CAP1
El sol se estaba poniendo, todos los del Pueblo veían como era subida a una carreta, con grilletes en los pies y manos, no era una prisionera, los prisioneras vivirían al pasar la noche, yo no , yo seria sacrificada y devorada por el Rey demonio de Maynmar
Iba vestida de blanco, con un manto blanco cubriéndome la cabeza, vi por ultima vez la casa que me vio crecer y me subí a la carreta y no mire hacia atrás, ni una lagrima derrame.
Al caer la noche llegamos justo a la frontera de nuestro reino Ceilan y la frontera con Maynmar, abrieron las puertas de la carreta dos monstruos con lengua de serpiente, me tomaron de los brazos y me bajaron de la carreta, apenas había puesto un pie fuera de esa carreta, avanzo y me dejo ahí con esos dos monstruos
-Sube-
Me señalaron otra carreta con sus lanzas, subí sin rechistar, tampoco era necesario que me tomaran de los brazos, no tenia planeado escapar, el camino era ajetreado, el miasma era denso no se podían ver las estrellas, apenas la luz de la luna podía pasar.
Llegamos a un enorme castillo, un monstruo con orejas de perro ordeno que me bajaran y me dirigieran a la sala del trono
Dos cositas tomaban mis grilletes y el monstruo con orejas de perro me empujo frente al trono, una gran sombra yacía ahí
-Mi rey aquí esta su nuevo sacrificio, aunque debería ordenar que le manden otro esta chica esta escuálida-
-Oye, no hables de mi como si no estuviera y claro que me va a comer, no se ve que sea un rey que desperdicie comida por muy escuálida que parezca-
-Insolente te atreves a hablar frente nuestro rey-
El rey soltó un rugido tan fuerte que el manto que cubría mi cabeza salió volando, podía sentir como las cositas que tomaban mis grilletes temblaban
-Discúlpate con rey-
-Si da miedo-
Me dijeron las dos cositas, yo levante la mirada y el rey se había puesto de pie esta cubierto de pelo como un León, pero también tenia cuernos y unas garras largas
-¿Como te llamas sacrificio?-
-Mi rey es un simple sacrificio, no merece que le dirija la palabra
-Silencio Abdon-
Le bramo y el sirviente se hizo a un lado
-Y bien ¿Cómo te llamas?-
-Celina-
-Celina, no lloras, no pides piedad, no suplicas por tu vida-
-Me criaron para ser el sacrificio, no tengo un lugar al cual regresar, nadie me espera, así que si mi propósito es un sacrificio lo seré, así que le pido que se como este insignificante sacrificio-
Vi como se levanto de su trono y camino hacia mi, podía verme reflejada en los enormes ojos del Rey demonio, pálida, cabello rubio casi blanco, ojos azules, bien podría ser un fantasma; cuando por fin se puso de pie frente a mi abrí los brazos de par en par y cerré los ojos aceptando mi destino.
Su caricia me sobresalto, su pelaje era suave y por instinto busque el tacto con mi rostro, cuando abrí los ojos su enorme mano con garras me tomaba del rostro.
-Me has conmovido un poco, a partir de hoy estarás conmigo hasta el día de la ceremonia del sacrificio-
-Wow Rey su pelaje es muy suave ¿Cómo lo cuida?-
-Niña te estoy hablando-
Tomo de la cadena que iba hacia el grillete de mi cuello y me acerco tanto a el que su aliento me hacia cosquillas
-Serás mi mascota hasta el día de la ceremonia-
-Pero mi Rey esta niña debe..-
El rey demonio le dirigió una mirada asesina a su sirviente Abdon
-¿Que acaso no soy el Rey? Kolbs lleven a Celina a mis aposentos-
Las cositas comenzaron a caminar y me guiaron hasta los aposentos del Rey demonio, tal vez quiera torturarme oh jugar conmigo como un gato juega con su presa.
Los aposentos del rey no son ostentosos, realmente no hay nada más que una enorme cama, ventanas que dan una vista hacia la luna, lo poco que se pueda ver.
-Veo que no me tienes miedo-
Di la vuelta, el Rey demonio estaba parado en la puerta ya cerrada detrás de el
-Fui criada para ser un sacrificio así que mi destino será ese-
-¿Criada para ser un sacrificio?-
Asentí, el se sentó en la cama y me hizo un ademan para que me acercara
-Eres mi mascota, entretenme contándome sobre como tu destino fue escrito-
Me acerque y me arrodille frente a el
-Fue una noche, estaba leyendo un viejo libre de hierbas medicinales, había una planta que no sabia cual era y mi hermana mayor ya dormía, fui a buscar a mis padres, estaban sentados en nuestro pequeño comedor, los escuche decir que ahora el sacrificio saldría de nuestro pueblo, mamá estaba preocupada por su hija y papá la tranquilizo que ella estaría bien porque tenían un remplazo, que para eso me habían recogido-
-¿No son tus padres de sangre?-
-No, mis padres fueron atacados por unos monstruos y al parecer quedaron satisfechos con ellos y me dejaron ahí, luego ellos escucharon mi llanto y me adoptaron-
-¿Entonces no tienes miedo de que te devore?-
-Para ser sincera me dan mas miedo los humanos, de las cosas que pueden llegar hacer-
-Así que no me tienes miedo-
-No-
-Pues deberías-
Me tomo con una sola mano y me tumbo en la cama y el se puso sobre mi, con su mano me tomo del cuello, me gruño y me mostro sus filosos colmillos, pero yo seguía sin sentir miedo
-Haz logrado que mi interés por ti se mantenga, aunque solo te mantendré a mi lado hasta la ceremonia de sacrificio-
Asentí.
De pronto un fuerte aire entro por las ventanas de la habitación apago la luz de las velas que hasta hace poco alumbraban, el cuarto quedo hecho penumbra y el pánico se apodero de mi, sentí como me faltaba el aire, no veía nada, ya tampoco podía respirar la oscuridad es sofocante
-Shhh-
Algo suave y peludo me rodeo el cuerpo, es cálido, unas llamas aparecieron en la enorme mano del Rey demonio y las llamas bailaron hasta llegar a las velas
-No me temes a mi, pero a la oscuridad si-
El aun tenia su cola enrollada en mi cuerpo
-Cuando escuche lo que decían mis padres se me cayo el libro que leía y ellos se dieron cuenta que ya lo sabia todo y para evitar que huyera, me separaron de mi hermana y me pusieron en un cuarto que no tenia ventanas y siempre salía con ellos estando cerca y casi siempre de noche-
-Bien, puedes dormir tranquila hora, aquí nada te pasara-
El se acomodo para dormir, pero su cola aun me mantenía cubierta y a pesar de que estaba en la cama junto Rey demonio que dentro de poco me devorara en una ceremonia, jamás me sentí más tranquila.