[ZEHRA] Apenas cuelgo el teléfono con Lautaro, siento cómo algo en mí se quiebra por dentro. Intento mantenerme entera, intento ser fuerte, pero la calma con la que habla, la forma tan meticulosa en la que oculta su miedo, me golpea más que cualquier grito de alarma. Me quedo unos segundos sentada en la silla, con el celular en la mano y la mirada fija en la nada. —Zehra… —la voz de Jordán me llama suavemente, pero no me muevo. Solo cuando me acaricia el brazo, como si temiera romperme, reacciono. Lo miro a los ojos. —No me dijiste todo, ¿verdad? Él baja la mirada. El silencio que se forma entre los dos es como una sombra espesa, una que se mete entre mis huesos. —Lautaro fue claro conmigo —empieza, con la voz tensa—. Leonardo descubrió al infiltrado que teníamos en su casa. Lo echó,

