Capítulo 3

2211 Words
Mi cabeza era un lío ahora mismo. ¿Cómo mierda se me había ocurrido pensar en Amy cuando Hayley me besó? Si eso hubiese pasado antes del sábado seguramente estaría corriendo por todo el pasillo del colegio gritando como una loca, pero ahora me encontraba confundida. Destino de mierda, puedes joderte. Esperé dos años poder besar a Hayley y justo tiene que aparecer Amy para confundirme en el momento donde tendría que estar más que feliz. Alrededor de quince minutos estuve maldiciendo en voz baja, pero la hora de clases comenzó y el timbre sonó. No tuve otra opción de ir hasta mi casillero para tomar mis cosas, tenía la clase de biología y no podía llegar tarde. Elegí uno de los asientos de atrás, ninguno de mis amigos estaba en esta clase, por lo que siempre me encontraba sola. Como hoy no tenía ganas de hacer socializar con nadie me senté en el último asiento. Estaba a punto de colocar mis auriculares en cuanto el salón comenzó a llenarse, pero entonces noté que Amy iba entrando y mi corazón se paralizó. Había olvidado completamente que compartíamos esta materia.  Ella analizó el lugar, dándose cuenta de que el único banco disponible era el que estaba a mi izquierda y la vi poner los ojos en blanco. ¿Y a ésta que le pasa? Ella se sentó a mi lado sin molestarse en saludar y tomó su celular. Si eso hubiese pasado antes del sábado seguramente estaría corriendo por todo el pasillo del colegio gritando como una loca. Pero me encontraba confundida. El timbre sonó y no tuve otra opción de ir hasta mi casillero para tomar mis cosas, tenía la clase de biología y no podía llegar tarde. Elegí uno de los asientos de atrás, a esta clase no venía ninguna de mis amigas, así que siempre elegía el banco más lejano. El salón comenzó a llenarse y mi corazón se paró al ver entrar a Lauren por la puerta. Había olvidado completamente que compartíamos esta materia. Ella analizó el salón, dándose cuenta de que el único banco disponible era el que estaba a mi izquierda y la vi poner los ojos en blanco. ¿Y a ésta que le pasa? Ella se sentó a mi lado sin molestarse en saludar y tomó su celular. —Hola —murmuré  Ella levantó la vista lentamente y me miró. Su cara estaba demasiado seria y debía confesar que me gustaba más cuando reía. —¿Que quieres, Mariana? —Oh... yo... —aclaré mi garganta—. Lo siento, no quise molestarte —Bien. —¿Que sucede contigo? ¿Porque me hablas así? —¿Que pretendes? —cuestionó dejando su celular sobre la mesa —¿De que hablas? —Te vi besándote con Hayley —suspiró—. Entiendo que hayas estado enamorada de ella, pero al menos ¿Podías no besarme y después irte con ella como si nada? —Las cosas no sucedieron de esa manera...  —No quiero que me des explicaciones ¿O eres mi novia? —me quedé sin palabras y ella me miró por última vez. Me sentía un imbécil por esto, ella en realidad creía que yo la estaba utilizando cuando no era así, el sábado por la noche me había dejado llevar por lo que quería en el momento, de lo contrario me hubiese ido con Hayley cuando me lo propuso y en cambio preferí quedarme con Amy. ¿Será que estas cosas me suceden por ser demasiado lenta? Me dediqué a garabatear en mi cuaderno durante toda la clase, no quería participar hoy. Admitía que de vez en cuando miraba a Amy, pero no obtenía nada de su parte, solo me ignoraba. La clase se pasó rápido, ella ni siquiera me dirigió la palabra y yo simplemente no supe que decir. ¿Se supone que debía pedir disculpas? ¡Si no había hecho absolutamente nada! Tampoco es que declaré mi amor por Amy y ahora estaba actuando como una auténtica perra. —Como les he dicho, necesito que hagan un buen trabajo —anunció la profesora—. Como nadie se ha quejado,  se harán los grupos de a dos y con su compañero de banco. Noté que Amy tampoco había prestado atención en la clase hasta que la profesora mencionó los grupos, entonces ella  se quejó audiblemente y todos se dieron vuelta para mirarla. —¿Algún problema, Johnson? —¿Puedo hacerlo con otra persona? —He estado preguntando toda la clase que si alguien tenía un problema con eso, ahora tus compañeros ya tienen sus grupos. Lo siento Ella maldijo en voz baja y se mordió el labio molesta, en ese mismo instante quería que la tierra me tragara, tenía demasiada vergüenza por todo lo que había pasado. No pasó mucho tiempo para que el timbre sonara, indicando que la clase había acabado. —¿Puedes darme tu número? —preguntó Amy sin mirarme —Uhm , si —ella me dio su celular y marqué los números correspondientes para agendarme luego. Ella no dijo nada más y tampoco es que me haya quedado esperando una eternidad, solo me fui antes de que eso se volviera más incómodo. Minutos más tarde, mientras entraba a mi próxima clase, recibí un mensaje. Amy ¿Puedes hacer el trabajo después de clases? Mariana Si, te espero después de clases para ir. —¡Hey, enamorada! —Alessia llegó a mi lado apoyándose en el casillero de al lado—. Así que Hayley te besó, eh... —Mhm, si. —¿Porque no estás saltando por todos lados? ¿Qué pasó? —Nada China, solo no estoy de humor... —¿Ella besa mal? ¿Tiene mal aliento? ¿Te mordió? —preguntó realmente preocupada —Tengo que irme a la próxima clase —corté rápidamente sus preguntas Prácticamente corrí hacia el otro salón, no estaba seguro de que decirle a Alessia y en este momento tenía un millón de cosas en mi cabeza. Amy y Hayley, Hayley y Amy ¿Que diablos sucede conmigo? Estaba ansiosa por ver a Amy, aún no entendía porque me había afectado en tan poco tiempo. Camino a la salida vi a Hayley al final del pasillo y me sonrió, así que le devolví la sonrisa, levantando mi mano para saludarla desde lejos. ¿Porqué cuando pensaba en una aparecía la otra? ¿De verdad me odias tanto, vida? Mi celular sonó dentro de mis pantalones y me detuve a ver de qué se trataba. Amy Tengo que entregar un trabajo práctico, te veo en tu casa en 30 minutos. Comencé a caminar hacia mi casa sola, al menos esperaba hablar con ella en el camino, pero al parecer no tenía suerte este día. Mis padres volverían más tarde, ellos habían ido a hacer las compras semanales y me daban tiempo para estar un poco a solas con Amy. Saqué dos tazas y comencé a preparar chocolatada para ambas, aunque no estaba segura si a ella le gustaría. El timbre sonó unos minutos más tarde y mi estúpido corazón comenzó a acelerarse. Amy se encontraba del otro lado, con los cuadernos en sus manos y su rostro un poco extraño. Ella ni siquiera se veía molesta ahora, se veía como si estuviese triste y eso me estaba matando por dentro. —Hola —murmuró —¿Cómo sabes mi dirección? —Te he traído el otro día —suspiró—¿Y tus padres? —Vendrán más tarde... quizás se tarden. —Está bien... —apoyó sus libros sobre la mesa de la sala —¿Podemos hablar? —la miré esperanzada —Mariana, quiero hacer el trabajo. —Yo no la besé —solté para que me escuchara—,ella llegó y me tomó por sorpresa. —Entonces me alegro por ti, es lo que siempre quisiste —respondió sin ánimos  —No, para —gruñí por no saber que decir exactamente—. Lo que hice contigo el sábado era porque realmente lo quería —Habías dicho que le darías celos a Hayley, Mariana. —Si, pero en realidad después no me importó,. Disfruté estar contigo. —¿Entonces que pretendes? —se puso de pie y se acercó —Amy , yo...- —apoyé las manos en su abdomen  pero me sorprendí al escuchar un gruñido de dolor por su parte —¿Qué tienes? —Nada —respondió seca—, no te metas —¿Estás lastimada? —pregunté tomando su rostro— ¿Que ha pasado? —Solo fue una pelea —¿Una pelea? ¿Que diablos? —suspiré—.Déjame ver Ella se tensó cuando la miré y  comencé a levantar su remera, mi pecho se apretó cuando vi unos pequeños cortes en su abdomen. —Amy ¿Que ha pasado? —pregunté con más calma —Nada, no ha sido nada  —dijo de mala gana—.No te he dado permiso para que me toques —Lo siento, yo no quise.... —sacó mi mano con delicadeza y se sentó en una de las sillas de la sala, moviendo su pierna nerviosa. ¿Qué clase de persona la lastimados de esa forma en una simple pelea? —Iré por el botiquín —anuncié caminando hacia las escaleras —No es necesario, Mariana No la escuché y fui hasta uno de los cajones del comedor, sacando el botiquín lleno de gasas que siempre estaba preparado. Si ella quería enojarse o no, debía curar esas heridas de todas maneras. —¿Puedes dejarme? —pregunté una vez que me detuve a su lado—. Solo será un segundo y te dejaré, las heridas se infectarán —me miró nerviosa—.Confía en mi, no te haré daño. Ella suspiró resignada y se acomodó en la silla para que pudiera tener una mejor posición. Me agaché, colocando mi trasero sobre mis talones para mantenerme mejor y la miré por última vez para confirmar que estaba de acuerdo. Luego de un largo suspiro volvió a asentir y dejé que el iodo cayera sobre su piel, pasando la gasa por encima. Ella se tensó cuando apoyé el frío líquido sobre su abdomen, pero no se quejó. —¿Quién te ha hecho eso? —Han intentado robarme, eso es todo —murmuró  —No debiste enfrentarlo, eso fue realmente muy peligroso —suspiré—. No vuelvas a hacerlo, por favor —Mhm —murmuró Ella suspiró cuando raspe un poco la herida, necesitaba curar bien para que no tenga problemas luego. Una vez que despejé la zona y su herida estuvo bien, tiré las cosas en el cesto de basura y volví hacia ella. Nos quedamos mirando por un momento, sin decir nada. La verdad es que estaba disfrutando de sus ojos, me gustaban. —Me gustan tus ojos —dije sin pensarlo —Mariana... —Lo siento, no pude evitarlo —suspiré —¿Porque la besaste? —preguntó luego de unos largos segundos —Te he contado lo que pasó, yo no la besé  —¿Entonces debo creerte? —¿Recuerdas que el sábado me dijiste que se decían muchas cosas sobre ti? —ella asintió— ¿Y que debería conocerte para saber como eres en realidad? —Si, sé lo que dije —Entonces no me juzgues si no me conoces. —Es lo que he visto —Si, pero no fue así —suspiró— ¿Puedes darme una oportunidad? —pregunté—. No te alejes de mi, me gusta tu compañía —¿Y que pasará con Hayley? —insistió—. Mariana, no quería ilusionarme, yo sé que tú... —¿Quieres tener una cita conmigo mañana? —¿Qué tipo de cita? —Helado y películas- —levantó sus cejas —¿En tu casa? -—Si, aquí —¿Mariana? —nos separamos rápidamente y mi madre nos miró con una ceja levantada. —Hola mamá —su mirada estaba en Amy, quién estaba demasiado avergonzada en este momento —¿Quién es ella? —dijo divertida —Mhm, es Amy, una compañera del colegio —Mucho gusto, Amy ¿será que puedes venir a saludarme? ¿Mi madre la estaba molestando? Incluso ella escondía una risa, lo sabía. Se acercó a Amy y le dejó un beso en su mejilla. Amy le susurró un hola, demasiado tímida. —Hola —la voz gruesa de mi padre sonó por la casa —Mira Alejandro, Mariana ha traído a una nueva amiga —la última palabra la dijo de una forma extraña —Johnson—respondió mi padre en forma de saludo ¿De dónde la conocía? El timbre volvió a sonar y me ofrecí a ir porque mis padres estaban repletos de bolsas. Pensando que le preguntaría a mi padre sobre donde conocía a Amy abrí la puerta, encontrándome con una sorpresa. ¿Que diablos hacía Hayley aquí? ¿Que otro desastre peor había que dos enemigas mortales separadas por una puerta de madera? Seguramente tendría que haberme fijado en personas normales y no en un par de chicas que se odiaban a muerte y yo ni siquiera sabía cual de las dos me gustaba más.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD