Capitulo 3: Una salida del problema

1044 Words
Capitulo 3: Una salida del problema Duró casi toda la noche conmigo. Sin cansarse, sin cesar, solo seguía y seguía parecido a una maquina. La noche cada vez más oscura evitando verle bien el rostro o sus ojos y mi cuerpo cada vez más pesado perdiendo la poca fuerza y energía que tenía para mantenerse a flote en la conciencia. Sentía mi cuerpo impregnado de liquido, entre sudor, semen, tierra y grama, ni siquiera recuerdo cuando me quedé dormida y es que ese sujeto no parecía cansarse, parecía una bala y alguien dispuesto a continuar por horas sin ni siquiera respirar. Entreabrí los ojos tosiendo un poco sintiéndome algo ahogada, observé al sujeto, él estaba acostado en la grama, su boca abierta en ligeros ronquidos, los insectos y aves cantaban el cielo estaba aclareciendo en tonos naranjas de la madrugada, no quise ver su rostro por mucho tiempo sintiendo que podía despertarse. Me intenté levantar sin hacer tanto ruido, sintiendo que todo mi cuerpo estaba temblando, mis piernas entumecidas, me limpié las rodillas y mi vestido, mi piel con una alergia donde posiblemente me picaron los mosquitos toda la noche, incluso mi cabello estaba lleno de grama, todo mi cuerpo me dolía y tenía moretones oscurecidos en la piel. Recordar lo que me había traído hasta aquí comenzaba a arremolinarse en mi cabeza, no podía volver con mi esposo; el quería matarme, no podía volver con mi padre porque él se había ido del país tras caer en bancarrota, mi madre había fallecido, pero al menos tenía a mi tia Holly, la hermana de mi madre, ella siempre estuvo distanciada de la familia pero siempre que la visitaba cuando era pequeña me trataba con amor, si lograba llegar hasta ella al menos estaría segura. Necesitaba encontrarla, orientar mi camino. Caminé y caminé por lo que me parecieron horas, pero tal vez solo fueron minutos porque la casa no quedaba tan lejos, hasta que llegué a la carretera y me ubiqué en la dirección correcta, yendo hacia la casa de mi tía Holly, suspiré aliviada cuando estuve frente a su casa y toqué el timbre sintiendo que por fin veía una luz al final del tunel, cuando de repente escuché a mis espaldas alguien que se acercaba gritando: —Pues desheredarme si quieres, no voy a dejarlo y tú no puedes decirme con quien putas casarme. Esa voz la conocía, era de mi prima. —Eres una indisciplinada, debí darte un bofetada cuando eras niña por estar de altanera. —dijo mi tia Holly. De repente ambas me miraron, las reconocía, era mi tia Holly y mi prima; su hija Ana Cecilia, ambas me miraron confundidas deteniéndose en seguía al verme parada frente a su puerta en estas fachas tan horrendas. Ana Celia fue la primera en reaccionar, me vio despectivamente como siempre solía hacer y entró a la casa, ella nunca disimuló le hecho de que yo le parecía repugnante por mi peso, claro ella era modelo, yo una ballena o eso siempre me decía. —Tia —susurré con voz quebrada cuando me miró acercándose a mí. —Keila —dijo mi tía Holly en un hilo de voz— ¿pero qué te pasó? Me miró de pies a cabeza observando lo sucia y lo destruida que estaba no solo mi cuerpo sino tambien mi ropa. —¡Por jesus santo tienes moretones en todos los brazos —dijo—, amor! Abrí la boca pero no pude hablar, comencé a sollozar y entonces dije: —Jesus McGregor quiere matarme, descubrí que planeaba quedarse con mi herencia tía, y entonces él me dijo que le parecía repugnante y que... y que me había engañado cada vez que pudo... Mi voz se ahogó nuevamente cuando comencé a llorar otra vez sintiendo que me habían arrancado el corazón. Mi tía Holly me abrazó, sabía que su amor hacia mí era real y verdadero mientras me consolaba, ella se separó limpiando con sus pulgares las lagrimas que seguían invadiendo mi rostro. —Ese hijo de perra, sabía que esa familia era problemática, son una mierda todos ellos. —soltó. —Lo son —dije—, me golpeó con un bate quiso matarme, yo aun no lo puedo creer. —Que alma tan despiadada para aprovecharse de tu inconsciencia, pero quedate tranquila porque la maldad en este mundo se paga. Esperaba que eso fuera cierto. —Lo sé tía, pero estoy muy asustada. —susurré, sabía que en cuanto Jesus supiera que estaba viva vendría para terminar el trabajo, no quería verlo nunca más en mi vida. —Tranquila, tranquila, es un hombre poderoso, no solo él, su familia McGregor, pero podemos intentar hacer algo para volverte intocable. Ella pareció encontrar una solución, sus ojos brillando. La miré, no paraba de llorar. —Sí, sí, tía lo que sea. —¿Hasta casarte? —preguntó. La miré sin entender y ella explicó: —Un hombre en busca de buscar su fortuna necesita casarse, es mayor, un poco insoportable, pero es más poderoso y rico que Jesus McGregor y su familia. —Si... haré lo que sea —dije—, pero tía, yo aun sigo casada con Jesus, además este hombre, ¿va a quererme así? Señalé mi cuerpo, para nadie era un secreto que más que estar gorda tenía un cuerpo grande y huesos gruesos, siempre me decían que no iba a lograr casarme, y cuando logré hacerlo ahora estaba viviendo una completa pesadilla. —Es ciego. —dijo. ¿Qué? —Oh. —Además del resto me encargaré yo. —dijo mi tia Holly. Estaba desesperada, un hombre había abusado de mí, mi esposo quería matarme y ahora solo iba a casarme con un ciego otra vez por conveniencia. Aunque tal vez él estaría igual que yo; sin nadie que quisiera casarse con él y solo tendría que hacerlo por acuerdos. —Tia si esto me salva estoy dispuesta a hacer lo que sea. Estaba desesperada por esto. La vida nunca fue justa para mí, pero no quería morir, era demasiado joven para morir y que ese imbécil cobrara mi herencia. Mi tia me quitó una rama del cabello lanzándola a un lado y dijo: —Perfecto amor, yo me encargo de todo.
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