( ?Fría como Navidad? )

1404 Words
Conduzco nervioso a centro municipio Libertador Marian a regresado cuando recibí su mensaje lo releí para saber si estaba despierto. Hola, Estoy en el apartamento veinticuatro en Conlallave. Puedes venir cuando quieras Recuerdo haber saltado de la cama con el pecho full de emociones, imaginando como se vería. Han pasado seis meses sin ver más que nuestras viejas fotografías y sus mensajes fríos. Al llegar frente a su puerta tomé aire para ocultar mis posibilidades de nervios, pero la puerta se abrió como si me estuvieran esperando. Era Marlene con su bolso en mano. _ Hola Zuriel, pasa Bienvenido Mari, Mira quién vino a visitarte. Gritó la muchacha Al subir las escaleras. Observé todo: mueblería color café, paredes inmaculadas, algunos cuadros, no muy pintoresco detalle la cocina. y poco a poco la ira se fue apoderando de mí. Era más que evidente por lo que tenía ante mis ojos. Tenían tiempo viviendo aquí, en la mesa de la ventana de la cocina que acompaña una silla, mecedora, manta, libros, una taza. Caminé a la mesa y ojé lo que leía. ( Pídeme lo que quieras de Megan Maxwell, )Pero, tenía los siguientes libros de la misma saga. Era Claro que Marian Pérez se refugiaba aquí, en esta ciudad y yo no lo sabía. Tomé la taza para oler el café, pero era Té de Jasmín. _ Buenos días señor Ladera, desea café, té o solo vino por mi ADN? Mi corazón bombeo al reconocer su voz, al posar mis ojos en ella quede aún más sorprendido, Lucía un vientre tan redondo como un balón de fútbol, el vestido tallado a su cuerpo me dejaba verlo, sus senos han crecido y podría jurar que su trasero está aún más jugoso, pero luce fría y seria. Recuperé la compostura, solté la taza, caminé hacia ella con tranquilidad. _ Buenos días Marian Pérez, Cómo estás? Aparte de hermosa Sentí su cuerpo estremecer con tan solo posar mi mano sobre su vientre abultado, al ver su reacción mis labios pedían devorar los de ella, pero al verla recomponer su seriedad aleje la mano. Camino hacia la cocina con su típica costumbre de tener sus pies descalzos, abrió la nevera mientras la observo en silencio. Se me descompuso el estómago al ver bajar un hombre por las escaleras sin camisa, cuando sentí el activar de una bomba dentro de mí. un estallido atrajo mi atención, Mariana había dejado caer el vaso, el chico corre hacia ella y la levanta en brazos cual niña, la soltó unos pasos después sin poder evitar exploté. _ Quién carajos eres tú? Pregunté muerto de celos. Sentí ganas de matarlo, pero ella respondió con el ceño fruncido. _ Es Jerry, hermano de Alameda, es mi vecino Explicó al tratar de limpiar sus pies y yo solo entendí que eran vecinos _ Estás bien? Te hiciste daño? Preguntó el maldito con los brazos y abdomen marcado. Creí que me saldría humo por las orejas. _ Estoy bien Jerry, Gracias. Dile a Alameda que estoy agradecida por todo. Le refirió sonriente. Quise borrarle La sonrisa al hombre, pero me contuve bajo la mirada expectante de su hermana y el que recuerdo, Como Jan, su novio. _ Entonces podemos hablar Preguntó con la cara tiesa. Podía sentir cada tendón de mi cuerpo contraerse. El perro la miraba con admiración, algo que podía identificar como anhelo. Mis alarmas se activaron al él responder. _ Volveré después. Ahora estás ocupada? Puede que traiga pizza o chocolate. Ella volvió a sonreír me planté frente a ella y volví a preguntar ante la mirada del desconocido. _ Puedo hablar contigo sobre nuestro hijo Recalco las últimas palabras para que el imbécil comprenda quién soy y por su reacción podría decir que lo entendió. Marian avanzó agregó al estar al pie de las _ Estare esperando los chocolates señor Ladera si es tan amable a seguirme Miré con sentencia al imbécil antes de cumplir la orden de la mujer que quiero ahorcar por sonreírle a un hombre en mi presencia. Entro a la habitación, cama, clóset, un escritorio lleno de libros. Fotografías de Luz adornan algunos rincones. Estaba convencido, tenía tiempo aquí. _ Cuánto llevas viviendo aquí? Pregunté con las manos en los bolsillos si las liberó. Terminaré estampando un puño en la pared _ Un poco más de un mes Se acomodó en su cama y por más molesto que estaba, quería tocarla. Estaba sediento de su amor, de su cariño. pero recordé al Gigoló que le sonreía y pregunté molesto: _ Más de un mes Eso quiere decir que hace más de un mes estás comiendo chocolates con tu maldito vecino. Agregue furioso. La cara del hombre se me hacía conocida, pero no recordaba de dónde. _ Qué tiene de malo? Es solo un amigo? contestó sin mirarme. Me enojé aún más _ Te prohíbo hablar con él Digo con decisión _ Qué tú no eres nadie para prohibirme nada contestó con Aires de grandeza: Camine al pie de la cama _ Te voy a aclarar algo, mientras lleves mi hijo en tu vientre es mi problema todo lo que hagas. No se te olvide que yo Zuriel Ladera, soy tu hombre y padre de tu hijo. Salí de su presencia. Estaba tan molesto que imágenes de mí rompiendo todo el apartamento con el vecino deambulaban en mi mente. Pero al pisar la sala no había nadie. Salí a la calle a matar mi odio con El capo del auto. _ Y ahora qué hago Pensé frustrado. Di unas patadas al neumático para terminar subiendo el auto con la sangre hirviendo. Las palabras y reacciones frías de María me habían golpeado brutalmente. Estaba Claro que no. Sería fácil disculparme ni recuperarla, Pero esto no me lo esperaba. _ Será que ya no me ama? Como pudo olvidarme tan rápido? si mi amor aún está intacto? Pregunté al viento. Sabía que no me respondería, Pero tenía que sacar esa duda de mi pecho o me ahogaría. Más tarde en la compañía... _ Señor Ladera lo esperan en sala de juntas _ Gracias Por favor, necesito que hagas llegar esto a esa dirección Pasé una nota a la secretaria que a leer responde sorprendida. _ Todo esto, Señor _ Sí has llegar todo antes del atardecer, por favor _ Sí señor, como ordene Sali tras su cara de desconcierto, pero no agregué nada. No acostumbró a dar explicaciones. pasó más de dos horas escuchando ideas y revisando plano, pero por más que intento relajarme y concentrarme no lo consigo. La imagen de mi amada embarazada no sale de mi cabeza. tenía que hacer lo posible por recuperarla. Al terminar la reunión salía aprisa a mi oficina. Al estar en mi escritorio tomé un trago de whisky. Desde lo sucedido con ella aprendí a beber para calmar las penas. Después del tercer trago, una notificación llegó. Al ver la pantalla de mi celular visualice su nombre. Sonreí al leer. _ Por qué me haces esto? Dime qué haré con todo esto? De verdad, tú debes tener un problema grave. tecleé _ Querías pizza y chocolate? Pues espero disfrutes los enviados Respondió en segundos _ Ven y saca toda esta mierda de Aquí Estás loco? Notas de voz con fotografía adjunta: Cincuenta cajas de pizza y más de cien de bombones ocupan la pequeña sala de su apartamento. Sonrío al sentirme victorioso. _ Si no puedes comértelos todos, Dile al vecino que se puede comer la mitad, pero trata de darle su porción. Antes de que mi día laboral termine, te veo esta noche. Apreté enviar más decidido que nunca. Esta mujer era mía. Nadie se interpondría en mi camino, así que haré notar mi presencia. Mi teléfono anunció tres mensajes más, pero no quise abrirlos. no quería ofuscarla en su estado, Así que decidí ignorar El sonido del celular para encontrarla más tranquila. En la noche, al ver que no abría los mensajes ni respondía, timbró varias veces. Salí de la oficina dejando el aparato irrumpir el silencio. Caminé por los pasillos del edificio como nunca lo hacía. Necesitaba despejar la mente, pero al estar frente a la cafetería, a punto de pedir un capuchino, recordé dónde había visto el rostro del vecino. El vecino era nada más y nada menos que aquel hombre que había conseguido una vez bailando con Marian en mi discoteca y ahora sentía más celos que esta mañana.
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