
- ¡Oh!, no, es que fui al comedor a guardar las viandas de la comida. Mi novio, me preparó un estofado con papas al vapor, acompañado de una ensalada de brócoli, pollo y zanahorias, extraordinaria y le puso un aderezo de mostaza con miel, ¡divinísimo! y, temía que se me fuera a dañar, si no lo guardaba en el congelador.
- Umm, me imagino, ¿ya desayunaste?
- Sí, Señorita Regina, desayuné unas tostadas con mermelada de melocotón y pasas que me preparó mi novio, ésta mañana al levantarnos, tiene que probarla, le quedó de rechu...
La asistente, no termina de hablar porque Regina, ya un poco molesta, le corta la inspiración, diciendo:
- Sí, Tamara está bien, supongo que todo lo que te prepara "tu novio", siempre le queda riquísimo, pero, yo no he desayunado y tú vienes a hablarme de todas esas delicatesses, que él te prepara, un poco más de consideración.
- ¡Oh!, disculpe, Señorita Regina, no ha sido mi intención.
- Por lo menos, pudiste preguntarme si yo había comido, antes de llegar como una ráfaga a decirme tu menú a la carta. Responde Regina, aún más molesta que antes, pues, las "tripitas odiosas", ya le habían comenzado a sonar.
- Disculpe, Señorita.
- Sí, sí, ya, estás disculpada, pero, para la próxima mantén tu lengua y tu fascinación a raya, ¿De acuerdo?
La asistente, un poco, cortada por el comentario, asiente.
- Bien, ¿Qué tenemos para hoy?
- Pues, la reunión con los co-propietarios a las 10:30am, luego a las 12 del mediodía, un almuerzo con los jefes de la alta gerencia y a las 2:00 de la tarde, la auditoría de los últimos balances del primero y del segundo trimestre del año, en conjunto con un compartir, que realizaremos por el cierre exitoso, que se viene.
- ¿Cierre exitoso que se viene?, ¿Cómo van a celebrar por algo de lo que todavía no obtenemos resultados positivos?, Eso último, no me parece buena idea, aunque tengamos conocimiento de los movimientos de los últimos seis meses, no estoy de acuerdo, con que se cuenten los pollos, antes de nacer. De manera que, suspende esa celebración, por favor, ese tipo de cosas, solo traen problemas, a futuro.
- Como usted ordene, Señorita. Por otro lado, aquí están listos, los balances e informes que se presentarán ante los co-propietarios, en la carpeta fucsia y en ésta carpeta amarilla; los balances, para la reunión con los altos ejecutivos.
- ¡Qué eficiencia!, de acuerdo, los revisaré antes de entrar a la reunión. Aunque, no estoy de acuerdo con el colorcito que elegiste para las carpetas, pudieron haber sido, un poco más serias, debido a la ocasión. En fin, cambiando el tema, ¿de casualidad haz visto a Doña Catalina y a Doña Belén, por los alrededores de la oficina?
- Hoy no, pero lo que, si he hecho, es deleitarme con el aroma de los panecillos que acostumbran a hornear cada mañana. ¿Por qué?, ¿Necesita que se las llame?, puedo acercarme un momento a sus apartamentos, al fin y al cabo, aún tenemos tiempo de sobra para el comienzo de la reunión.
- No, o bueno, mejor sí, acércate como quien no quiere la cosa, a ver qué están haciendo, y, si te preguntan por mí, les dices, que tengo rato que llegué, que, si les apetecen, pueden bajar.
- Les digo que bajen ¿para algo en especial?
- No les digas para qué van a bajar, sólo que, si quieren bajar, que aprovechen que estoy medianamente desocupada, ¿está bien?
- Enseguida, Señorita Regina. Dice la asistente, mientras va saliendo de la oficina y cierra la puerta.
- Por fin sola. Ahora sí, podemos continuar nuestra tertulia, dice señalando al tazón de café.
Regina, retomó la búsqueda en la emisora, y, cuando casi no tenía la esperanza de conseguir una buena compañía musical, encontró a "Jhon Legend" cantando, "Save Room", por lo que la dejó allí, le subió un poco el volumen y comenzó a cantar:
- "...Knocking on your door just a little
So cold outside tonight
Let's get a fire burning
Oh I know, I keep it burning right If you stay,
won't you stay - stay
Save room for my love
Save room for a moment to be with me
Save room for my love, save a little
Save a little for me
Won't you save a little
Save a little for me - ohh
This just might hurt a little
Love hurts sometimes, when you do it right
Don't be afraid of a little bit of pain"...
Disfrutando la melodía, sorbo a sorbo, recordó los pocos instantes, compartidos con Sebastián, su Chef predilecto, por lo que, sin pensarlo mucho, decidió enviarle un mensaje de texto, para saludarlo, pues tenía días sin saber de él.
- Buenos días, Sebas, espero estés muy bien, te echo de menos. Cuando puedas, escríbeme, me gustaría saber de ti.
Al enviar el mensaje, piensa:
- ¿Y, si debí esperar a que él me escribiera?
En ese momento, suena el móvil; era el mensaje de respuesta de Sebastián.
- Mi querida y añorada, Regina. Buenos días. Quizás, no me lo vayas a creer, pero, justo en éste momento iba a escribirte, he estado muy atareado con algunos asuntos, pero, no has salido de mis pensamientos. Tanto así, que he soñado contigo en los últimos tres días y a su vez, con un hilo traslúcido que nos une. No sé si será el destino, sólo sé que siento, que no puedo, ni quiero apartarme de ti. Probablemente esté de regreso en un par de días, ¿te apetece que nos veamos?
Regina, no puede creer, lo que están leyendo sus ojos, de manera que lo lee una y otra vez, hasta que le responde:
- Claro, que me apetece verte, es más, me encantaría. Como te dije, te he extrañado. Avísame, al volver, ¿De acuerdo?
Aunque Regina, no era muy apegada a esas cosas, del amor y los sentimientos, sentía que, de alguna manera, estaban conectados y, curiosamente, la noche anterior, también soñó con Sebastián, solo que no era muy creyente de los sueños y sus significados, por lo que no le dio mucha importancia, salvo que lo echaba en falta. Al fin y al cabo, quien podría descifrarlo era Agatha y no había pensado, siquiera comentárselo, sobre todo, por su forma de ser, ya que, al hacerlo, seguramente le haría muchas preguntas, o, en su defecto, indagaría más en el tema por sus propios medios, así que lo mejor, era evitarlo a toda costa.
- De acuerdo, mi "Señorita de Limón". Ahora te dejo, voy camino a la Academia y estoy manejando. Contaré las horas hasta llegar a ti. Besos.
- (Suspiro), qué hombre tan maravilloso, me encanta su manera de referirse a mí, "Señorita de Limón", su "Señorita de Limón", (Suspiro).
De repente, en la oficina de Regina, comienzan a caer pequeñas gotas de luz, rociando cada uno de los objetos de la misma, incluso, van cayendo sobre su cabeza, hombros y cuando se da cuenta de lo que está pasando, sube la mirada y éstas gotas, comienzan a bañar su rostro. Suelta el tazón y el móvil, sobre el escritorio, llevándose las manos hacia la cara, se estruja los ojos, pensando que es algo irreal y que le ha afectado el "Café Alcoholizado", pero no, lo que estaba viendo y sintiendo en ese momento, era real, tan real como que respira para poder vivir.
- ¿Qué está pasando?, ¿Qué significa todo ésto?
De pronto, aparece una silueta femenina, frente a sus ojos; formada por las gotas que iban cayendo, era una forma parecida a las hadas que adornaban en relieve su tazón, tenía alas, era bellísima, vestía elegante con un traje rosa fuerte en gradé al magenta-violeta, tal y como eran las gotas de luz que la bañaban. Anonadada y sin emitir palabra alguna, queda boquiabierta ante la mágica presencia. Cuando al fin, logra emitir palabra, pregunta:
- ¿Quién eres tú?
A lo que responde el ser místico:
- Soy Danu, la Reina de las Hadas, he venido aquí a presentarme y a pedirte que, en nombre del sentimiento que tienes por Sebastián y que él, tiene por ti, defiendas esa conexión, a capa y espada, como una verdadera Guerrera de Luz, pues, el hilo traslúcido, puede romperse y de ser así, no volverán a encontrarse, nunca más, ni en ésta ni en ninguna otra vida, en caso de haberla. Pues, él es parte de tu destino.
- ¿Cómo sabes tú eso?, ¿Qué quieres decirme con el hilo traslúcido? ¿Es el mismo del que habló Sebastián, en el mensaje?, ¿El de su sueño?, No entiendo nada.
- Son demasiadas preguntas, sólo puedo decirte, que debes luchar en nombre del amor, por él y por el valor de la amistad, de tus amigas y tú. Lo demás, lo sabrás a su debido tiempo. Por ahora, concéntrate en pensar, en una estrategia para hacerlo.
Terminando sus palabras, la Reina de las Hadas, desaparece y con ella, las gotas de luz que llovían en el espacio. Regina, quedó inmóvil, ante la presencia de luz y las revelaciones, que ésta le hizo. No podía creer, lo que estaba sintiendo, no podía creer, lo que habían escuchado sus oídos. Por un momento pensó que el Brandy que acompañaba a su café, le había caído mal, que estaba viendo visiones, pero divisó, una diminuta piedra de cuarzo rosa, en su escritorio, y, medianamente entendió lo que sucedía, la magia la había abrazado, la magia de los cuentos de la niñez, se hizo presente, valga la redundancia, con la visita de un hada.
Aún en su asombro, pensó que sería buena idea, comentar lo sucedido con Agatha, tal vez, ella, podría darle las respuestas que necesitaba para terminar de entender, lo vivido, unos segundos antes. De manera, que toma de nuevo el móvil, y, le escribe a Agatha:
- Amiga, soy yo de nuevo, me acaba de pasar algo increíble, ¿puedo hacerte una video llamada?
- Regina, en éste momento estoy preparando todo para una sesión con una clienta, que, por cierto, tiene mucho rato esperándome, ¿te parece si lo hablamos ésta tarde, al pasarte buscando para el encuentro con las muchachas?
- Es que es urgente, ni yo misma lo puedo creer.
- Tranquila, debe tener una explicación, lo que sea que hayas visto o sentido, nos vemos en la tarde, ya entró la clienta. Hablamos luego.
Regina, se quedó con la gran duda, pero, decidió esperar a reencontrarse con Agatha, a nadie más le podía contar, pues, la tildarían de loca. En ese ínterin, Tamara la llama por teléfono para avisarle que ya faltan 5 minutos para comenzar la reunión, que vaya alistándose.
- De acuerdo, Tamara, gracias. ¿Qué sabes de las doñas dulceras del edificio?
- ¡Oh, sí!, lo olvidaba, por acá le dejaron una caja con un moño de cinta rosada. Dijeron, que vendrían más tarde, pues en éste momento iban a hacer diligencias. Ya se lo llevo.
- Tú siempre tan despistada. Tráelo, que muero de hambre. Deben ser mis pancitos mañaneros, no te demores que ya casi, llega la reunión.
Al colgar, Regina, se pregunta:
- ¿Qué voy a hacer con ésta mujer tan despistada?, si no le pregunto, me deja pasando hambre, toda la mañana; claro, como ella, ya se comió las delicatesses que su novio le preparó. ¡¡No puedo con ella! Exclama Regina, entrando al baño, muy malhumorada.
Enseguida, entra Tamara con la caja, la pone encima del escritorio y al ver que se encontraba en el baño, con la misma sale, pues sabía que su jefa, la iba a mirar con muy mala cara. Al salir Regina, del tocador, vio la cajita blanca, le quitó el moño y la destapó, encontrando en su interior, tres maxi-donas rellenas de chocolate blanco, chocolate oscuro y dulce de leche, dos roles de canela, con crema chantilly y una bolsita de panelitas de "San Joaquín", que le traía una vecina a Doña Belén, de Suramérica y, que ésta compartía con Regina, siempre que podía, pues le encantaba su sabor y su textura. Miró el reloj, en su muñeca, estaba sobre la hora, para el inicio de la reunión, pero, eso no le quitaron las ganas, de darle un soberano mordisco a una de las donas.
- Mmmm, me encantan las donas, estas vecinas, sí saben cómo consentirme (Risas). Por los momentos, sólo serán unos mordisquitos, pero, al salir de la reunión, acabaré con ustedes. Dice, señalando la caja que contiene los dulces.
De pronto, Tamara, toca la puerta de la oficina y entrando, pregunta:
- ¿Está lista, señorita Regina?, Ya es hora.
- Sí, vamos.
- Ehh, debería limpiarse un poco junto a la comisura de los labios, pues, tiene un poco de chocolate allí. Le dice la asistente, señalándole, el lugar donde tiene el dulce pegado.
- ¡Oh!, no me di cuenta, ¿y ahora?
- Mmm, sí, bueno, ya no se le ve tan sucio.
- ¿Y así? - Vuelve a preguntar Regina, limpiándose de nuevo.
- Ahora sí, ¡vamos!
Ambas salieron hacia el salón de eventos del edificio, donde darían lugar a la reunión con los co-propietarios.
Por otro lado, Agatha, tenía rato, consultando a una cliente. Había acondicionado todo el lugar para poder realizar sus adivinaciones, envueltas en una energía positiva, para que éstas fluyeran como aguas en los ríos. Tratando de no pensar en los últimos acontecimientos, ocurridos en su vida, aunque ella no suele ser de las personas que combinan sucesos personales con los laborales, siempre, se pueden escapar; sentimientos, miedos, temores u otras cosas que empañen el trabajo o el desenvolvimiento personal.
Tenía agendada realizar una limpieza exhaustiva, casi a media mañana o al mediodía, pero la hizo al llegar, debido al incidente ocurrido con el pájaro del mal, que se le presentó, en el "Black Cabs", esa mañana. Era sumamente necesario, desprenderse de todas esas negatividades que dejaban, este tipo de visitas, sobre todo a personas de luz, que, aunque tuvieran un don, éste era usado para hacer el bien, en todas las formas posibles y de acuerdo como lo necesitara el cliente.
Agatha, hacía todo tipo de rituales y hechizos, con la magia blanca, que es para hacer el bien. La magia roja; para la atracción del amor y la pasión, pero no la hematomancia, pues, en ésta última, se utiliza la sangre y otros tejidos, así como sacrificios u orgías para fines amatorios. La magia verde; para atraer y mejorar la salud, a través de hierbas y flores. La magia amarilla; para atraer la prosperidad, enfocada a mejorar asuntos económicos, laborales y temas relacionados con el dinero y el trabajo. La magia Wicca, que era una magia que al parecer se fundaba en prácticas muy antiguas de la época precristiana. En 1951, cuando Agatha, ni pensaba nacer, se levantó la prohibición en Inglaterra sobre la brujería y Gerald Garner, comienza a publicar libros donde se habla de la magia Wicca. Siendo ésta, un tipo de magia blanca, que solo se usa para fomentar la protección, la curación o las buenas energías, rindiéndole culto a la naturaleza y a la luna como Diosa.
También empleaba la magia de los Ángeles o magia Angelical: Este tipo de magia tiene como protagonistas a los ángeles y los rituales para comunicarse con ellos, de manera que usa rituales, oraciones, visualizaciones y meditación, entre otras. Usaba la magia astral, en el plano astral, valga la redundancia, el cual, es un mundo paralelo no visible en estados normales de conciencia. En este tipo de magia se enfoca usando la meditación guiada y la práctica de los chacras, así como también, la magia exorcista, que se compone de rituales o practicas usadas por los sacerdotes para desterrar y ahuyentar espíritus malignos, en ésta magia, ella también tenía poderes y permiso del Ser Supremo y/o Energía Celestial, para ahuyentar almas sin luz, en busca de molestar o hacer maldad a los humanos. En el único tipo de magia universal, que no estaba de acuerdo, en manejar o realizar algún tipo de ritual, era en la Magia Negra, pues esta, no busca el bien de la persona sino causar dolor o prejuicio y así como creía en la magia, también lo hacía en las leyes del universo, que dicta, que lo que hagas al prójimo, sea para su bienestar o no, sería devuelto tres veces, tres. Y ésta era una de las normas, por las que se regía, Agatha, y como tal, regía su negocio, que más que eso, era una forma de vida.
Los clientes, solían buscarla mucho por sus adivinaciones acertadas, por los rituales y por otros dones de los que gozaba.
- Señora Dalia, debe realizarse los baños, con éstas hierbas, que le he anotado en ésta lista, recuerde que todo debe realizarlo con fe, y recitar las palabras que le escribí, por aquí.
- Gracias, señorita Agatha, ¿Qué haría yo sin usted?
- No se preocupe, estamos para servirle. Nos vemos en dos semanas, para la próxima limpia, con las velas y los mantras, que le indicaré vía w******p, para que los vaya descargando, ¿está bien?
- Está bien. Hasta entonces, Agatha. Dios te bendiga.
En cuanto, la cliente se levanta, se despide y sale del espacio sagrado, Agatha, también lo hace para cerrar la puerta y de esa manera, concentrarse en limpiar de nuevo el lugar, para atender a su próximo cliente. En ese momento, siente un escalofrío, que la cubre por completo. Cerrando los ojos, tratando de descifrar, la razón por la que estaba teniendo ésta sensación, de repente, escucha una voz, muy tenue, que le susurra:
- Agatha, sé que me escuchas y que me has estado esperando por mucho tiempo. Ha llegado el momento, de volver y tú, tienes que ayudarnos, en conjunto con tus amigas, pues ustedes son, las únicas que pueden descifrar el “Enigma que aguarda el Talismán” de Denu.
Ustedes, “Las Cinco Luces Magenta” ...
Ésta última frase, fue dicha a dos voces; la del hada, quien como una luz; le hablo al oído en voz muy baja, casi inaudible para cualquier oído y la de Agatha, como si la vidente, hubiese sabido exactamente, lo que ésta tenía para decirle.