Capítulo 2

2890 Words
Rachel Mac Millán El humo del café chocó con suavidad en mi rostro. Mis manos estaban cubiertas por guantes, sin embargo todavía podía sentir mis dedos helados. El abrigo que llevaba era de color marrón, me llegaba hasta un poco más abajo de los muslos. Usaba unos pantalones vaqueros y unas botas cortas negras. Caminaba algo acelerada por las calles. El clima de esta mañana había estado más frío que todos, por lo que cuando sonó la alarma para levantarme se me hizo buena idea dormir unos cinco minutos más. No obstante pasó una media hora y ahora iba atrasada a mi primera clase. Charlotte tampoco hubiera podido hacer mucho, ella ni siquiera había pasado la noche en nuestro departamento. Debía decir que ya estaba empezando a hacerme ruido que estuviera tan empeñada en disfrutar con el primer hombre guapo que se le cruce. Supongo que al principio me pareció algo "lógico", ya que aunque ella no lo mencionara, sabía que algo sucedió antes de marcharnos de Manhattan. No iba a exigirle que me lo contara, a fin de cuentas lo terminaría por hacer solita cuando llegara el tiempo. Mientras su forma de superación es disfrutar de la población masculina y eso por ahora le funcionaba. Mi estómago agradeció tanto que el café caliente llegará. Acomode bien la correa de mi bolso. Que estuviera yendo rápido hacia que cada dos por tres mi cartera se cayera molestándome. Miré el reloj de mi muñeca y automáticamente bajé el ritmo de mis pasos, no llegaría a la primera hora. Así que una vez que termine por resignarme me limité a beber mi café mientras caminaba tranquila. Si iba a perder mi clase por lo menos lo haría estando calmada. Solo espero que Charlie- Mi compañera de banco y prospecto de amiga-Prestara atención e hiciera los apuntes suficiente para cubrir toda la clase. Aunque eso se veía algo imposible después de ver sus historias en ** en donde se ve que estuvo en un bar con algunos compañeros hasta tarde. El sonido de mi móvil me distrajo haciendo que quitara mi mirada de la vidriera de una tienda. Abrí mi bolso y me paralice. Había olvidado que eso estaba ahí desde la semana pasada. Mordí el interior de mi mejilla mientras me sentía impotente por no poder correr la mirada del sobre. Cada vez que lo veía me recordaba todo lo que había dejado atrás, pero sobre todo a él. Esa mañana que llegó la correspondencia jamás imaginé que adentro de ella vendría camuflada lo que parecía ser mi perdición. Cuando termine de leer la invitación que de mi madre supe sin mirarme a un espejo que la expresión de tranquilidad que usualmente llevaba había desaparecido. Tenia que reconocerlo, en mis planes no estaba volver tan pronto. Siempre me planteaba que volvería a Manhattan dentro de tres años. Lo cual no parecía ser mala idea ya que mi madre no era una preocupación. Ella venía a verme cada que podía, si alguna vez pensé que la distancia sería un impedimento para las dos me equivoqué. Ahora estaba atrapada. No quería volver y al mismo tiempo si. Estaba cagada ante la suposición de que esta invitación me había servido como una excusa sumamente razonable para decidir volver, ya que antes no tuve una y ahora si, eso estaba asustándome. Charlotte sabía lo de la invitación, sin embargo no habíamos tratado el tema de lo que significaba volver. Sabia que quería saber que era lo que sentía, pero las cosas no funcionaban así, nosotras no nos presionábamos, tan solo esperábamos. No obstante a veces tenia curiosidad por saber que es lo que opinaba ella al respecto. Si soy honesta ella puede inventar una excusa para no asistir y seguir evitando todo lo que tiene pendiente allá. Después de todo el compromiso más grande lo tenia yo, era su hija. No quiero decir que a mi madre no le importe si Charlotte fuera, eso no era así, tan solo digo que sería más doloroso que yo no fuera. Debo tomar una decisión y pronto. Hasta el momento solo volvería yo. Mi mejor amiga había permanecido en un voto de silencio en este tema, lo cual respetaba pero me fastidiaba porqué necesitaba saber si la tendría cuando no solo tuviera que enfrentar a toda la presa, sino que también al tormento de hombre con ojos noche que manejaba la ciudad. En pocas palabras; Daniel McGregor. Se sentía raro decir su nombre. Por mucho tiempo lo había bloqueado de todo tipo de mención en alguna conversación, trataba de evitar ciertos canales de televisión para no saber de él, incluso pasaba por los puestos de revistas sin ver por miedo a que su rostro apareciera en una portada. Podía decir muchas cosas con respecto a él, pero eso significaba volver a lo de antes, a las interminables noches sin poder dormir por la culpa de haberlo dejado. Cualquier pensaría que después de subir al avión que me traería a Inglaterra estaría feliz. Pues la realidad era otra, no dudaba al decir que una parte de mi corazón se había quedado en Manhattan, una parte que no sabía si volvería a recuperarla pero había aprendido a vivir sin ella. Una gran parte de mi no quería volver por miedo a que cuando lo vea de nuevo me diera cuenta que fue un error marcharse. Sin embargo la otra parte, la más curiosa, si quería saber si había valido la pena. No iba a mentir, extrañaba mi hogar. Ahí estaban mi padre, Alisha, y Vanessa. Estaban las personas que habían marcado mi vida y reconocía que extrañaba visitarla ya que hablarles era algo que se me hacía fácil. Si lo pensaba bien, era una extraña por preferir contarles mis sentimientos a los muertos que a los vivos. Cualquier pensamiento que estaba teniendo termino por interrumpirse cuando vi que mi café ya no estaba en mi mano sino que en suelo. ¡Mi café fue desperdiciado!. Me volteé con mi nariz ligeramente arrugada y mis cejas hundidas. El raro buen humor que tenia hoy había desaparecido cuando vi el prospecto de chico que tenia frente mío. Traía un casco en su cabeza que lo hacía ver más torpe de lo que parecía a primera vista. Su mano derecha acaricia su brazo izquierdo, lo cual me hizo saber que esa zona había sido afectada por el golpe. Visualice una patineta a unos pocos metros de nosotros. Apreté mis dientes mientras mi mirada lo asesinaba. No sabia si estaba drogado o era un inconsciente ya que solo se limitó a sonreírme como si nada hubiese pasado. Consumió algo, definitivamente. -¿Acaso tú vista falla o que?-Brame-. ¿Me convertí en fantasma para que no puedas verme? ¡Tiraste mi café!. Su sonrisa se ensanchó y sentí el fuego arder dentro mío. ¿Se estaba burlando de mí?. Se quitó el casco de la cabeza y recién ese instante pude notar la presencia de los mochos que tenía. -Créeme guapa que no eres un fantasma. Porqué si lo fueras cogería una pistola ahora mismo para matarme, no tiene sentido estar vivo si no podría ver esta belleza. Pestañé abrumada y algo sorprendida. Mi boca se había entreabierto. Una vez que tuve bien procesado sus palabras fruncí mi nariz con disgusto e irritación. -¿De donde te has sacado los piropos de cuarta, eh? ¿De un callejón?. Él dio un paso hacia adelante y por reflejo retrocedí uno. -No lo he sacado de ningún lado, estos piropos me los inventé para poder conquistar chicas como tú. -¿Chicas como yo?.- Cuestione levantando una ceja. Asintió. -Fresitas niñas de papá que jamás han trabajado o hecho algo por si solas. ¿Escuché bien?. No puedo creerlo. Justo cuando pensé que nada podría ser peor. -Eres un subnormal.- Dije y volteé mientras me alejaba lo más rápido posible del imbécil. Este día no podría ser mejor, realmente no puede. Definitivamente esto no era lo que había planeado para mí, en lo absoluto, yo solo quería días tranquilos antes de tener que volver al caos que me esperaba en mi retorno. Pero claramente la suerte no estaba de mi lado, el karma parecía estar empeñado en seguir. ¿¡Hasta cuando me seguirá la desgracia!?. Bufé molesta. -¡Eh Barbie!- Ignoré su fastidiosa voz y aceleré mis pasos-. ¡Que te he chocado apenas, no puedes haberte quedado sorda!. -Si será idiota.- Susurré. Antes que pudiera seguir evitándolo vi como se atravesaba en medio de mi camino con su patineta en la mano. -Te invito un café. Hundí mis cejas. -No.- Dije rodeándolo. Sin embargo volvió a colarse frente mío. -¿Por qué no?.- Objetó. Volqué los ojos. -No salgo con chicos como tú- Crucé mis brazos-. Ya sabes, idiotas que creen que por decir dos palabras bonitas pueden tener el mundo a su pies. Pasé por su lado chocando nuestros hombros. Realmente me había hecho sentir muy satisfecha haberlo dejado callado y quizás un poco sorprendido por mi manera cruda de contestarle. -¿No me vas a pasar tu número?- Gritó pero aún así no me giré-. ¿Y tú **?. Sonreí. (...) -Quiero morirme. Charlie dejó caer su cabeza sobre la mesa de la cafetería. Se colocó la capucha de su sudadera y se quejó. -No hubieras salido. Corrió su brazo mostrándome la mitad de su rostro solo para dedicarme una mirada cargada de desprecio. Como lo había dicho antes, Charlie se la había pasado durmiendo toda la primera hora y no tenia ni un apunte anotado. Es más, cuando había llegado no la vi por ninguna parte del campus así que me decidí volver al salón donde estaría y la encontré durmiendo todavía. ¡Ni la campana la había levantado!. -¿Puedes ser una persona empática y entender que me duele la cabeza?.- Manifestó mientras se incorporaba y cruzaba sus brazos. -Estas del asco- Dije. -Te odio. Sonreí. Charlie Balotelli fue la primera persona que conocí de la universidad. Ella había entrado por una beca gracias a un gran promedio en todos los años de preparatoria, además de tener una gran habilidad para el básquetbol, lo cual también ayudó para que tuviera el 80% de la beca. A primera impresión creí que no nos llevaríamos bien. Es decir, me atemorizó cuando la conocí. Recuerdo claro cuando había llegado tarde el primer día de clases. Cuando al fin pude dar con el salón ya no quedaban muchos asientos disponibles y para mi fortuna fue él profesor quien me había mandando a sentarme junto a una chica de cabello corto con mechas de colores morada. Vestía con colores pasteles y mordía un lápiz. Se notaba que estaba enfocada solo en la clase, ni siquiera había notado que vacile al acercarme a su lado. De algún modo su expresión sería y su figura me habían hecho acordar a Vanessa. Sin embargo cuando al final de la hora ella abrió su boca supe que no eran para nada iguales. Charlie era torpe y graciosa, aunque pareciera ser soberbia y manipuladora, la verdad es que era ruidosa y escandalosa. Lo que más me hacía gracia era que no poseía la más mínima vergüenza, ella literalmente acosaba a los chicos. Su figura era voluptuosa, estaba de más de decir que su trasero y pechos eran el doble que el mío. Según lo que ella había mencionado nació en Venezuela y gran parte de su infancia la pasó allí, hasta que sus padres decidieron que lo mejor sería mudarse a Texas porque la situación no era buena en su país. -¿Cuando volverás?- Preguntó. -Todo las vacaciones lo pasaré allí. Mi madre me lo ha pedido y no tenia modo de negarme- Suspiré-. Lo más seguro es que vuelva un mes antes de que empiecen las clases- Exclamé dándole una mordida a mi manzana-. ¿ Y tú qué harás en la vacaciones?. De pronto vi como su rostro se iluminaba y una sonrisa adornaba su expresión. -Iré a Texas. -¿Por que tan emocionada?.- Inquiero. -Mi amiga de al lado de mi casa me dijo hace unos días que Jex también estaría todas las vacaciones ahí. Hundí mis cejas mientras pensaba. Ella nunca había mencionado ese nombre y que la alegará de ese modo me creaba cierta curiosidad. -¿Quién es Jex?. Atrapó su labio inferior con los dientes. -El amor de mi vida. Entorné mis ojos en ella mientras buscaba algún rastro de broma y diversión en ellos, lo que terminó por sorprenderme es que pareció haberlo dicho en serio. -Quita esa cara- Masculló moviendo su mano, como si no fuera la gran cosa-. ¿Viste cuando conoces a ese chico que no sale de tu cabeza, que sientes que es él único que puede hacerte sentir viva con el minino toque, ese chico que simplemente sabes que es él correcto? Tragué saliva y traté por mucho que mi rostro no se desfigurara. De pronto sentía un vacío en el estómago y mi pecho se empezó a apretar de manera dolorosa. Su rostro llegó a mi mente causando que la herida fuera abierta de nuevo. No me vi capaz de tener la suficiente fuerza en mi voz así que atiné a solo asentir en silencio. -Bueno, Jex es ese chico para mí. Fue mi novio por mucho tiempo y aunque ahora estamos separados, en ese momento era necesario alejarnos o nos haríamos daño. -¿Y no lo extrañas?. Charlie sonrió. -Siempre. Cada segundo- Exclamó-. Pero nuestro tiempo no es ahora y eso lo sabemos los dos. No estaba muy segura si preguntar lo que tenia en mente. No obstante en este momento todo lo que decía me hacía acordar a Daniel y quería que ella me dijera lo que yo tenia miedo a responderme. -¿ Y si aparece alguien?. -Es una de los temores con los cuales tendré que vivir.- Dijo encogiéndose de hombros. -¿No te parece que eso acabaría con ustedes?. Ella negó. -Lo único que puede acabar con nosotros no es una nueva chica en su vida, sino que nos hubiéramos tenido tan poco amor propio y decidiéramos seguir nuestra relación a pesar que el último tiempo solo nos causábamos daño- Sus ojos grises se entornaron en los míos-. Él se lleva lo mejor de nuestra relación y yo igual. Lo que ahora pase solo lo sabe el destino, ya sabes: "pasará lo que tenga que pasar". -¿Si fuera al revés que me dirías?- Inquiero mientras oculto mis manos abajo de la mesa así no se note el temblor en ellas-. ¿No tendrías miedo de olvidarlo?. -Rachel, jamás se olvida la persona que amaste, aunque hayas dejado de hacerlo. Simplemente no puedes. Apreté los labios. (...) -Tu madre está loca. Esas fueron las primeras palabras que Charlotte dijo al entrar al departamento. Eran casi las siete de la tarde. No la había visto en todo el día y por fin que lo hacía ella me decía eso, como si yo no lo supiera. Despegue la mirada de los cuadernos. Estaba estudiando mucho porqué ya se acercaba los exámenes finales y quería culminar mi primer año con buenas notas. Por eso mismo es que me había empezado a preparar mucho antes que mis compañeros, mis tardes se resumían a leer libros y hacer un plan de estudio, que hasta el momento me estaba funcionando. -Lo sé.- Contesté para volver a concentrarme en mis cosas. El sonido de sus tacones chocando en el piso de madera delató que se estaba acercando. Se dejó caer en el sofá, justo a mi lado y me miró intensamente. Trate de ignorarla, pero al final termine por rendirme. -¿Quieres contarme por qué mi madre esta loca?. Ella se enderezó con una sonrisa. -Si, por favor. La miré en silencio así empezará a hacer su melodrama. Seguramente no era nada de gran relevancia, sin embargo para mí mejor amiga si lo sería. Era un tanto exagerada. -Ella quiere festejar su aniversario...- Bufó- ¡En su casa!. Arrugue mis nariz y me quedé sin habla. Estaba pensando bien que le contestaría ya que no entendía que era lo malo de que lo hiciera así. -¿Y eso es malo?. Charlotte me asesinó con la mirada. -¡Por supuesto que lo es!-Bramó-. Tendría que festejarlo a lo grande, con todos los lujos. Se que dije que no la presionaría pero en este momento estaba poniéndome en bandeja de plata para sacar el tema y no lo desperdiciaría. -No pensé que eso fuera a importarte mucho ya que no me has dicho si asistirás o no. Se rascó el brazo nerviosa. -Todavía no lo he decidido.- Dijo en voz baja. Abrí mi boca pero la volví a cerrar. Respiré hondo mientras buscaba valor para formular la pregunta. -¿Qué ha pasado para que no quieras a volver Manhattan? Porqué ambas sabemos que no es normal que no quieras regresar, tú adoras ese lugar. Y eso nomas bastó para que se quedara callada. Toda su expresión había decaído y ahora la incomodidad le brillaba en cada poro. Estaba nerviosa, el movimiento de su pierna la delataba. Se tornó algo pálida. -No quiero hablar de eso. Suspiré. Estaba rara. Todo este tiempo lo había estado y no sabia como hacer para que terminara por confesarme que era lo que le causaba impedimento para volver. Porqué la conocía bastante para saber que la excusa de no querer ver a Rufus o su amorío con Kolt McGregor no eran el verdadero motivo, algo había pasado entre ellos, algo muy grande. Se notaba demasiado, ella parecía estar atormentada por la culpa. -¿Quieres helado?. -Por favor.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD