Por Delfina Fuimos hasta la puerta. Nos estábamos despidiendo cuando Samantha ve a Gastón y lo llama. Roxana me preguntó si me podía quedar dos minutos con las nenas y se fue con su hermano. A los 10 o 15 minutos las vinieron a buscar. Camila, cuando vio a su padre, me llenó de besos, se bajó de mis brazos y fue corriendo hacia él, que la alzó a upa y besó a su hija mientras la abrazaba fuerte. Es un excelente padre. Así, con ese amor, debía besar a la madre de la criatura… si estaría con ella, posiblemente no se olvidaría que Aitana estaba a su lado. Me siento insignificante… Los celos que traté de no sentir en estos meses que estuvimos juntos, surgieron todos juntos y están a flor de piel. ¿Qué le puede importar a él si su hija me adora, si me entregué a él como a nadie antes,

