CAPITULO 2

1695 Words
CAPITULO 2 Isabel siente dentro de su corazón, qué la historia se repite de nuevo, no podía creer que después de todo lo que había pasado Daniel aún quisiera su hermana. Ella estaba comprometida con Gabriel, los dos eran novios desde hace un par de meses y estaban a otro par de casarse, pero cada vez que Daniel llegaba a su vida era ese terremoto que él hacía cambiar de opinión. Lucia como siempre tenía una sonrisa triunfalista, la misma que prácticamente solo se burlaba de los sentimientos de su hermana. — Por supuesto, ahora Daniel es digno de mí, y para nadie es un secreto que nuestra historia de amor fue demasiado intensa — Lucia tenía en su rostro una gran sonrisa. Ella siempre había estado enamorada de Daniel, pero a pesar de haber vivido una situación intensa de amor, jamás estuvo dispuesto a formalizar la relación por la pobreza del chico. Ahora él era uno de los hombres más ricos de la alta sociedad, tenía todo el dinero que ella siempre había deseado, podría ocupar ese lugar a su lado sin importarle nada. — Yo creo que no es una mejor opción, no sabemos con qué intenciones Daniel quiere casarse con Lucía — Isabel no solamente estaba celosa, sino que además sentía que algo no estaba bien. Daniel era una buena persona y esa imagen siempre iba a estar en su cabeza, pero también era consciente que su familia había destruido por completo su vida, no creía que Daniel fuera un débil que de nuevo caería en las garras de su hermana. — Fue una propuesta que le hice, está de acuerdo con que tu hermana sea su esposa y con eso la deuda quedará saldada, creo que de cierta manera el destino puso las cosas en su lugar — Roberto encendió un puro, necesitaba empezar a fumar para calmar su ansiedad. Roberto lo primero que hizo en ese momento mientras veía como el humo salía de su boca, fue recordar porque había iniciado todo esto. En la cabeza de todos los implicados era imposible olvidar la historia de Daniel y todo el año que le habían ocasionado. ************** AÑOS ATRÁS************** Lucía tenía un gran futuro, podía casarse con los hombres más importantes de la alta sociedad, pero ella la había entregado su corazón precisamente al menos indicado. Lucía y Daniel empezaron un romance clandestino, el hijo de la empleada de la familia y se encargaba del jardín de la casa. Para Lucía fue más un reto personal conquistar a Daniel, todas sus amigas cuando iban a la casa, halagaba el gran jardinero que tenían, pero había algo que lo volvía irresistible. Isabel su hermana menor estaba claramente enamorada de el, sabía que Daniel no se fijaría en ella, en aquella época Isabel solamente era un adolescente. Pero para nadie es un secreto que Isabel era La consentida de su papá, así que en ese momento quitarle a su hermana la ilusión de ese primer amor también fue un reto para ella. Cuando todo esto sucedió, Daniel se enamoró perdidamente de lo que parecía ser la ilusión de poder vivir un romance con la hija de su patrón. Su madre en varias oportunidades le dijo que lo mejor que podía hacer era alejarse de Lucia, ella jamás iba a estar a su nivel. Cuando todo se descubrió, Roberto los encontró besándose en la cocina de la gran mansión. Para Roberto había sido completamente humillante, saber que su hija mayor le había entregado su virtud al jardinero de la casa. De inmediato cuestionó a Lucía, inclusive quería que ella se casará con el, era la única manera aunque denigrante de poder limpiar cualquier tipo de falta. Lucía no se quería casar con un hombre pobre, a pesar de que estaba enamorada de Daniel, entendía perfectamente en ese momento qué le podía costar demasiado caro sus sentimientos. — El se aprovecho de mí, me utilizó de la peor manera, yo solamente me deje enredar y por el gran cariño que aún tienes dentro de tu corazón por mi madre te pido que no permitas esto — Lucía llorando le suplico a su padre que no la casara con él. Roberto tomó la decisión más adecuada en ese momento según lo que podía creer su cabeza, culpo a Daniel de un robo de joyas. Daniel intenta explicar de muchas maneras que nada de lo que estaba diciendo su jefe era verdad, la misma Isabel intento intervenir para impedir aquella injusticia. Pero lamentablemente no hubo nada más que hacer, Daniel fue condenado a pasar 10 años en la cárcel. La madre de Daniel fue despedida de la casa, la mujer no solamente se sentía deprimida por lo que estaba sucediendo a su hijo, si no que además se había quedado sin un hogar. De inmediato lo primero que hizo la mujer, fue intentar buscar ayuda para conseguir un abogado, Isabel le dio dinero para que se pudiera estabilizar económicamente y estuvo ahí para quién fue su nana. Isabel en medio del gran amor que sentía por Daniel, estaba dispuesta a enfrentar a su familia, cuándo Roberto se dio cuenta de la cercanía que tenía con la mamá de Daniel, decidio enviarla un internado en el extranjero. Antes de irse visitó a la mujer, le pidió que entregará una carta y que no se preocupara más por lo que dejaba atrás. Isabel siguió las indicaciones de su nana, y decidió irse Por qué era lo que su papá ordenaba, entrego la carta sin saber que está cambiaría el destino de Daniel. La madre de Daniel, se sentía desesperada sin dinero, sabiendo que su hijo iba a pagar muchos años en la cárcel, y decidió acabar con su vida. Daniel recuerda cuando recibe la noticia, fue uno de los peores días de su vida y desde ese momento juro que tenía que acabar con la familia Valencia. La rabia que en algún momento había sido el gran amor que sentía por Lucía desapareció convirtiéndose en un veneno. Sabía que tanto Lucía como su padre habían sido los culpables de todo lo que le había pasado, en aquella época en la prisión empezó a leer el libro de "El conde de Montecristo". Se hacía ilusiones con que algún día regresaría con todo el poder que el dinero podía dar, algún día podía mirar a los dos y vengarse por el daño que le habían ocasionado a su mamá, saber qué no puedo compartir los últimos días de la vida y que ella había tomado esa decisión en medio de la depresión lo volvía loco. Un día en prisión recibe una visita de un hombre demasiado elegante. — Si es alguna especie de abogado, créame que en este momento no estoy interesado, tengo dinero para pagarle — él tenía tanta incertidumbre dentro de su corazón. — No, la verdad es que lo único que quiero es hablar contigo, Daniel yo recibi una carta de tu mamá, hay una gran probabilidad de que yo sea tu papá — aquel hombre se presentó ante el como Fernando Ortega. Fernando en su juventud había tenido una relación con la mamá de Daniel, la quiso con todas las fuerzas de su corazón, pero lamentablemente los dos tuvieron que alejarse por la diferencia de clases sociales. Fernando había tenido que casarse con una mujer, pero con el tiempo está falleció y nunca le dio un heredero, cuando leyó la carta de la que fue su primer amor, no dudo un solo segundo de que Daniel fuera su hijo. Fernando hizo todo lo posible con el dinero que tenía, será uno de los médicos cirujanos más importantes del país y podría considerarse una de las eminencias de la medicina. Y logró que Daniel saliera de prisión, le dio solamente lo que consideraba que siempre mereció. Le dio estudio para que se convirtiera un hombre de alta sociedad, y al final al saber que sus días estaban contados por una enfermedad que lo agobiaba desde hace tiempo. Fernando decidió entregarle su apellido y reconocerlo como su hijo, Además le entregó una herencia de miles de millones, los mismos con los que Daniel siempre había soñado para poder lograr la venganza que siempre se mantuvo dentro de su cabeza como una sopa que se va cocinando fría. Lo primero que hizo fue averiguar las debilidades de Roberto, el sector empresarial en el que el hombre se movía, era demasiado inestable y sabía que era el momento perfecto para atacar. Por eso uso a su asistente y mejor amigo, Diego, para que hiciera todos los negocios necesarios con Roberto y poder engancharlo con varios pagarés en blanco. Cuando todo esto sucedió, lo primero que pensó en ese momento fue en acabar tanto con Roberto, cómo con Lucía, pero sabía que en medio de su venganza Isabel también tenía que pagar las consecuencias como un daño colateral. —¿Estás completamente seguro de lo que vas a hacer?— Diego que había estado con él desde el primer momento necesitaba saber qué pensaba su amigo sobre esta situación. — Nunca, escúchame muy bien, nunca en mi vida había estado tan seguro de lo que tengo que hacer, si ellos no tuvieron un poco de clemencia por mi mamá, yo no quiero tener un mínimo de clemencia por ellos — Daniel tomaba una copa de whisky, quizás el alcohol era lo único que Lo convencía. Diego le recordó que siempre iba a estar para apoyarlo, esos habían iniciado este proyecto y que él estaba confiado qué podrían seguir hacia delante. Daniel tomó el teléfono para llamar a Roberto — ¿Qué te dijo Lucía sobre la propuesta que le hiciste?— La pregunta era obligatoria. — Ustedes dos nacieron para estar juntos, Por supuesto que está feliz de ser tu esposo Además porque le puedes dar la vida que ella merece — las palabras de Roberto solamente reconfirmaban a Daniel qué Lucía no había cambiado. — Planea la fiesta de compromiso para pedir la mano de tu hija, lo más rápido posible — el de inmediato tomo un poco de whisky seguro de que iniciaría su venganza, como el conde de Montecristo.
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