| Un reto |

2407 Words
POV Sun Hee Siento una electricidad cuando entrelazo mis dedos con los de ella, solo quería tomar su mano pero es como si mi cuerpo reaccionara solo y ahora siento otra vez lo mismo que sentí cuando la conocí. — ¿Tienes otra clase? — pregunte cuando salimos del edificio donde fueron las clases. Aquí las universidades son muy grandes y el campus es enorme. Tienen muchos edificios y se debe caminar mucho, hasta tomar un pequeño bus para llegar más rápido a la siguiente clase, que probablemente es en otro edificio. Yo aún no conozco toda la universidad, la mujer que me dio el recorrido parecía interesada en mí y se dedicó a hacerme preguntas incómodas así que le dije que estaba cansado. ¿Sería buena idea pedirle a Hebe que me de un recorrido por la escuela? Al llegar aquí pensé en mantenerme alejado de toda la población femenina pero al parecer eso no incluye a Hebe. Volteo a verla y veo que niega con la cabeza, sus ojos me miran con expectativa ¿Qué estoy haciendo? No debería estar aquí con ella pero mi corazón va ganándole la batalla a la razón así que aquí vamos — Yo tampoco, ¿tienes auto? — pregunté caminando hasta el estacionamiento. — Si ¿A dónde quieres ir? — pregunta en su tono de voz seductor, ¿Dónde quedó la chica tímida que no podía resolver el ejercicio? — Tu eres la que vive aquí ¿A dónde podemos ir a conversar? — pregunté. — Podemos ir al hotel de mi mama, ahi tengo… — No Hebe no más hoteles para nosotros — dije tajantemente. Vi como una sonrisa se formó en su rostro y como el azul de sus ojos se oscurecía. — ¿Por qué? ¿Acaso lo pongo nervioso querido profesor? — dijo en un tono de voz muy sensual mientras pasaba su mano por el cuello de mi camisa. — Hebe tienes novio no puedes actuar así conmigo — dije — Hablaremos de eso después. Ese es mi auto — señala hacia un Mercedes E-Class color blanco — Camina hasta ese edificio, casi nadie tiene clase ahí, yo pasaré y te subes rápido — dijo dejando un beso en mi mejilla y corrió hasta su auto. Caminé hasta ese edificio con mi maletín en mano y cuando vi su auto voltear cerca de la vereda subí rápido al copiloto como me lo había pedido. Voltee a verla cuando me ponía el cinturón de seguridad. Ella llevaba unos lentes de sol negros y una pañooleta cubriendo su cabello, ¿Acaso cree que nadie la va a reconocer? Su carro cuesta lo mismo de lo que yo ganaba en un año en la escuela en Canadá. — Entonces Sun Hee, ¿A dónde quieres ir? — preguntó tomando mi mano mientras manejaba lejos de la universidad. — ¿Te puedo invitar a almorzar? — pregunté — Uhmmm, solo por hoy, porque siempre vuelvo a casa a almorzar con mis padres y mis hermanos — dijo con una sonrisa. ¿Solo hoy? ¿Acaso cree que la voy a invitar seguido? Solo quiero hablar con ella un momento de lo que pasamos en Canadá y cómo eso afectará nuestra relación de maestro y alumna. — Está bien — respondí, no quería entrar en detalles con ella. — ¿Dónde estamos? — pregunté mirando el lugar. — ¿Es un lugar de comida rápida ?¿Te gusta la pizza? — preguntó llevándome a dentro. — Sí pero no es muy saludable. — También hago una dieta balanceada, pero hay veces que me gusta romper las reglas. — dijo guiñando un ojo — Sentémonos aquí — Una pizza grande… ¿Pepperoni? — negué con la cabeza — a mi tampoco me gusta — Solo queso en la pizza y dos Coca-colas en botella. Gracias — dijo a la mesera con una sonrisa. — Tiene que pagar por adelantado — respondió la mesera y yo busqué en mi bolsillo la tarjeta pero ella se adelantó y le dió a la mesera la de ella. Me sentí incómodo cuando la mesera me quedó mirando. — Tranquilo amor, tu puedes invitar la cena — dijo tomando mi mano, haciéndome sentir más relajado. Le respondí con una sonrisa hasta que me di cuenta como me llamo. ¿Me dijo amor? La mesera se fue y ambos nos quedamos en silencio. — Tranquilo solo lo dije para que deje de mirarte — asentí con la cabeza, ya que no me gusta que me miren. — Sun, ¿Te puedo decir así? — preguntó y asentí con la cabeza — Me da mucho gusto volverte a encontrar. ¿Enseñaras en la escuela por mucho tiempo? — La verdad es que no lo sé, mi contrato solo es por este semestre y luego debo ver si puedo obtener uno de tiempo completo. Quisiera quedarme y ver que tiene este país para mi — dije algo triste. Es la primera semana que vivo solo, siempre he vivido con mi familia. — No estés triste ¿Tus padres se quedaron en Canadá? — preguntó, tomando mi mano. — Así es, yo estoy solo por el momento. Así que no sé por cuánto tiempo voy a quedarme, por ahora digamos solo estos 4 meses. — Y el verano… en verano podrías venir con mi familia y conmigo de vacaciones, siempre solemos ir a algún lugar — dijo emocionada. — Hebe creo que estas yendo muy rápido, si te invite a almorzar hoy es para hablar de lo que pasó en Canadá. — Si también me gustaría hablar de ello, sé que fuiste a buscarme, las personas de recepcion me avisaron. — Si pero no es lo que piensas — Sun, sí hemos vuelto a encontrarnos es una señal, tu sabes que me gustas mucho, ¿Yo te gusto? ¿Aunque sea un poquito? — preguntó haciendo un gesto con los dedos que me saco una sonrisa. — Eres una mujer hermosa Hebe, no dudes de ello, pero lo que quería decirte es que ahora somos alumna y profesor, entre nosotros no puede haber ninguna amistad o re… algún tipo de vínculo — respondí eligiendo mejor mis palabras. Me sentía nervioso. — ¿Por qué no? — preguntó haciendo un puchero. — Está en mi contrato, además no sería profesional. Hebe de verdad me da mucho gusto que nos hayamos encontrado, pero esto no significa que pasara algo entre nosotros. — ¿Y si ya no soy su alumna? Yo puedo cambiar de clase si tú lo autorizas — replicó. En algo tenía razón si ya no era mi alumna, ya no habría razón para alejarme de ella pero, no, no debía estar cerca de ella. No es por Alma, es por mi yo solo debo curar mis heridas antes de pensar en tener una relación. — Hebe, yo no quisiera darte esperanzas, acabo de salir de una relación larga y no quisiera …. — No quisieras empezar otra relación. Yo tambien salgo de una relación larga con Ken, pero no tengo miedo de iniciar otra — dijo sonriendo. — ¿De verdad se llama Ken? — pregunté y ella empezó a reír. — Si a su madre le gusta mucho Barbie, en la escuela a nosotros nos decían Barbie y Ken, incluso varios años para Halloween nos disfrazamos así — dijo divertida. Se veía en su rostro que fué feliz con el niño bonito. — El dijo que tu eres su novia — dije. — Siempre que terminamos, volvemos a los días, pero esta vez es diferente — dijo. — ¿Qué lo hace diferente? — pregunté — Desde que empecé mi relación con él no habia besado a nadie mas, tampoco me había gustado otro chico hasta que te conocí — dijo mirándome a los ojos. Por un momento me sentí intimidado y supe que responder, pero todas las emociones que me provocaba con su cuerpo, las calmaba cuando miraba sus ojos y ese azul cielo tranquilizador. — No creo que debas renunciar a una buena relación con él por un sentimiento nuevo, sobre todo por alguien a quien no conoces — respondí siendo sincero. A pesar de que se que yo soy la “otra persona” no puedo tomar partido, ya que no tengo nada que ofrecerle. — Eres muy lindo, dulce, respetuoso y muy correcto. Realmente eres todo lo opuesto a él, y todo lo opuesto a lo que pensé que me gustaba. Sun dices que solo sabes que te quedarás 4 meses ¿Verdad? — Así es, pero … — Entonces en este tiempo date la oportunidad de conocerme, seamos amigos. Yo me retiraré de tu clase y así no tendrás problemas ¿Qué dices? — preguntó. Mi reacción inmediata fue negar, pero luego vi sus hermosos ojos mirándome con intensidad esperando mi respuesta y mi corazón empezó a latir acelerado — ¿Que probabilidades teniamos de volver a encontrarnos? Estados unidos tiene miles de universidades pero ahora estás aquí y ahora. Tiene que haber una razón. — Puede ser una casualidad — respondí — O puede ser el destino… Sun, ¿De qué tienes miedo? Solo seremos amigos — preguntó. ¿De qué tengo miedo? Tengo miedo de mí mismo, tengo miedo de lo que provocas en mí y tengo miedo de enloquecerme por una chica que no sabe lo que quiere. Tengo miedo de volver a besarte y enamorarme de ti, miedo de equivocarme, pensé. — Esta bien seamos amigos — respondí y ella vino hacia mi y me envolvió en sus brazos. — Los amigos se pueden abrazar — dijo sonriendo. Se veía aun mas hermosa cuando estaba feliz — Ahora a comer que me muero de hambre — dijo antes de devorarse la pizza. — ¿Nos podría traer otra ronda? — preguntó a la mesera cuando terminamos — Tu paga esta vez amor, para que la mesera no te quede mirando — dijo mirando a la mesera con molestia. — ¡Buen provecho! — dije rápido antes de que devorara su pizza. Seguimos conversando y entre risas me contó de su familia. Su padre había sido militar y también trabajó en el FBI y su madre es dueña de muchos hoteles. Tiene 3 hermanos menores a los cuales ama mucho. Ella me estaba diciendo para ir al hotel de su madre ya que ella ahí tiene un estudio el cual lo usa para estudiar. Tambien está el restaurante de su tío Pablo. Cada palabra que decía era como un recordatorio de lo diferente que eran nuestras vidas. Mientras ella creció con sus hermanos yo era hijo único, luego me costó mucho conseguir una beca, mientras ella nació en una familia adinerada. — ¿Hebe? —preguntó una mujer detrás de mí. Voltee a mirar y me encontré con las alumnas que eran amigas de Hebe — ¿Profesor? — Hola señoritas ¿Quisieran unirse a nosotros? — pregunté por cortesía. — Si claro — dijo la de cabello n***o jalando a la peliroja — Hebe ¡que SORPRESA! Encontrarte aqui — dijo la pelinegra. — Se me antojó y encontré aquí al profesor, ¿Verdad Su… profesor? — preguntó Hebe mirándome con ojos saltones. Es tan transparente no sabe disimular. — Asi es, a mi me gusta mucho la pizza — dije mordiendo un trozo. — ¡Qué bueno profesor! A mi también me encanta, podemos venir después de clases cada vez que usted quiera — dijo la pelinegra guiñandome un ojo. — ¿Su nombre? — pregunté — Cecil profesor, y ella es Jenn. Las dos junto a Hebe somos las chicas superpoderosas — dijo riendo, y vi como las mejillas de Hebe se enrojecían. — He compartido un momento agradable con ustedes, pero ya debo irme. Disfruten el resto del día — dije levantándome de la mesa. — Profesor le enviaré el correo para que apruebe el cambio de clase — dijo Hebe y asentí con la cabeza. POV Hebe — ¡Amiga! ¿Por qué no nos llamaste? — preguntó Cecil enojada. — Pensé que tenían clase, además solo estaba de pasada — respondí. — Si estábamos en clase, pero ya terminaron — dijo Jenn. Miré la hora en mi celular y me di cuenta que ya pasaron dos horas. El tiempo pasa volando cuando estás en buena compañía dicen. Ahora somos amigos, bueno pasó a paso mi dulce profesor. — ¿De qué maldad te estás acordando? —preguntó Cecil — De nada ¿Por qué? — pregunté — Te ves muy feliz y sonriente ¿Ya volviste con Ken? — preguntó. — No he vuelto, ni volveré me interesa otro chico — dije mirando a la nada. — A mi también me interesa alguien — dijo Cecil, con una sonrisa malvada, nos quedamos en silencio a la expectativa por saber quién es el chico misterioso cuando ella dice — Estoy decidida a conquistar al profesor. — ¿Qué estás loca? ¿Cuántos años tiene? — preguntó Jenn — 26 años, no es tan mayor que nosotras pero así tuviera 50, está muy guapo — dijo Cecil babeando. — No me parece… — No finjas que no te gusta, por qué lo veo en tus ojos — dijo Cecil — Haremos algo, cada quien hace su lucha por su lado, pero la que consiga el primer beso se lo queda. — El no es un objeto — gruñi — Claro que no el beso solo es para marcar terreno, además creo que tengo las de ganar ya que me veo mejor con el y tengo raíces coreanas — dijo Cecil — Lo pueden despedir Cecil estás loca — dije levantándome de la mesa. — Solo di que no te atreves y ya, no tienes experiencia enamorando a alguien — dijo Cecil. Tenía razón, no tengo experiencia pero lo lograré, además ya tengo ventaja con Sun Hee, espero no arrepentirme. — Está bien, pero hasta conseguir un beso, y debe ser correspondido. No iremos a quejarnos luego, para que no lo despidan y aceptaremos a la ganadora sin prejuicios, ni molestias. Nuestra amistad continuará y no hablaremos más del tema hasta que consigamos “el beso” — dije estirando mi mano. — Hecho — dijo Cecil tomando la mía. — Yo quería saber si también puedo participar — dijo Jenn en voz baja con una sonrisa nerviosa y las dos la miramos sorprendidas.
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