Camine hasta la entrada principal, y abrí la gran puerta. La opulencia y la elegancia se podía ver en cada rincón de la casa, el mayordomo de mi abuela, Faustos me saluda con una inclinación de la cabeza. - Niña Leonor es un gusto volver a verla - dice muy cortes - Muchas gracias, lo mismo digo - le respondo de vuelta - La cena se servirá en el salón verde - dice empieza a caminar - Vamos entonces - Niña, le puedo preparar galletas para que las lleve a casa, las hice hoy cuando me entere que venia - me pregunta - Claro que si, sabes que soy fan de tus galletas de avena y arándanos - Me podría dar sus llaves del coche para que las guarde directamente - me vuelve a pregunta - Esta bien - busco en mi bolsa las llaves y se las entrego Sigo mi camino sola hasta el salón, donde escucha

