Mientras corría un viento cálido Criss me miraba esperando algo de mí.
- cuando veo la luna siempre recuerdo que ella repetía una historia de lobos que se amaban, era algo como, el lobo aúlla por las noches ya que extraña mucho a su amor la luna que se encuentra muy lejos- luego de decirlo me dio vergüenza de quedar como una rara, quizás a estas cosas se referían los otros chicos.
-primero siento lo de tu abuela se ve que se amaban- como una sonrisa se puede sentir tan cálida -y segunda es muy Interesante nunca la había escuchado, mi familia le gustan mucho esa clase de cosas, realmente son fans, por eso cuando era más pequeño me contaban historias como la de que habían dos lobos que al verse por primera vez supieron que su vida era juntos y nunca más se separaron.
Me gire a ver el cielo que se veía totalmente lleno por estrellas, ¿por qué el universo se veía tan tranquilo y a la vez profundo?, y solté un fuerte suspiro
-Mi familia siempre ha sido más distante, pocas veces mis padres vinieron a mi habitación a leerme o contarme historia, excepto ella , siempre se mantenían alejado, mis padres siempre han estado tan ocupados que todo se volvió muy frio sabes, hasta que nacieron mis hermanos, llenaron esta casa de alegría ya no era tan tenebroso y oscuro, aunque me decepcione al entender cuan sola fue mi niñez no trato de solo culpar a mis padres por el hecho de no acercarse mucho a mí, cuando fui más yo los aleje, cuando trataban de hablar conmigo yo los ignoraba o solo era monótona con mis respuestas, o no prestaba atención por estar en mi mundo de niña soñadora, mi padre siempre intento acercarse más sin importarle mi rechazo obvio cuando no tenía trabajo, creo que pensaba que yo era muy tímida y que por eso corría a mi habitación a jugar con mi peluches sola, mi madre estaba más ocupada de los gemelos y lo entiendo por eso nunca se los reprochare, luego crecí y se dieron cuenta de que solo era así - siento su mano tomar la mía, luego sentí que por mi cara corría una lagrima que no sabía que existía, limpie rápidamente mi cara- lo que no saben es que me siento más sola de lo que creen, yo siempre quise que me tomaran en cuenta , que me prestaran atención, solo no sabía cómo actuar- gimoteo, y en ese mismo instante me di cuenta de lo que hice, contarle lo que a nadie le había dicho, no sé qué me paso, solo sentí que al ver sus ojos podía contarle todos los temores que corrían por mi mente, como estar hipnotizada.
-Ya no estás sola Isa - fue un susurro apenas audible, me pare bruscamente y solté su mano, realmente me sentí asustada, no era algo a lo que estaba acostumbrada, no me gustaba hablar de mis sentimientos, menos con desconocidos, no sé qué fue lo que me paso.
-quiero estar sola en estos momentos por favor- estaba enojada mucho, no con el conmigo por ser estúpida -Sera mejor que te vayas, es lo mejor- estaba tan molesta que mi cuerpo tiritaba por la irritación de mis acciones- ni siquiera sé por qué te conté todo eso - me dirigí hacia la puerta con pasos firmes y sentí los pasos del detrás de los míos.
-¿Hice algo mal?- lo mire con una mirada de disculpa. Era verdad él no tenía culpa de que yo fuera una parlanchina unos minutos atrás.
-No, lo siento, solo no estoy acostumbrada a tener compañía, además es tarde y tus padres están abajo en el jardín esperando por ti - el solo asintió y se fue pero antes de perderlo de vista me miro desde las escaleras
-Nos volveremos a ver antes de lo que crees - yo solo cerré la puerta y Sonreí como boba, apenas me di cuenta borre la sonrisa y me dirigí a mi cama saque mi pijama y me cambie para meterme a la cama, ya no quiero más de esta noche estoy muy cansada y necesito dormir, apenas apoye mi cabeza en la almohada me quede dormida, con un pensamiento en mi cabeza, ¿qué mierda hice esta noche?
A la mañana siguiente me desperté sin ninguna gana de nada más que quedarme en cama, hacía calor, no me gusta el calor prefiero el frio, además olvide cerrar las persianas y el sol se reflejaba por toda la habitación cegándome cuando abrí los ojos, escuche como subían al segundo piso, y con fastidio me puse la almohada en la cara para recostarme de nuevo, obviamente no para dormir con este calor imposible, simplemente no tengo ganas de levantarme.
-Isa levántate ya es tarde iremos a almorzar luego- escuche como mi mama tocaba mi puerta, agradecí que no entrara porque quizás hubiera sido más tosca de lo que quiero.
-está bien me voy a bañar- me sentía sudada, así que me levante, me dirigí a la ventana para que ventilara tanto mi cama como mi habitación, luego fui a buscar algo cómodo de ropa y me fui a bañar, ya bajo la regadera mi cabeza no dejaba de pensar en lo que había pasado anoche, fui tonta, nunca más, eso repetía en mi cabeza, quejándome de ser tan ilusa como para caer en los ojos de Criss.
No me di cuenta cuanto me demore en la ducha hasta que Salí, había estado en la regadera más de una hora, y yo que sentí que apenas habían sido unos minutos.
Baje esperando encontrarme el caos diario pero no, estaba todo silencioso y tranquilo, fue de lo más raro siempre o estaban los gemelos o mis padres, muy poca veces salían ambos al mismo tiempo.
Llegue a la Cocina y había una nota dirigida a mí.
“fuimos a almorzar con los Campbell, como no sabía si querías ir no te dije, pero además te demoraste mucho en levanta señorita, te deje la comida de ayer en el microondas, caliéntala y come, come!, no salgas hasta que lleguemos por favor
Atte tu bella madre
PD: sé que no me harás caso. Si vas a salir, por favor no te insoles, por cierto fuimos con los gemelos”
Me dirigí al microonda y calenté la comida, tome mi tiempo para ver una serie que tenía pendiente.
Cuando termine tome una hoja que había en la encimera y le deje una nota mamá
" salí ya sabes dónde estoy, te quiero mucho Chao”
Cerré las puertas con llave y camine hasta el bosque tarareando una canción que no salía de mi cabeza, y cuando pensé en eso vino a mi cabeza otra cosa, ¿Qué fue lo que paso ayer en el balcón?, primero nunca he hablado con nadie, literal nadie, de lo que siento ni como me sentí con la muerte de mi abuela, que me pasa, ¿primera persona que me habla y yo me la doy de narradora?, segundo ¿qué pasa con él?, ósea entiendo que quiera conocer personas en una nueva ciudad, realmente lo entiendo pero no me gusta la falsa empatía.
Llegue al bosque con un libro en la mano y mi reproductor de música. Estaba a punto de ponerme los auriculares para sentarme en los pies de un árbol cuando escucho el crujir de unas hojas, no era una personas de eso estaba segura, sonaba como si un animal de un peso no menor caminara en sus cuatro patas, sabía que no era algo bueno si me lo encontraba de frente, quizás era un oso que se yo.
Me trepe en el árbol, di saltitos para llegar a una rama, no se veía tan firme pero soportaría mi peso, o eso esperaba, apenas me acomode en él y tome un respiro sentí las hojas crujir debajo de mí.
Mire hacia abajo con un poco de miedo de encontrarme algo aterrador, pero en cambio quede sorprendida con lo que vi.
Un lobo, un maldito lobo, era eso posible, se supone que se fueron de estos territorios, y si no era así, nadie en más de 30 años había visto uno. Camino con una elegancia única, un caminar tranquilo pero seguro, comenzó a olfatearlo todo, primero el piso, luego olfateo el aire buscando algo, ahí fue cuando sentí el terror, me culpe por usar perfume, hasta que me miro a los ojos, que animal más bello.
Era un lobo gris, como el gris del fin de una tormenta cuando comenzaban escaparse unos rayos de sol. Nunca en mi vida me imagine ver uno, como una criatura tan hermosa podía imponer tanto miedo y tranquilidad al mismo tiempo. Su cuerpo era fino pero a la vez se veía que podía ponerte en el suelo en un solo movimiento.
¿Era normal que los lobos fueran de tal tamaño?, era gigante esto segura que así no eran los que vi en el zoológico cuando era pequeña, o quizás era mi percepción, o quizás al ser salvaje era más grande. Pero era sorprendente su tamaño tan imponente.
El lobo se fue, dejo de mirarme y empezó a caminar con su tan distinguible danza de elegancia, lo perdí en medio de los árboles, en ese momento también deje de percibir el ruido de sus huellas en las hojas secas.
Cuando estaba pensando en bajarme, ya que no sentía ningún peligro a mi alrededor volvió a aparecer el lobo, no sentí ningún sonido solo lo vi mirándome desde entre unos árboles, esta vez sí se acercó al árbol donde estaba tratando de acercarse con su hocico para oler mejor donde estaba yo.
Y en ese momento fue cuando me fije en sus hermosos ojos verdes.