POV LEONOR Después de eso, no se dijo otra palabra mas, yo disfrute mucho mi cena, el sazón de Faustos era exactamente el mismo de cuando me los preparaba siendo solo una niñas. Ese viejo gruñón de Faustos no era muy amable casi con nadie, pero conmigo siempre fue agradable y me preparaba mis platos favoritos cada ves que podía, de niña me protegía de Vivian y sus malísimas bromas pesadas y también de mi tia Margarte. Este hombre solo le era fiel a mi abuelo, nadie podía ganarse su amabilidad con facilidad. Termine mi plato y mire a mi abuela, que ya estaba por tomar su tasa de te de frutos rojos, su favorito y también el mío. - Abuela, muchas gracias por la cena, pero tengo que irme - le digo y me levanto - No quieres una tasa de te??? - me pregunta - No gracias, en casa me hare una

