Capítulo 3

1427 Words
Abril El shock hace que no me pueda mover por varios segundos, leo la carta una y otra vez para tratar de entender lo que está ocurriendo sin tener resultados, ya que sigo teniendo las mismas preguntas. Esto no puede estar pasando, debe ser una broma, es imposible que mi padre haya perdido tanto dinero de la noche a la mañana, además en donde está mi madre, ella ama a los terremotos, no pudo haberlos dejado¿verdad? Respiro profundo varias veces hasta que logro calmarme un poco, me digo que todo debe ser un malentendido y ya mañana lo resolveré, además no me puedo alterar mucho ya que los terremotos se pueden dar cuánta de que algo no va bien y se pueden poner mal, me giro hasta donde se encuentran mis hermanos, quienes ahora se encuentra jugando desnudos y me concentro solo en ellos para distraerme. Dejo los papeles a un lado de mi mesita de noche y saco las pequeñas pijamas, lo único aparte de un conjunto de ropa y los papeles que venía en la mochila, los visto con ello y acuesto uno a el lado de el otro en el lado de la pared, cierro la puerta con seguro para que no me vuelvan a dar un susto como el de esta mañana y les coloco su caricatura favorita. Tomo una de las pocas pijamas decentes que tengo y para no pensar mucho en lo que dice la carta tomo un baño lo más rápido que puedo, cuando terminó de vestirme abro la puerta y los miro mientras que me cepillo, apago todas las luces cuando salgo y me acerco a mi enorme cama noto que ya se quedaron dormidos haci que alzó las conchas, me aseguro de que estén bien abrigados y me acurrucó dándoles la espalda. Y así, con todo a oscuras y en silencio, sin que nadie se de cuenta empiezo a llorar de miedo, miedo por qué si lo que dice esa carta es real no tengo idea de lo que haré, ¿que haré sola con dos niños? -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- Son las nueve de la mañana cuando despierto al otro día, ni tengo idea de cuando me dormí, pero estoy segura de que no fue tan tarde, por suerte para mí, los pequeñitos aún siguen durmiendo, lo que me dará más tiempo para pensar y aclarar todo lo que está pasando, así que me aseguro de hacer un barrera de almohadas para que no se caigan y tomo mi teléfono antes de encerrarme en mi vestidor de tamaño medio grande. Arrastro el pequeño mueble que hay en la mitad está una de las paredes para poder recostar mi espalda, ya que de el estrés me duelen dar fuertes dolores de espalda, enciendo mi teléfono y antes de armar un alboroto llamando a un grupo de personas específicas decido intentar de nuevo comunicarme con mis padres, fracasando de nuevo. Así que suspiro antes de llamar a quien me resolverá todas las dudas, Frank, el contador de la empresa, quien en menos de dos pitidos contesta. -Buenos días Abril ¿cómo estás? -Buenos días, justo ahora estoy muy confundida, ¿tienes tiempo para hablar? -Por supuesto, creo que ya se sobre lo que quieres hablar. -¿Que está pasando con mis padres? ¿cómo es eso de que perdieron todo? -Veras Abril, es algo muy triste lo que está ocurriendo, es algo que vienen ocurriendo desde hace mucho, pero tus padres no te quisieron decir nada sobre ello para no preocuparte. -¿Que es lo que no quisieron decirme? -Tu padre desde hace algunos años es adicto a las apuestas, al principio tu madre no se preocupo ya que cuando perdía solo eran pequeñas cantidades de dinero, pero desde hace algunos meses empezó a apostar más y a perder más, perdió tanto que la situación se le fue de las manos y no supo arreglarla, empezaron a irle quitando cosas como autos y casas, la tuya no pudieron quitársela por qué está a nombre tuyo, al igual que su casa principal está a nombre de tus hermanos, tu madre al enterarse de todo agarro sus cosas y se fue, ahora tu padre busca una manera de solucionar todo, ya que le dieron un tiempo para pagar y si no le quitarán lo último que le queda, la empresa. -¿Cuánto tiempo tiene? -No lo sé con exactitud, pero supongo que un mes o dos. -¿Y ahora que se supone que hago yo? -Tal vez ya sea hora de que desenpolves ese título que tienes. -Como si fuera tan fácil conseguir un trabajo. Cuelga sin decir nada más y yo me quedo procesando todo lo que me acaba de decir, yo creía que conocía todo sobre mi propia familia y ahora resulta que mi padre es un adicto a las apuestas, la seriedad de la situación me llega de golpe haciendo que empiece a llorar sin control otra vez, tanto que me cuide para no quedar embarazada y ahora tengo dos hermanitos pequeños que cuidar, sola, sin dinero y sin un trabajo. Lloro por no saber que hacer, soy una adulta si, pero aún no estaba preparada para salir a el mundo real, uno en dónde tienes que trabajar para comer. Unos pequeños golpes en la puerta hacen que me ponga de pie y me limpie la cara antes de Abril, encontrándome al par de angelitos que de ahora en adelante serán mi responsabilidad. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- A la única que le conté mi situación fue a Clarisa, ya que si mis demás amigas de enteran de que ya no tengo la misma capacidad económica que ellas me darán una patada en el trasero y me dejarán de tratar y de incluir en las fiestas de la élite. Clarisa siendo la buena amiga que es se ofrece a cuidar a los terremotos para que yo pueda salir a aclarar mis pensamientos por un rato, mientras ella los distrae en su casa yo aprovecho y me arreglo con ropa de color n***o para ir acordé con mis pensamientos deprimentes, salgo de mi casa y cierro con seguro pensando en que ya mañana tendré que decirle a Mirna que no venga más, por qué lo más probable es que no pueda pagar sus servicios por un buen tiempo. Me subo a mi camioneta y la enciendo también recordando que tendré que despedir a mi chófer, miro el tanque de la gasolina y casi doy pequeños saltos cuando veo que se encuentra casi full, tendré que empezar a ahorrarla, ya mañana miraré cuando queda en los otros autos. No conduzco mucho, me detengo en el primer bar que veo, y asegurando bien mi camioneta ingreso en el, el lugar apesta a cigarrillo y tiene pinta de que no ha sido remodelado en un buen tiempo, ya que el lugar parece un portal a la década de los cincuenta, aparte de que todo se ve muy viejo y sucio, restándole importancia a la apariencia de el lugar camino hasta la barra llena de hombres y mujeres jóvenes, elijo el lugar más apartado y una vez allí sentada llamo a el mesero para pedirle una cerveza de las más baratas que tenga, el hombre solo asiente y en poco minutos tengo una frente a mi. Sin pensarlo mucho me la llevo a la boca y la vacío casi hasta la mitad, queriendo olvidar todo lo que ocurre en mi vida y queriendo volver a los días en los que mi mayor preocupación era comprar de mi primera lo más nuevo de las tiendas de marca. Pero como el alcohol no hace efecto tan rápido empiezo a pensar sobre que haré de ahora en adelante, solo tengo veinte dólares y son con los que me voy a pagar las cervezas, así que como alimentaré a mis hermanos, con pagaré sus estudios y como pagaré los servicios, pienso y pienso en que haré mientras termino mi cerveza y pido otra, otra y luego otra más. Bingo, ya se que haré para sobrevivir mientras consigo un trabajo, puedo vender uno de mis autos y así me ayudaré mientras tanto, muy feliz con la nueva idea vuelvo a pedir otra tanda de cervezas para celebrar sola, hasta que derrepente me doy cuenta de el hombre a mi lado que lleva rato mirándome. -¿De te ofrece algo? -No, solo escucho tu interesante historia. -¿Cuál historia? yo no estoy contando nin... aah si, la historia, ¿me quieres dar algún consejo sobre que debo hacer?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD