LA REVANCHA DEL CEO

Daniel sabía que estaba a punto de cumplir su venganza, ver a Roberto y sus hijas era un sinónimo de rabia concentrada en su interior. — Buenas noches a todos mis invitados, quiero darles las gracias por estar aquí, pero en especial a la familia Valencia — Daniel tenía en su tono un poco de ego y de prepotencia. Roberto sentía que su pecho le dolía, no podía creer que él hombre que hace años envío a la cárcel para alejarlo de su hija estuviera allí. — Vámonos de aquí — le pidió a sus hijas, en especial a Lucía que estaba pálida al verlo. — Por favor, le pido a la familia Valencia que no se vaya, por lo menos Roberto y yo tenemos que hablar de la deuda que aún tenemos — Daniel tenía una sonrisa de triunfo, era claro que para el lo más importante era acabar con la imagen de Roberto delante de toda la clase alta. La gente empezó a murmurar, no sabían que Roberto tenía una deuda que no había pagado, la gente estaba sorprendida. Daniel se bajó de la tarima y se acercó a la familia Valencia, Lucía metió sus uñas en el brazo de su padre, mientras Isabel sentía que su corazón latía con gran rapidez. — No tenías que decirle a todos de la deuda que tenemos, jamás hubiera aceptado el dinero su sabía que venía de ti — Roberto no quería entender que él seguía en las manos de Daniel. — Lo mejor a menos que quiera un escándalo, es que los dos vayamos a mi estudio y hablemos de la deuda — Daniel sonrió. Tomo la mano de Lucía y la beso, pero con Isabel fue mucho más afectuoso, la abrazo algo que la desconcertó. Chasqueo los dedos para pedirle a sus empleados que siguieran atendiendo a los invitados. — Mis hijas no tienen que soportar tus humillaciones, lo mejor es que ellas se vayan — esa mirada fue suficiente para que Roberto intentará recuperar si posición. — Es decisión de ellas, si me tienen tanto miedo pueden irse — Daniel guiño el ojo, era el lobo feroz. Isabel decidió apoyar a su padre, Lucía estaba perdida en los pensamientos de su cabeza y no era para menos, su historia con Daniel era más que importante, ella también fue participe de que el pagará una condena en la cárcel. — Nosotros nos quedamos con mi papá, tenemos que apoyarlo — Isabel a pesar de sentir que su corazón se derretía, prefería mantenerse al lado de su padre. Isabel era consciente que desde niña había amado a Daniel, que era el amor de su vida, pero que este eligió a Lucía. Daniel y Roberto ingresaron a su despacho, fue inevitable para Roberto ver la casa que tenía Daniel. — Después de limpiar mi jardín, de recoger todo lo que yo desechaba en el suelo, ahora eres un millonario, pero escúchame, la clase no se improvisa, y hagas lo que hagas sigues siendo un simple pobre — Roberto no quería perder su poder de dominio. Roberto no estaba dispuesto a bajar la cabeza, y menos con un hombre que odiaba desde hace mucho. — No deja de ser el mismo prepotente de siempre, el mismo que me arruinó la vida a mí y a mi mamá, pero ahora lo que quiero es dinero, necesito mi dinero — Daniel se sentó en la silla de cuero de su oficina. — Lo conseguiré lo más pronto posible, se que pedí dinero para salvar los empresas, de saber que era tuyo quizás jamás lo hubiera hecho — Roberto se levantó. Daniel saco de la mesa de su escritorio una serie de papeles, los mismos que eran contingentes de el gran préstamo que había hecho a las empresas de Roberto. — Usted me firmó varios pagarés en blanco, ha incumplido con las fechas de pagos de la interés, creo que es más que claro que en este momento puedo embargar sus empresas — Daniel había planeado esto tan cuidadosamente que estaba dispuesto a hacer lo necesario. — No serías capaz, no sólo porque sabes que le haces daño a la mujer que amas, si no porque te recuerdo que yo salve a tu madre de la calle — Roberto esperaba un poco de lealtad del hombre al que le acabo la vida. — Usted no me importa, y mucho menos lo que sucedió en el pasado con Lucía, yo quiero venganza, porque usted me quito la libertad y por su culpa mi madre está muerta — Daniel alzó el tono de su voz. — Conseguiré el dinero o tengo una mejor propuesta para ti — Roberto abre los ojos, tiene miedo y nervios de la nueva actitud de Daniel. — ¿Que quieres decir con propuesta? — Daniel abre los ojos, sabe que Roberto es un viejo Sabueso y que no saldrá con nada bueno. — Lucía, la mujer por la que perdiste todo, te daré su mano en matrimonio y la deuda puede quedar saldada — Roberto sabía que ese era el punto débil de Daniel. Daniel sintió como su saliva pasaba por su garganta reseca, quizás era una de las propuestas que estaba esperando. Los dos hombres se quedaron hablando en la oficina sobre el nuevo trato que acaba de abrir una posibilidad. Isabel estaba afuera, estaba tomando una copa de whisky, mientras sentía que su corazón no podía de la felicidad. Ella no podía creer que él amor de su vida, ese hombre que había querido desde niña estaba de nuevo en la ciudad . Quiso hacer muchas cosas para defenderlo, para demostrarle que ella era la mujer que el necesitaba en su vida, pero... No, sencillamente Daniel eligió a Lucía su hermana mayor. Lucía se acerca con su actitud altiva y vanidosa de costumbre — Espero que no estés emocionada con el regreso de mi querido Daniel — se burló de Isabel. — No se ¿De que estás hablando? Es claro que sí el vino con este poder, es para vengarse del daño que tú y papá le hicieron — Isabel sabía que el regreso de Daniel solo traería problemas. — Daniel es un buen hombre, y si regreso fue por mi, así que te pido que te comportes — Lucía le da un empujón a su hermana. Daniel sale de la plática con Roberto que finge que ahora son amigos , de inmediato Isabel y Lucía se acercan. —¿En que trato quedaron? Creeme que mi familia y yo te vamos a pagar casa centavo de la deuda — Isabel de inmediato interviene, no quiere que todo esto se convierta en una confusión. Daniel solamente le da una suave caricia en la mejilla, quizás de todas las personas de la familia es precisamente Isabel a la única qué le guarda un enorme cariño. Isabel siempre estuvo enamorada de él, Daniel no supo ver más allá de la belleza de Lucía que se convirtió en la peor perdición de su vida. — El trato después lo vamos a discutir, por ahora creo que lo mejor es disfrutar la fiesta de nuestro querido Daniel — Roberto es un hombre demasiado hipócrita, sabe que necesita Daniel en la palma de su mano. Isabel quiere hablar con Daniel sobre esta situación — Necesito que hablemos sobre todo lo que sucedió, Yo sé que era muy adolescente y no te pude defender —. Daniel la tomo de las manos, al ver a Isabel se dio cuenta qué ahora era una mujer hermosa, pero ademas que seguía conservando la misma bondad que se reflejaba en sus ojos azules. — Este es un problema que voy a solucionar, tu papá y yo ya llegamos a un acuerdo — solamente le dio un beso en la mejilla. Isabel sentía como todo su cuerpo temblaba al volver a sentir dentro de sus fosas nasales, aquel olor tan característico de Daniel, entre la fortaleza de un hombre de campo que ahora pretendía ser un hombre de alta sociedad. Daniel se retiró de la fiesta y se dirigió a su habitación, Lucía también intento acercarse — Tenemos que hablar mi amor — Lucía esperaba que él fuera el mismo de antes. Daniel se alejó, la ignoro, obviamente ella consideraba esto como una ofensa, Lucía estaba acostumbrada a que todo el mundo viviera por ella. Se suponía que los dos tenían mucho que hablar del pasado, de lo que los había unido y también de su falta de carácter qué permitió que Daniel pasará tiempo en la cárcel. Daniel se encerró en su habitación, agarró una fotografía de su mamá y empezó a repetirse así mismo que no debería olvidar su verdadera motivación para estar en este lugar. — juré que me voy a encargar de acabar con la familia que no solamente me quitó mi libertad sino que acabó con tu vida y no me permitio compartir contigo estos últimos momentos — Daniel en el fondo de su corazón sabia lo que estaba haciendo aunque a veces se sentía demasiado débil. Desde el primer momento lo que se propuso fue acabar para siempre con la familia Valencia. Mientras hacía eso, saco unas fotografías que tenía guardadas en el buró, las mismas que relataban su antigua amistad con Isabel. Quizás ella era la única persona que jamás iba a poder odiar, además lo había dejado impresionado su belleza, pero de nuevo repetida que no podía caer en la misma trampa. Daniel sentía en el fondo de su corazón que tener un poco de compasión Por alguno de los miembros de la familia Valencia, era lo mismo que volver a entregarle su alma. Roberto y sus dos hijas se subieron a su automóvil, obviamente había sido de una noche demasiado estresante para los tres. — Papá, de verdad necesito que nos digas ¿Que sucedió?, Sé que Daniel no vino con el mejor propósito en nuestra familia — Isabel que había ayudado a su papá con los negocios, sabía de las condiciones de la deuda. — Daniel accedió hacer un trato conmigo, sigue siendo el mismo débil de antes, lo único que me pidió para poder anular la deuda, Es que le dé la mano de Lucía en matrimonio — ese era el trato al que los dos habían llegado.