En vista de que nadie se muestra interesado Mía levanta su mano. Siento un rebulicio dentro de mí. Oír a Mía contar su vida es algo que me llena de emociones encontradas, por lo menos sabré si hay un hombre en su vida y si puedo tener alguna esperanza. Abro mi libreta.
_¿ Será acaso una historia de amor señorita Mía?_ pregunto ansioso.
_ más bien de desamores _ dice y su semblante se vuelve desalentado. Respiro hondo ante la maravillosa revelación que a mis oídos llega , no hay un amor bonito en su vida, está agotada, cansada de recibir maltrato y yo puedo cambiar eso.
_ por eso ya no creo en los hombres _ confiesa y mi vanidad atrevida se desmorona rápidamente.
_ eso fue como un grueso puñal atravesando mi reseco corazón señorita Mia_ le digo con aires de poeta. Ella sonríe y entonces retoma pose para hablar.
_ fue en los vivaces años de mi juventud _ empieza.
_ ayer entonces... pero si aún es usted muy joven, ¿ Cuántos tiene? ¿20?, ¿22? ¿23 quizás ?_ ella sonríe con una dicha obvia en toda mujer cuando recibe un halago similar.
_ tengo 29 señor Thomas_ suspiro.
_ 29 primaveras dirá usted_ digo.
_ es usted un don juan_ me acusa.
_ vaya...¿ Sabe usted lo que eso significa?
_¿ Don Juan? Claro, un hombre que enamora a todas las mujeres.
_ Pues la respuesta a mi pregunta más claramente se encuentra en la literatura_ digo. Ella me mira con semblante interesado. _ dicho adjetivo proviene originalmente de una obra española llamada El burlador de Sevilla, ¿La leyó alguna vez?_ ella hace una negación. Fue una obra escrita en 1630 por Tirso de Molina, en ésta encontramos a este personaje masculino que no sólo se burla de las mujeres, sino de la sociedad. ¿De verdad cree usted que soy esa clase de hombre?_ ella hace un gesto apenado.
_ no era mi intención ofenderlo_ dice en tono bajo.
_ pero todos los hombres son unos coquetos _ salta Liliana.
_ niña, no todos, al menos no mi querido Damián a quien tuve la desdicha de enterrar hace treinta años. ¿Puedo contar mi historia con Damián señor escritor?_ pregunta Lena. Una mujer que aparenta unos sesenta años. Pero dicen que es descortés preguntar a una dama el número de sus años. Ya con Mía fue suficiente por hoy, salí ileso y no quiero exponerme de nuevo.
_ claro, solo que Mía está por contarnos su historia de desamores_ respondo.
_ no... Quiero escuchar la de Lena_ dice Mía. Suspiro. Seguiré esperando su momento con ansias.
_ bien, puede contarnos señora Lena_ digo atento a cada palabra que sale luego de su boca. La señora Lena no quiso enfocarse mucho en su niñez , pues recuerda que por culpa de la guerra en aquellos años perdió a su hermano mayor que combatía en ella y a tres de sus hermanos menores debido a una peste por las malas condiciones de vida. Pero referente al gran amor de su vida nos cuenta como era que cantaba en un bar cuando era una mujer de 20 años, muy hermosa y que a todo hombre que entraba en ese bar cautivaba no solo con su voz sino con sus encantos de mujer. Todos le llevaban flores y joyas, pero solo uno solo no volteaba a mirarla. El señor Damián. curiosamente este hombre cantaba en el mismo bar, pero cuando Lena llegaba, Damián iba de salida. Se cruzaban casi siempre en la puerta y parece que para él ella era indiferente. Tres años transcurrieron y Lena se conformaba con el perfume que él emanaba al pasar a su lado cuando ella llegaba y él salía. Oírla decir que él era el hombre más guapo que había visto jamás causó reacciones entre los demás pasajeros del tren. Quienes comenzaron a ovacionar a Lena e instarla a seguir contando.
_ Mientras más rechazada me sentía más deseaba a aquel hombre. Entonces una noche salí del bar más temprano. Tenía el malestar que nos consume a todas las mujeres todos los meses y cuando salí allí estaba Damián, después supe que todas las noches se quedaba un poco más para oírme cantar.
_¿ Entonces si estaba enamorado de usted?_ le pregunta Mía.
_ pues no lo sabía aún. Me acerqué y lo saludé, él se mostró nervioso. Entonces sonrió y esa sonrisa era muy seductora. Quería estar en sus brazos desde ese mismo momento.
_¿ Y fué así?_ pregunto curioso.
_ si. El me confesó su amor, se enamoró de mí a través de mi voz pues Damián era ciego. Por eso no volteaba a verme cuando pasaba por su lado.
_ vaya, ahora suena lógico pero a usted ¿No le importaba que fuera ciego? _ pregunto mientras apunto.
_ pues no. Eso no importaba. De igual forma lo amaba. Esa noche nos confesamos amarnos y algunos meses después estábamos casados. Damian no era un don Juan él...
_ claro, no podía ver a ninguna otra mujer_ grita Adam. Algunos ríen. Yo hago una negación.
_ los ciegos pueden ver con sus demás sentidos, pero Damián ... Todos sus sentidos eran solo mios_ sonrío complacido ante tan hermosa historia.
_ el día que murió teníamos 32 años de estar juntos. Tuvo que irse primero. ¡Cuánto lo extraño!. Pero saben, fui muy feliz estando a su lado_ termino de escribir cuando oímos pisadas sobre el vagón. Todos hacemos silencio.
_ nos están casando_ dice el señor Robinson. Respiro hondo.
_ no entrarán aquí, por ahora es mejor hacer silencio_ digo.
_ bonita historia señora Lena, ojalá la mía fuera así de buena_ susurra Mía. Lena asiente pensativa. Seguro recordó algún momento especial con Damián. Stuart se acerca a mi y guardo la libreta y mis lápices.
_ esto no está bien Thomas , hay que sacar los cadáveres, seguro es lo que quieren los lobos_ dice muy bajo.
_ tenemos que sacarlos mañana temprano, parece que ya se han ido, trata de no alarmarte_ le respondo. Mathias pone más leña al fuego. Los demás solo están sentados, en silencio. Eduard habla con Robinson. Parece contarle algo divertido pues ríe a ratos. No hemos vuelto a oír las pisadas sobre el vagón pero les pido sigan hablando bajo.
_ no es solo eso. Debemos encender fuego afuera, la gente necesita hacer sus necesidades. Aquí no pueden hacerlo como entenderás.
_ ¿tú que me sugieres entonces? _ pregunto.
_ hagamos una especie de escalera, pondremos dos a vigilar con fuego para que los lobos se mantengan a distancia, si alguien desea salir y hacer alguna necesidad urgente podrá hacerlo_ dice.
_ bien, mañana lo haremos Stuart.
_ fue buena idea esa la de contar nuestras vidas, al menos por un momento olvidamos que estamos atrapados en medio de la nada_ dice después. entonces algunas de las mujeres sirven pan y preparan más café para todos. Esta noche hace mucho frío. Ojalá no sea una tormenta. Pienso en cada uno de los riesgos a los que nos enfrentamos pero creo que lo de hablar de nuestras vivencias produjo el efecto que quiero. Todos están serenos, conversan entre ellos. Entonces miro a Mía. Ella también me mira y parece sonrojar ante mi mirada. Siento algo diferente dentro de mí. Lejos de lo que pueda pensar Mía no soy un picaflor. Solo una vez me enamoré. Pero ella se fue de Candace prometiendo volver y nunca lo hizo. Un día me llamó y me dijo que estaba saliendo con un médico. Que un médico podría darle mayor estabilidad que un escritor y yo aunque sentí mi corazón romperse en tiritas me esforcé por ser fuerte. Por no llorar al amor que no lloró por mí. No botaría lágrimas mientras ella soltaba gritos de placer con otro. Ya esa mujer de la que olvidé hasta el nombre yace sin vida en algún lugar lugubre en el que no quiero nunca husmear. Enamorarme es difícil para mí. Pero cuando miré a Mía hasta su nombre me cautivó. Alguna vez soñé con conseguir el amor y se qué no la conozco pero me muero por hacerlo. Si ya siento que no me es indiferente imagino cuántos sentimientos despertará en mí si llego a conocer su íntimo ser.
Stuart habla ahora con Robinson y Adam, y yo voy a aprovechar de ir como el pica flor que creen que soy a morder el dulce nectar de la flor más atrayente que haya visto. Me acerco a Mía. Entonces me siento a su lado. Aún bebo mi café que sobra decir está muy bueno.
_ creo que me debes una historia.
_ algo me dice que les has mentido_ susurra acercándose a mi oído. Mi piel se Eriza al sentir su aliento, huele a café pero quién dijo que el olor a café no enamora rápidamente.
_¿ Ahora también soy mentiroso además de don Juan? _ pregunto , ella sonríe con picardía.
_ ¿ Quinientos mil? ¿ Es en serio?_ me pregunta. Agarro aire y hago gesto conciliador.
_ solo lo sabrás cuando lleguemos a Hancobih, así que esfuérzate por llegar. ¿ Es un buen trato?
_ está bien... De modo que estás interesado en oír mi historia_ dice. Ahora no se que tan seguro estoy, me da algo de ansiedad.
_ depende. Si en ella estás buscando el amor y aún no lo consigues estoy atento. Si amas a alguien que no está en este vagón creo que prefiero no saberlo.
_ creo que las palabras se las lleva el viento Thomas, no podrás enamorarme solo con palabras bonitas.
_se ve que ha sufrido por causa de un verdadero don Juan.
_ pues solo alguien que me ofreció las estrellas y después desapareció_ dice.
_ y ¿Que pasará si regresa el desaparecido?
_ robaría su escopeta y apuntaría a su cabeza y ¡boom!_dice con gesto gracioso y yo rio divertido.
_ me aseguraré de esconder bien la escopeta entonces_ digo.
_tenia veinte_ dice. Escucho atento.
_¿ Puedo escribirla?
_ adelante_ dice. Ella llama la atención de los demás. Todos se acercan un poco.
_ cuando tenía veinte empecé a trabajar en un hospital como enfermera recién graduada. Me esforzaba por hacer bien mi trabajo y aunque la sangre me daba un poco de miedo me hacía la fuerte. Para eso había estudiado.
_¿ Que es lo peor de ser enfermera?_ le pregunta Beth. La madre de Eduard. Ella hace gesto sombrío y enseguida voltea a mirar el cuerpo inserte de la señora Rebeca. Suspira.
_ ver morir a la gente, es lo peor que me ha pasado _ dice con lamento.
_ ¿ Y que es lo mejor?_ pregunto. Ella vuelve a sonreír.
_ salvar vidas.
_ lógico_ digo. Escribo con mucha atención.
_ una tarde llevaron a un oficial de policía , tenía una herida de bala y estaba inconsciente , parecía que iba a morir. El doctor Smith nos gritaba lo que debíamos hacer y yo corría de aquí para allá por implementos y las bolsas con tratamientos , recuerdo que gracias a la rapidez con que fue tratado ese hombre no murió_ dice y suspira otra vez. _ aunque hubiera preferido que muriese en esa camilla_ levanto mi cara y la miro sorprendido dejando de escribir.
_¿ Por qué?¿ Era un policía malo?_ pregunta Eduard quien según creía yo, dormía. Ella asiente.
era el peor de todos_ dice Mía.
_ seguro se burló de ti , creyó que por ser peliroja eras fácil de engañar _ dice Robinson.
_¿ Que tiene contra las pelirrojas?_ pregunta Mía mostrándose ofendida.
_ salí con una un tiempo. Fue la peor decisión que tomé en mi vida, ¿ Pueden creer que un día amanecí amarrado a una cama desnudo y sin ningunas de mis pertenencias? Mi reloj de oro se había ido _ dice. Mía lo ve con hostilidad.
_ puede esperar su turno señor Robinson. Ahorita yo estoy contando mi historia_ dice y hace pose digna.
_¿ Se llevó tu reloj de oro? ¿ Acaso era un Rolex?_ pregunta Adam.
_ si. Mi maldito Rolex_ se lamenta.
_ entonces no era una pelirroja tonta _ suelta Adam.
_¿ Me dejarán seguir contando mi historia acaso? _ protesta Mía. Entonces un golpe fuerte sobre el vagón nos sobresalta. Un fuerte rugido se escucha erizando cada uno de mis vellos corporales , uñas arañan con fuerza sobre el vidrio. Es un lobo. Todos se tapan los oídos y cierran sus ojos llenos de pavor.
_ ¡Thomas, prende más fuego!_ me ordena Stuart. Yo saco más trozos de leña de uno de los costales y los pongo sobre las llamas que teníamos en el recipiente. Los lobos empiezan a aullar con fuerza.
_ debemos hacer que se vayan _ dice Stuart.
_¿ Cómo? _ pregunto mientras lo veo tomando uno de los trozos de madera encendida. _¡ pon más madera Thomas!, _¡Adam, eres fuerte, sube acá y a la cuenta de tres abre la ventana!_ lo miro sorprendido.
_¡ No abrirán esa ventana Stuart!_ le grito.
_ ¡ Está loco!¡ Si abren la ventana todos moriremos !_ grita una de las mujeres y Eduard empieza a llorar muy asustado. Stuart se alza frente a mí.
_ no te atravieses muchacho. Debemos asustarlos o entrarán aquí y ahí si nos matarán _ me dice. Miro la ventana y puede ver cómo se mueve el vidrio con el peso del lobo.
_ pueden ser varios Stuart, es peligroso_ digo. Adam obedece a Stuart y trata de subir para abrir la ventana. Intento impedirlo pero Mathias corre hasta mí y me separa de Adam, forcejeo con él.
_ Stuart tiene razón, entrarán si no hacemos algo_ dice.
_¡ 1! ¡ 2! ¡ 3! _ oigo gritar a Stuart y Adam abre la ventana y se arroja de nuevo al suelo, el lobo intenta entrar pero Stuart lo sorprende con fuego. tomando el leño encendido lo arroja con fuerza sobre el lobo. Todos gritan asustados y Entonces Stuart toma dos más y los arroja al mismo tiempo haciendo que el lobo haga un aullido de miedo y salte de sobre el vagón. Stuart cierra de nuevo con rapidez . Todos respiramos agitados , yo busco aire y trato de recobrar el color. Entonces miro a Stuart.
_ estás loco, ¡estás loco!_ lo empujo talvez por la adrenalina del momento. Voy con todos a ver cómo se encuentran. Eduard se abraza a mí con fuerza.
_ era enorme_ dice Adam. _ lo ví de cerca , no quiero hacer nunca más algo como eso, pudo haber arrancado mi cabeza antes de que cayera al suelo_ dice con semblante pálido.
_ fue buena idea lo que hizo Stuart_ dice Mia. Respiro hondo. Entonces miro a Stuart. Tiene razón Mía. No puedo negar que supo actuar con rapidez. Entonces voy y le agradezco sinceramente. Nos sentamos y Stuart pone más leños en el fuego.
_ se está acabando_ dice.
_ mañana saldremos por más_ respondo. Mía se sienta a mi lado.
_ debes confiar en los demás Thomas, también saben lo que hacen _ me dice. Suspiro. Tiene razón y me alegro de tener a alguien como Stuart entre nosotros.