999999

2361 Words

Cuando tenía ocho años quería realmente un cachorro, pero mi madre siempre ha sido bastante inmadura y egoísta, por lo que fue a la veterinaria y se compró un cachorro, un pequinés maltés, blanco, completamente similar a un peluche, con un lazo color verde. Era la cosa más extraña y vaga del planeta, por supuesto no me hizo ningún tipo de gracia; aquel animal no hacía nada de lo que me gustaba en esa época; correr, jugar, salir, era la mascotas de mi mamá que se sentaba y daba giros a cambio de un premio. Lo único que compartíamos era el gusto por el sillón y la televisión, una noche se me olvidó guardarle en su jaula porque me quedé dormido temprano sobre el sofá y mi niñera se fue esa noche aproximadamente a las nueve solo estábamos el condenado perro y yo, pero después, a las dos de la

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD