VII

1738 Words

VIIÁ eso de las once entró doña Pura bastante sofocada, seguida de un muchacho recadista de la plazuela de los Mostenses, el cual venía echando los bofes con el peso de una cesta llena de víveres. Milagros, que á la puerta salió, hízose multitud de cruces de hombro á hombro y de la frente á la cintura. Había visto á su hermana salir avante en ocasiones muy difíciles, con su enérgica iniciativa; pero el golpe maestro de aquella mañana le parecía superior á cuanto de mujer tan dispuesta se podía esperar. Examinando rápidamente el cesto, vió diferentes especies de comestibles, vegetales y animales, todo muy bueno, y más adecuado á la mesa de un Director general que á la de un mísero pretendiente. Pero doña Pura las hacía así. Las bromas, ó pesadas ó no darlas. Para mayor asombro, Milagros vió

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