III

2413 Words
Omnisciente Decir que estaba molesto era poco, Viktor estaba cabreado y mandando a tomar por culo a todo el que siquiera lo mirara, y es por eso que los dos de sus hombres que lo están acompañando en este momento, Sasha Novikov y Alek Petrov; ni siquiera han volteado a verlo. No solo es por respeto, sino también por algo de miedo. Viktor es el encargado del entrenamiento de los soldados, lo que significa que cuando está cabreado, le saca la mierda a base de ejercicios y combates, a todos. Solo basta que uno lo irrite un poco para que todos tengan que pagar en los próximos días. Él no tiene nada de contemplación, y ninguno puede rendirse, eso implicaría duplicar los ejercicios. Es más factible romperse un hueso que pedir piedad. - Señor, el asistente de Ross sigue diciendo que su jefe ha salido, pero nuestros contactos confirman que están adentro – suelta tranquilamente Novikov, con la mirada fija en el edificio frente a ellos. Lo bueno de esto es que probablemente Viktor descargue su furia en el hijo de puta que fueron a buscar, eso los salvaría de las rutinas del diablo. Más de uno se ha desgarrado músculos y aun así no se libran de él. Realmente, nadie quiere que el menor de los líderes se enfade más de la cuenta, también por eso todos maldicen seguido a su hermano mayor, quien parece siempre querer j***r su paciencia. Claro, se limitan a maldecirlo mentalmente, Dmitry ya ha molido a golpes a un par de ellos, nadie quiere ser su próxima víctima. - Ah, ese cabrón – suelta en un siseo el menor, viendo con los ojos entrecerrados la infraestructura – Quiero ver a la perra de Ross primero, es tan obediente – escupe con sarcasmo. No solo está molesto porque este hijo de puta quiere pasarse de listo y creer que puede evadirlos con excusas de mierda, eso solo aumenta su nivel de irritación. Lo que lo cabreó en primer lugar, fue Dmitry, que, a base de engaños, lo obligó a ir a comprarle comida a su mujer ¿qué mierda? ¿ahora es su maldito mensajero o que mierda? - No quiere salir, nos comunicó que su jefe está afuera y él no puede alejarse de su puesto hasta que llegue, dijo que podría esperarlo dentro si gusta, que todo irá por la casa – continua Sasha, quien fue el encargado de llamar pidiendo una cita de emergencia para hablar con el gerente del club. Ya una semana atrás, Nikolai fue el delegado en venir personalmente a hablar con Ross, sobre los cambios que habrían de ahora en adelante, todo parecía ir correctamente al inicio, aquel hombre dijo estar de acuerdo con lo que pedía el segundo hermano y dijo que no habría problema en trabajar para ellos. A los dos días se enteraron que seguían vendiendo mierda que sacaban de otro lado, y lo peor, que los bartenders servían bebidas adulteradas a petición de un tercero, a señoritas que solo iban a pasar una buena noche. Eso ultimo molestó a los hermanos, especialmente a Ekaterina, que odia como nadie cuando pasan ese tipo de cosas, y es por eso que ahora, Viktor es quien está haciendo la visita al Milenial. Con la petición de su hermana de quemar la estructura de ser necesario. No hay nada que salve a Ross. No solo quiso verles las caras de jodidos imbéciles, sino que droga a mujeres sin su permiso. Esa fue su sentencia. - ¿Y qué mierda con eso que no quiere salir? ¿entonces nos vamos a casa? Oh, una maldita disculpa por mi mala educación, vendremos cuando pueda – escupe furioso Viktor, volteando hacia sus hombres; se tensan. - Podríamos llamar la atención si lo sacamos a la fuerza – ya los dos pensaron en entrar y sacarlo, pero recordaron que lo primero que les pidió Nikolai fue discreción. Ese club les produce una generosa cantidad de dinero, por lo que solo tienen que deshacerse del gerente, no de la clientela. Ellos se encargarán de lo demás. - Pones la jodida pistola en su cabeza y le dices que sale por las buenas o tendré que mandar a alguien que limpie sus malditos sesos de las paredes ¿entendido? – ambos asienten y se apresuran a caminar a la entrada del club. - Hey, Fez – saludan al de seguridad, que los mira con el ceño arrugado. Él no es imbécil, tiene un par de años trabajando en ese lugar y sabe muy bien lo que está pasando dentro, también la clase de personas que lo manejan. - Petrov, Novikov, tiempo sin verlos – pero no quiere problemas, no necesita salpicarse de esa mierda, él solo se encarga de pasarles el detector de metales por el cuerpo a la clientela y dejar entrar o no, según la cantidad de personas que haya adentro. También sabe que estos dos no son simples clientes. - Hombre, tu jefe está en problemas ¿está dentro? – detrás de ellos, Fez puede ver a un hombre más bajo que el que vino una semana atrás para hablar con Ross, pero este parece más robusto y salvaje. - Sí, pero me han dicho que no puedo dejarlos pasar… - duda un momento. En serio no quiere meterse en problemas, pero sabe que, en esta situación, no importa a quien decida obedecer, los tendrá. El asunto está en saber elegir con quien meterse. - Oye, eres un buen tipo, en serio, no quiero joderte – comienza amablemente Petrov, sabiendo que, si habla su compañero, lo amenazará – Pero como sabrás, este lugar ahora pertenece al grupo Bogdanov, les pertenece a mis jefes, y el tuyo, le ha escupido al acuerdo que tenían. Fez había escuchado algo como que los rusos habían recuperado Seattle, no lo había podido confirmar, pero esto ya lo hace por él. La decisión estaba clara, él no quiere j***r con la mafia. - Adelante, saben el camino, para mayor privacidad, al final del pasillo de los baños, hay una salida trasera – ambos le agradecen golpeando ligeramente su hombro y pasan al club. Mientras sus hombres entraron a buscar la basura, Viktor se queda de brazos cruzados, controlando su respiración, tratando de relajarse un poco. Está tan tenso que le duelen los músculos. Entonces, alguien cae sobre él. Dispuesto a decir unas cuantas de sus palabras más coloridas, baja la mirada a la persona que atajó por mero reflejo. Y se sorprende. Es pequeña, su cabello es rojo y sus ojos azules. Es linda, pero su mirada se encuentra desenfocada. Está borracha. Huele a mierda. Es el pensamiento de Viktor cuando, después de detallarla, se da cuenta de su olor a alcohol, sudor y cigarrillo. Es simplemente desagradable, también una pena que alguien tan bonita, desprenda tal olor. - Discúlpeme – no es chillona. Por algún motivo, Viktor esperaba que ella sonase irritante, pero incluso se alejó y le sonrió con amabilidad. Y solo por eso, no la mandó a tomar por el culo, sino que le respondió civilizadamente. - No te preocupes – el menor de los Bogdanov no puede evitar recorrerla con la mirada. Es atractiva, pero hay algo más. No luce como una puta. Al contrario, hasta podría utilizar la palabra “tierna” - ¿Cómo te llamas? - ¿y qué mierda le importa eso? Aun así, responde, no puede evitarlo, ella sonríe de una manera diferente a la que ha visto antes. Se parece un poco a la manera en la que la morenita de su hermano le sonríe al cabrón de Dmitry. - Viktor Bogdanov – espera una reacción ante su apellido, pero no hay, comprobando que es solo una civil. Ella no tiene que ver con su mierda. - Yo soy Diana Holland, un placer conocerte y muchas gracias por salvarme – en un inicio, Viktor tiene que morderse la lengua para no preguntarle quien mierda le ha pedido su nombre, pero se obliga a relajarse. De alguna manera, no quiere comportarse como un jodido salvaje frente a alguien tan delicado. - No es nada – que quiera comportarse como un civil, no quiere decir que se volverá un jodido parlanchín, porque por la mierda que no tiene ese nivel de paciencia. La salvó de romperse el jodido culo contra el piso, le dio las gracias y ya está. La mirada del de ojos bicolor van nuevamente a la estructura frente a él y chasquea la lengua. Todavía sus hombres son aparecen, y como tarden más, pateará sus jodidos culos de mierda. Solo les pidió ir a buscar a dos personas ¿tanto les cuesta esa tarea? Son unos hijos de puta inútiles, y a él no le gustan los hijos de puta inútiles. Tendrá que hacer más duros sus entrenamientos hasta que aprendan a hacer bien una maldita tarea. - Eh… - voltea hacia la pequeña pelirroja - ¿Cuántos años tienes? – eso lo sorprendió. ¿Ella para que mierda quiere saber eso? - Veintiséis – de igual modo, le responde. - Oh, yo tengo veinticinco ¿cumplirás veintisiete este año o el que viene? – frunce el ceño empezando a irritarse con tanta palabrería. - El que viene – pero por algún motivo, no puede mandarla a la mierda como haría normalmente. - Yo cumpliré los veintiséis el año que viene también, lo que significa que nos llevamos solo un año – la pequeña pelirroja parece brillar, como si estuviesen hablando de algo jodidamente bueno, lo que confunde más a Viktor. ¿En dónde está la mierda interesante en la edad y los cumpleaños? - ¿Y por qué estás aquí? – sí, el Bogdanov está comenzando a irritarse, y toda esa molestia irá dirigida a sus hombres por tardar tanto y dejarlo con esa enana que no deja de hablar. - Negocios – escucha como suenan unas risas y voltea hacia las personas detrás de la pelirroja, que los ven entre risas y burlas. No hace falta acercarse para saber que todos tienen sus culos borrachos, y lo asquea. Son dos mujeres vestidas de puta y un par de jodidos imbéciles vestidos como eso, imbéciles. Quizás la que parece menos idiota es la pequeña pelirroja que no deja de j***r su paciencia con sus preguntas, pero si está frente a él tan borracha y quizás drogada, es porque también es una idiota. - ¿Negocios? Es una discoteca, aquí se viene a bailar, a menos que seas un proveedor de alcohol o algo así y vengas a hablar con el dueño ¿harás eso? – está harto, y podría solo decirle que viene a reventar el jodido culo del dueño a palos, para asustarla y que lo deje solo. Pero debe estarse enfermando o algo, porque no lo hace, no quiere asustarla. - Sí – ella asiente sin dejar de sonreír. - Eso es asombroso, nosotros vinimos a celebrar porque teníamos mucho tiempo sin des estresarnos, trabajar tanto es estresante y el estrés es malo para el cuerpo, escuché que el papá de una prima de mi mamá, murió de cáncer que se le generó debido a tanto estrés – y ella no hace sino seguir hablando sin parar. La paciencia de Viktor se ha estirado de una manera que hasta a él lo impresiona, pero siente que solo falta un pequeño empujón para explotar y matar a alguien. - Señor – rápidamente, el azabache voltea, consiguiéndose a Sasha – Lo estamos esperamos – bien. - Buena noche – suelta después de darle otra ojeada a la pelirroja y finalmente, se da la vuelta, sin voltear atrás. Es bonita, pero tan molesta como un maldito grano en el culo. - Los dejamos en el callejón del frente, están esposados ¿qué quiere que hagamos con ellos? – el menor de los lideres no responde, se limita a arremangar sus mangas cuidadosamente y ponerse el par de guantes de cuero que le regaló su hermana en su último cumpleaños. La insultó un poco pensando que era un regalo de mierda, pero ella le aclaró que, con eso, evitaría obtener marcas en los nudillos cuando golpeara a alguien. Luego comprobó la utilidad de esa prenda y desde entonces, siempre los lleva con él. - S-señor Bogdanov – suelta, tembloroso Ross, un hombre en sus cincuenta con un traje mal puesto, labial regado por su cara y despeinado – Perdóneme por no poder atenderlo cuando llamó la primera vez, estaba ocupado y mi asistente erróneamente decidió no interrumpirme, yo me encargaré de reprenderlo. Viktor observa ahora al flacucho al lado de esa escoria. También está temblando, pero al menos se queda callado. - No, yo le pido una disculpa, interrumpimos su follada, que vergüenza – se acuclilla frente a ellos y observa atentamente a los ojos del mayor. - No-no como se le ocurre y-yo siempre estoy disponibles para us-ustedes – Viktor puede conseguir similitudes entre esta escoria y su tío. Ambos son unos hijos de puta sin orgullo. Viles cucarachas revolcándose en su mierda implorando un perdón que saben que no obtendrán. - Hace una semana vino mi hermano… - comienza, porque dentro de todo, los Bogdanov son personas justas, y si van a ejecutar a alguien, primero les dirán de qué se les acusa. No tienen oportunidad de alegar, pero al menos sabrán que murieron por una razón. - ¡N-no es cierto! Teníamos una cita pe-pero su hermano faltó a esta – vaya, que sorpresa, Viktor no se esperaba este giro en la trama. - ¿Eso hizo? – el hombre asiente rápidamente. - Sí señor, vino en la noche y se distrajo con algunas jovencitas, le pedí a mi asistente que no lo molestara, que cuando el pudiera, hablaríamos – la rata incluso cogió confianza, creyendo que se salvaría. Sin contar con que su mentira, es el empujón que faltaba para que Viktor perdiera completamente la paciencia. Nikolai nunca haría tal cosa. Lo tumbó al piso con un golpe que le rompió un par de dientes, y después se subió a horcajadas en su torso, solo para poder golpear su rostro más cómodamente. Fue brutal, salvaje y cruel. Él incluso siguió golpeándolo cuando el hombre bajo él dejó de respirar. Paro solo cuando ya no quedaba rastro del color natural de Ross, todo era sangre. Si hay algo que irrita a Viktor más que sus hermanos jodiéndolo, es alguien queriendo j***r la imagen de sus hermanos.
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