Los lobos no volvieron a molestar durante la noche. La mayoría pudimos dormir un rato. Yo sin embargo sigo probando la radio.
" Aquí tren de carga con destino a Hancobih, ¿ Me escuchan?" Solo se oye interferencia. Lo pruebo no sé cuántas veces y desisto, estoy agotado y deseo dormir un poco.
La claridad al día siguiente me despierta. También el olor a café recién colado que ha preparado Mía. Creo que es tan adicta como yo a la bebida negra. Miro a Stuart ya despierto conversando con alguno de los hombres. Eduard aún duerme. Me levanto y recibo una porción de café humeante entonces oigo a alguien tosiendo. Tose mucho. Es Beth. La madre de Eduard. Miro a Mía y ella camina hasta donde está Beth. Yo sigo a encontrarme con Stuart.
_ vaya Thomas, por fin despiertas, te esperábamos , debemos sacar de aquí los cadáveres, todos debemos salir y hacer nuestras necesidades.
_ ¿ No te parece riesgoso sacarlos a todos?_ pregunto preocupado.
_ no si estamos preparados. Los hombres vigilaremos con fuego. Enterramos los cadáveres y uno a uno irá tras los árboles mientras tres de nosotros vigilamos_ propone Stuart. Agarro aire. Entonces asiento. Mía se acerca.
_ la respiración de la señora Beth está un poco mal Thomas, el frío la está enfermando_ dice y yo hago una negación preocupado. Voy con ella y trato de alentarla. Tal vez el humo de la madera le está afectando tanto o más que el frío. Debemos idear una manera de que el humo no la alcance y sin embargo reciba calor del fuego. Ella sigue tosiendo y Eduard se muestra preocupado. Me levanto y vuelvo con Stuart. Entonces decidimos dar una charla a todos, debemos prepararlos , tendrán que saber cómo actuar y que no hacer al salir. Deben estar dispuestos a obedecer las órdenes de Stuart. Confío en él y pongo a los pasajeros a su cargo. Entonces atraigo la atención de todos y les explico cuáles son los planes. Me dirijo a Leticia, la madre del bebé muerto.
_ hoy debes despedirte de él, ya son tres días desde que murió_ ella suspira. Entonces asiente. Sonrío comprensivo. Ella lo envuelve y se lo entrega a Mía. Respiro hondo.
_ gracias, eres muy fuerte_ le digo. Entonces explico a todos por qué debemos salir, cuanto tiempo estaremos afuera y los cuidados que debemos tener. Pero hemos decidido salir de tres en tres luego de enterrar los cadáveres
, cinco de los hombres que estaremos vigilantes. Primero subimos a la superficie para visualizar la zona. Stuart, Mathias, Adam y yo. Miramos bien a todos los extremos. No hay lobos cerca. Parece que se han comido los cadáveres que estaban del otro lado o la nieve los ha cubierto. Eso ha de ser pues los árboles están casi que cubiertos .
_ podremos ir tras aquellos árboles, está más cerca del vagón por si hay que correr. _ Adam, tú irás por la madera para prender fuego , Thomas asegúrate de tener la revista preparada. El frío tal vez haga difícil encender el fuego_ nos dice Stuart. Asentimos . Entonces armamos una especie de andamio para que las mujeres y Eduard puedan salir. Subimos algunos hombres y nos percatamos que no hay lobos cerca, entonces mientras Adam va rápidamente por suficiente leña yo aguardo con el encendedor y las revistas, Adam vuelve sin contratiempo, usamos un poco de tinel encontrado en el vagón de herramientas y con eso logramos encender la madera, entonces haciendo el suficiente fuego para mantener alejado a los lobos, Stuart aguarda precavido mientras subo al vagón por el bebé y su madre, decidimos que Leticia sería de primero pues daremos sepultura a su bebé. me coloco sobre el andamio y Mía me entrega al bebé, entonces se lo entrego a Mathias que está sobre el vagón , luego ayudo a subir a Leticia y finalmente salto fuera hacia la nieve, ayudo a bajar a la señora Leticia y Mathias me hace entrega del bebé. Adam vendrá con nosotros y también Mathias. Los demás estarán arriba vigilantes y Stuart preparado cerca con el fuego. Caminamos a una distancia dónde la nieve está suave y fácil de remover. Leticia empieza a llorar desconsolada y aunque es natural debe hacer un gran esfuerzo por contenerse pues solo atraeremos a los lobos. Adam comienza a abrir un hoyo y cuando es notable que puede cubrir al bebé lo ponemos allí. No sin antes dejar que su madre lo bese. Es una escena horrible. Luego cubrimos el hoyo con el bebé bajo la nieve y abrazo fuerte a su madre.
_ lamento tanto ésto _ le digo. Ella llora sobre mi pecho con una honda tristeza que da leves golpes a mi pecho. Entonces grita con fuerza y jala sus cabellos. Mathias intenta calmarla pero es inútil.
_ oye Leticia, no quieres atraer a los lobos, debes pensar en los demás _ digo, entonces se suelta de mí . Corre alejándose del vagón, miro a Mathias y ambos corremos en dirección a ella. Mathias la logra alcanzar y juntos caen sobre la nieve mientras ella forcejea contra él y hunde sus uñas en la cara de Mathias, sigo hasta ellos para ayudarlo entonces Adam y Stuart gritan con fuerza.
_ ¡ Lobos! ¡ Deben regresar! _ Mathias se levanta sosteniendo con fuerza a Leticia y es cuando me doy cuenta que a metros de ellos hay un lobo.
_ vuelvan, vuelvan, ¡hay un lobo!_ grito. Entonces Leticia muerde en el brazo a Mathias quien la suelta del dolor . Ella corre hacia el lobo y miro con horror lo que hace. Quiere suicidarse. Mathias trata de detenerla pero no es la mejor idea.
_¡ Vuelve Mathias!_ grito. Él al ver que no podrá alcanzarla corre hasta mi. Lo espero con horror en mi mirada, el lobo se lanza sobre la mujer y rueda con ella unos metros más allá. Ella grita con fuerza, el lobo muerde su cara y yo retrocedo, corro de regreso, Mathias tras de mi y pronto llegamos al resguardo tras el fuego. Tomamos leños encendidos y los extendemos frente a nosotros, el lobo se acerca, pero no demasiado. Hace movimientos ansiosos, parece querer arriesgarse y correr hasta nosotros, pero un aullido lo atrae. Se detiene y corre de vuelta, llega hasta donde está Leticia que parece que aún vive , jalando entre sus dientes a la desafortunada mujer , la arrastra por una pierna y se la lleva con él.
Al ver que el lobo se ha ido bajamos los leños a la fogata y empezamos a respirar con agitación. Busco aire de algún lado y poco a poco cada uno repone el aliento. Stuart me mira con semblante aterrado. No decimos una palabra. Solo nos miramos llenos de ansiedad. Stuart hace una negación.
_ esto es una maldita locura, ¿ Cómo pudo hacer algo así?_ dice por fin.
_ estaba destrozada por su hijo. Debimos suponer que no sería fácil para ella_ dice Adam.
_ la muy perra mordió mi brazo, me arrancó un pedazo Thomas_ se queja Mathias. Miro su herida. Es un poco profunda. La muerte de su hijo desquició a esa mujer.
_ Mía te curará, también tu cara_ le digo.
_ debemos enterrar el otro cuerpo_ digo. Stuart asiente. Entramos al vagón , Stuart y Adam permanecen afuera alertas. Entre Robinson y Andrew cargan el cuerpo de la señora Rebeca, entre Josep y yo lo recibimos en el andamio y entre Mathias y Stuart arriba del vagón. Subo hasta ellos y junto con Stuart lo bajamos a la nieve. Lo llevamos cerca del cuerpo del bebé y con un recipiente tapamos su cuerpo grande con nieve. No hay señales de lobos cerca. Finalmente hacemos salir a todos, de tres en tres, para que hagan alguna necesidad . Las mujeres van tras los árboles y los hombres miramos los alrededores. Ellas son cubiertas por unas mantas mientras se agachan en la nieve. Finalmente hemos buscado leña , hemos vaciado nuestros intestinos o vejiga y todos van regresando al vagón. Casi todos están dentro pero las últimas en entrar son Mía y Marie. Mirar aquí afuera a Mía me hace apreciar más su belleza, al lado de tanta nieve su cabello es más rojo de lo que pensaba y sus bellos ojos parecen dos hojas de menta . Es un verde tan hermoso. Ellas vienen hasta nosotros.
_ gracias escritor_ me dice pasando por mi lado. Entonces empieza a correr divertida. Parece feliz. Corre como niña pequeña y tomando en su mano un puño de nieve lo arroja hacia mí. Rio divertido y la otra mujer se une al juego. Por un momento me olvido del peligro y me divierto arrojando nieve a las mujeres, sorprendo a Mía con un ataque de nieve que golpea su cabello haciendo que esta corra hasta mí riendo divertida. Su risa inunda el aire y hace que parezca que tenemos esperanza. Me alcanza y al empujarme caigo al suelo y ella a mi lado. Reventamos a reír mientras Stuart nos grita que es hora de entrar. Ella se sienta sobre la nieve y me mira risueña. Me quedo tendido sobre la nieve y aparece un momento de seriedad.
_ eres tan hermosa_ le digo haciéndola ruborizar. Ella sonríe , se levanta y corre al vagón. Suspiro y me levanto mientras la miro abrazándose a Marie caminar juntas hasta Stuart. Ambas ríen y siento La Paz de haber disfrutado por un momento estar en este lugar con la mujer más hermosa que haya visto jamás.
Entramos por fin al tren y enseguida Eduard pregunta por Leticia.
_ si ¿ Dónde está ?_ pregunta Lena. _ oímos gritos. No me digas que le sucedió algo a la pobre mujer_ dice ansiosa. Respiro hondo. Todos me miran. Asiento.
_ perdimos a la pobre mujer_ la cara de las otras mujeres es de pesar. La preocupación las embarga como es natural.
_¿ Cómo pasó?_ me pregunta Mía.
_ ella corrió hasta los lobos. No soportó la perdida de su hijo_ digo aún consternado volviendo a la terrible realidad que nos cerca. Mía agarra aire. Me mira con pena y se aleja. Se sienta en un lado y parece pensativa. Ponemos un poco de leña al fuego y me caliento las manos. Me acerco a Beth.
_¿ Cómo te sientes?_ ella sonríe fingido.
_ bien, solo necesito dormir un poco_ dice acomodándose sobre una manta. Marie la cubre con unas cobijas y pronto se duerme. Entonces me voy a mi lugar. Solo me siento ahí. Estoy cansado de fingir que todo está bien. Entonces Mía viene hasta mí.
_ no quiero pensar en lo que nos está pasando, seguiré contando mi historia_ la miro con semblante amargo. Respiro hondo.
_ ahora no Mía, no tengo ánimos de escribir_ le digo. Me siento triste. Ver a Leticia morir y siendo arrastrada por lobos me ha consternado. Y aunque tuve un dulce momento allá afuera luego de eso con Mía, aquí adentro solo puedo pensar en el sabor de la derrota, la odiosa que vuelve a acercarse y se burla de mí. De mí y de todos los que están aquí. No sé cómo está realmente Beth y si su vida pierde ¿ Que va a ser de Eduard? El pobre estará desolado. No sé cuanto más podamos aguantar está odisea. No sé si la madera se acabe y ya no tengamos como resistir el ataque de los lobos. Las escopetas están descargadas, mi arma tiene una sola munición. Somos simples humanos incapaces de volar e irnos de aquí.
Ella me mira decepcionada, suspira y se levanta. Con el ánimo cruel que me posee en este momento no soy capaz de ir por ella. La señora Beth duerme tranquila, y Marie calienta un poco de agua que pone en unas botellas y acerca a la manta de la señora Beth para que reciba calor, y con otro poco prepara un poco de café reanimando mis sentidos y devolviendome las ganas de seguir luchando contra mí mismo, contra los lobos, el frío y la desesperanza.
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