[JORDÁN] Una semana después: 20 de julio El sol se ha escondido por completo, y la noche ha caído sobre los Alpes como un manto silencioso. Desde la ventana se ve el reflejo de las luces del pequeño pueblo cercano, pero dentro de la casa reina una inquietante calma. Esa calma que precede a la tormenta. Zehra duerme, o al menos intenta hacerlo. Lleva una semana entera con los nervios a flor de piel, y no es para menos. Cada día en esta casa se ha vuelto un ejercicio de paciencia y autocontrol. Yo también intento mantener la compostura, aunque en el fondo estoy igual de inquieto. El zumbido del teléfono interrumpe la noche. No es una notificación. Es una llamada directa, encriptada, solo posible desde una línea segura. Lautaro. Respondo con rapidez. —¿Qué pasa? La voz del otro lado no

