Al día siguiente Ana no quiso levantarse de su cama, Sasha estaba con ella tratando de animarla, pero no había manera, solo deseaba dormir y dormir
- ¡Vamos Ana! el día está hermoso, podemos hacer muchas cosas
- Sasha, por favor no insistas, de verdad solo quiero dormir
- ¿Pero por qué?
- ¡Déjame sola! - Exclamó Ana molesta
Sasha salió de la habitación preocupada,
Jeff estaba en su oficina, pensando en la conversación que tuvo con Ana el día anterior, se sentía como un idiota
- La tuve tan cerca y no fui capaz de nada... - Se tomaba la cabeza, no comprendía porque no fue capaz de besarla ¿y si ella sentía algo por él? no había pensado en eso... pero el recuerdo de lo sucedido con Hamal le impedía llegar hasta Ana, sentía que había ensuciado todo, tenía miedo de besarla y después arrepentirse, no quería seguir cometiendo errores, no quería destruir la relación que ambos tenían, ella era muy preciada para él.
Sasha tocó la puerta de la oficina
- ¡Adelante!
- ¡Buenos días Jeff!
- ¿Ocurre algo Sasha? ¿por qué estás triste?
- Es Ana...
- ¿Le sucedió algo?
- ¡No quiere levantarse de su cama, hice lo que pude pero solo quiere dormir! se enfadó y me pidió que la dejara sola
- ¿Estará enferma? llamaré al doctor -
Más tarde el médico llegó a visitar a Ana y no tenía buenas noticias
- ¿Qué tiene Ana doctor?
- Joven, ella no tiene ninguna enfermedad física, pero sí presenta síntomas de una profunda tristeza, lo que llamaríamos como una depresión, lo lamento mucho es una niña tan llena de vida ¿sucedió algo para que se deprimiera de esta forma?
- ¡Sí doctor, tuvo una pérdida muy grande!
- ¡De verdad lo lamento mucho, mi recomendación es que salga de su habitación, debe sacarla al aire libre, le dejaré una dieta que la ayudará a recuperar el equilibrio cerebral! pero lo más importante es que hablen mucho con ella y se sienta acompañada, tendrá que tener mucha paciencia joven.
Esa noticia fue impactante para todos, ¿cómo sacarla de ese estado? Jeff se dejó caer en su silla sin decir nada
Ana dormía en su cama y comenzó a soñar. En aquel sueño se veía como una niña pequeña, caminaba por un valle oscuro, de pronto aparecía Cuarzo y ella iba a verlo, pero el unicornio estaba en malas condiciones y atado, lo que le impedía moverse
- ¡Cuarzo mírame! - Pero no había respuesta, de pronto el color del animal comenzó a cambiar a n***o, Ana desesperada en el sueño lloraba, trataba de quitarle las amarras pero no pudo... y en un abrir y cerrar de ojos desapareció ante ella, se encontraba desolada en el sueño... era la nada, el escenario era oscuro y comenzó a caminar, de pronto sintió que caía en un acantilado, pero alguien impidió su caída, alguien tomó su mano y trató de ver quién era, pero solo era una sombra masculina que no pudo divisar, en ese momento despertó asustada, se sentó en su cama y sintió ganas de vomitar, no tenía energía, sentía su cuerpo pesado, aun así se levantó y vio que el día era lindo, pero no tenía ganas de salir, llamó a Sara para pedirle de favor que le arreglara el baño, luego de un rato se metió en la bañera... Sara entró al baño y le habló
- ¡Mi niña, sé que estás deprimida! te e traído unas hierbas que te ayudarán a levantar el ánimo, dejé una bandeja con comida en tu mesa, sé que no quieres salir de aquí -
- ¡Muchas gracias Sara! te lo agradezco mucho -
- Lo importante es que trates de salir adelante, tómate tu tiempo, no te presiones - Sara metió en el agua el manojo de hierbas,
- ¡Qué agradable el aroma!
- ¡Verás que te sentirás mejor! me retiro para que te relajes - Sara salió del baño y cerró la puerta, Ana cerró sus ojos y comenzó a recordar aquel sueño, no pudo distinguir quién era esa figura masculina que la salvó de la caída, pensó en su unicornio y se entristeció, era como si una parte de ella se hubiera ido, ideas oscuras venían a su mente, ¿qué pasaría si desapareciera? ¿qué más daba todo si ella no estaba? recordó que Jeff no quiso besarla, de alguna forma se sintió rechazada por él, había un sentimiento que quiso descifrar pero no lo logró, pensó que quizás la diferencia de edades entre ella y él era una barrera fuerte, como también el hecho de que era su maestro y lo más probable era que no quería mezclar las cosas, se dio cuenta de que sí habían sentimientos hacia él, pero también pensó que quizás ella malinterpretó las cosas. Estaba muy confundida y vino a su mente nuevamente aquel chico de los ojos cautivadores, recorrió cada rincón de ese recuerdo y sintió que su corazón dio un brinco, recordó esa sensación de flechazo que sintió al verlo y sin darse cuenta estaba sonriendo...
- ¿Qué estoy pensando? ¡él pertenece a mis enemigos! - Pero por alguna razón aquel apuesto chico venía a su mente una y otra vez, ese pensamiento la avergonzaba.
Más tarde, salió de la bañera, arregló su cabello y comió algo, pero la verdad era que no tenía deseos de nada, miró por la ventana y vio que estaba rodeada de soldados, nada tenía sentido, todo perdió el brillo para ella, entonces recordó a Rasle, ¿sería posible verlo nuevamente? necesitaba de ellos.
cayó el atardecer, salió a su balcón y decidió bajar al jardín, los soldados la saludaban con una reverencia,
Hamal fue a buscar a Jeff, para hablar con él, este se encontraba en las caballerizas
- ¡Buenas tardes comandante!
- ¿Qué quieres? estoy ocupado
- ¡Aclarar las cosas, ya no quiero pelear!
- ¿Hay algo que aclarar?
- ¡Jeff, no seas necio!
- Hamal te dije que ya no me interesas, me da igual lo que hagas
- ¡Eso no es cierto! - Jeff se acercó a ella
- Escúchame bien Hamal, no eres el tipo de mujer que yo quiero, es mejor que sigas con tu vida loca y me dejes en paz
- ¿Te duele el ego? ¿no soportas que yo e estado con otros hombres?
- ¡Ya te dije que me da igual! as lo que quieras
- ¿Por qué me reclamas? tú estás enamorado de alguien yo lo sé, ¿así pretendes que te tomen en serio?
- ¿Y de quién estoy enamorado según tú?
- ¡De Ana! me di cuenta hace mucho rato
- ¡Estás loca! Ana es una niña, ¿no te das cuenta? tiene 15 años y yo 21 ¿no crees que es mucho?
- ¡Lo que yo creo es que eres un cobarde que no se atreve a reconocer lo que siente!
- ¡Piensa lo que quieras! Ana es muy preciada para mí, pero no puedo verla como mujer
- ¡Es una mujer!
- ¡Es una niña y yo soy su maestro!
- ¿Y cuál es el problema con que seas su maestro?
- ¡No lo entenderías, tienes la mente tan sucia que no voy a perder mi valioso tiempo explicándote!
- ¡No empieces con tus groserías!
- ¡Déjame en paz! limítate a tu misión y as lo que quieras
- Vine aquí a arreglar las cosas, no a discutir, pero eres demasiado necio
- Y yo te dejé claro que no me interesas como mujer, yo quiero alguien en quien pueda confiar, alguien con quien pueda proyectar a futuro, no estoy para tus juegos y no voy a ser tu juguete de entretenimiento, se acabó Hamal
- ¡No lo puedo creer! yo sí vi que eras un buen tipo, pero es evidente que hay alguien en tu corazón, sea ella o no, hubiera sido perfecto si fueras realmente sincero, quizás habría sido esa mujer que anhelas, Ana es demasiado para ti, espero que ella nunca te haga caso - Jeff se enfureció con las palabras de Hamal
- ¿Demasiado para mí? ¿qué insinúas con eso? ¿crees que ella no podría llegar a quererme? - Justo en ese minuto Ana los estaba escuchando
- ¡Espero que no! ¡eres un cobarde!
- ¿Por qué soy cobarde? ¿porque no hago lo que quieres? ¡No soy tu maldito juguete!
- ¡Sabes ya me cansé de pelear contigo, es evidente que nunca nos llevaremos bien! reconoce lo que sientes antes de que sea tarde Jeff
- ¿Tarde para qué? ya te dije Ana es una niña, no puedo verla como mujer, estaría mal, ¿entiendes lo que digo? no puedo amarla - Ana escuchó estas palabras de Jeff y se entristeció aún más
- ¡Estás equivocado, ya no es una niña! es una mujer que siente, como tú y yo sentimos
- ¿Qué sabes tú lo que es sentir? ¡si te revuelcas con todos! - Hamal lo abofeteó, Ana se sorprendió
- ¡No te voy a permitir que me insultes de esta manera! ¡maldito cobarde!
- ¡Lárgate de aquí Hamal! ¡y que te quede claro que no me interesas como mujer, ni tú, ni Ana, sácate esas ideas tontas de la cabeza!- Justo en ese momento Hamal se dio cuenta de que Ana los estaba viendo, la chica tenía lágrimas en los ojos, Jeff volteó a verla, pero salió corriendo
- ¡Anaaa! - Gritó Jeff desolado
- ¿Te das cuenta de lo que haces? - Dijo Jeff a Hamal mientras iba detrás de Ana.
Ana corría y logró salir, Jeff la perdió de vista, llegó hasta la colina y no la diviso más, se tomaba la cabeza con desesperación
- ¡Maldición, soy un imbécil! ¿Qué hice? ¡Anaaa! ¡Anaaa! - Pero no hubo respuesta, se devolvió a dar aviso
Ana corría y corría, quería desaparecer, incluso si la atrapaban sus enemigos en ese minuto ya le daba igual, se refugió en unos matorrales y largó su llanto, las palabras de Jeff quedaron en su cabeza era una niña, pero una niña que sentía algo por él, en ese momento aplaudió 2 veces para ver si Rasle aparecía y afortunadamente apareció
- ¡Rasle! ¡pensé que nunca te volvería a ver! - El pequeño duende la abrazó
- ¡Te e extrañado mucho! pero... ¿por qué estás llorando?
- Tengo mucha tristeza, perdí mis poderes, me han hechizado y ahora me rompieron el corazón -
- ¡Tienes razón! ¡algo le han hecho a tu aura! pero aún puedes verme, por lo que sigues conservando tus buenos sentimientos, ¿quién te rompió el corazón? - Dijo el duende entristecido
- Alguien a quien quiero mucho, lo escuché hablando y dijo que soy una niña y que no puede verme como mujer - Rasle la miró con tristeza
- Lo lamento mucho, ese tipo no es para ti
- Sabes, tengo ganas de desaparecer, no quiero volver a mi casa
- ¡No digas eso, eres muy valiosa para mí!
- ¡Qué lindo eres Rasle! sabes tuve un unicornio y también se fue, era como una parte de mí ser... e soñado con él y tuve miedo de ese sueño
- ¡Vamos con Tass, necesitas ayuda, no te voy a dejar solita! -
Ana le contó el sueño a Tass, éste la miró muy serio y le dijo
- Mi niña, el hechizo que tienes es muy poderoso, fue hecho con entidades del inframundo, en cuanto a tu sueño significa tu estado actual, estas triste por la pérdida de tus poderes, te viste como niña porque te sientes desvalida y expuesta, tu unicornio es la parte de ti que a dejado de vivir, representa a tus poderes que congelaron con ese horrible hechizo y aquella figura masculina, puede ser alguien que te ayudará a salir de todo esto.
- ¿No tienes alguna forma de deshacer ese hechizo Tass? - Preguntó Rasle
- ¡Lamentablemente no! es un poder demasiado grande, son entidades que tienen mucho alcance, esos hechizos son hechos por magos muy experimentados y poderosos! sobrepasa mis capacidades, pero sí sé, que el amor puede devolverte tus poderes
- ¡Sí, eso me dijeron, pero lo veo tan lejano! me gusta una persona, pero él dice que soy una niña
- ¡Entonces no es el indicado! para que ese hechizo se deshaga el amor debe ser mutuo, sin tropiezos, ni excusas, debe ser limpio y totalmente entregado, no es cualquier cosa, solo el amor verdadero quebrantará el hechizo. - Dijo Tass
- Entonces los perdí para siempre... - Ana rompió en llanto, los duendes la miraban con tristeza,
- ¡Es hora de volver a casa! gracias por todo ustedes me ayudan siempre
- ¡Puedes quedarte aquí si no quieres volver! - Dijo Tass
- ¿De verdad?
- ¡Claro, aquí estarás segura, nadie puede vernos y mucho menos esas entidades malignas! - Ana sonrió y decidió quedarse
Jeff junto a las estrellas y los soldados buscaban desesperadamente a Ana, se sentía culpable, ¿escuchó toda la conversación?
Amylee llamó a Hamal y Jeff
- ¡Necesito decirles algo! ¡Si algo le sucede a esa niña, ustedes dos lo van a pagar caro! ¿entendido?
- ¿Nos estás amenazando? - Dijo Jeff
- ¡Así es! mi deber es proteger a Ana y por lo visto tendré que protegerla de ustedes, una vez que la encuentre me la llevaré a mi castillo, no les comenté, pero soy hija de un Rey y tengo la capacidad para protegerla, además mis poderes son muy avanzados, se acabó, no voy a confiar más en ustedes
- ¡No me importa quién seas! ¡No te la vas a llevar! - Exclamo Jeff enojado
- ¿Tú me lo vas a impedir? - Contestó la chica desafiante
- ¡No puedes hacer eso! ¿le as preguntado si ella quiere irse contigo? - Dijo Hamal
- ¡Les aseguro que querrá, después de escuchar semejante conversación y de saber que el chico que le gusta la ve como una niña pequeña y no puede verla como mujer! lo más seguro es que acepte -
- ¿Qué estás diciendo? ¿el chico que le gusta? - Exclamo Jeff
- ¡Es obvio que le gustas a Ana, por eso se ofendió tanto y se fue! pero eres hombre y no comprendes los sentimientos de una chica, además ya debe haber entendido que ustedes dos se tuvieron algo, eso agrava las cosas - Jeff sintió que una espada de hielo atravesó su corazón, tenía el amor tan cerca y lo dejó escapar, Dennie escuchó esa conversación y entendió que debía alejarse, antes de salir lastimado.
- ¡Es por eso que les guste o no, me la llevaré, ustedes no están capacitados para cuidar de una niña de su edad!
- ¡E cuidado de Ana por años! ¡no digas tonterías!
- ¡Sí, pero ya finalizó tu etapa, ahora yo me haré cargo de ella y ustedes pueden ir a revolcarse las veces que quieran! - Hamal se molestó con lo que dijo Amylee y quiso golpearla, pero Amylee la detuvo con facilidad
- ¡No te atrevas a ponerme un dedo encima! ¡no te tengo miedo Estrellita Roja!
- ¡No te voy a permitir que me hables así!
- ¡Ya les dije! Ana se va conmigo -
- ¡No lo voy a permitir! no voy a fallarle a la Reina Aurora - Dijo Jeff
- ¡La Reina ya no existe Jeff, tienes que pensar en el bienestar de Ana, por tu incompetencia ahora está perdida y a merced del enemigo!
- ¡Basta, por favor basta! no puedo creer que estén discutiendo perdiendo el tiempo, ¿qué es esto? ¿el más fuerte se queda con Ana?
¿es para satisfacer su maldito ego? mi amiga está perdida y ustedes solo discuten... en estos momentos deberíamos estar unidos, ¿o es que acaso olvidaron su misión? - Gritó Sasha entre lágrimas, todos la miraron avergonzados
Al día siguiente, los duendes le prepararon un desayuno muy alegre a Ana, hicieron un show para ella, rió mucho, Tass le regaló unos dulces alegres y lograron que se sintiera mejor, pero el día pasó rápido y ya era hora de volver
- Les agradezco por sus atenciones, ustedes me han ayudado tanto, ahora sé que debo tener paciencia - Tass sacó sus polvos mágicos de su bolsillo y los lanzó al aire y le dijo lo que vio
- ¡Antes de que te vayas, déjame decirte que el amor está muy cerca de ti, no será fácil, pero el amor será tan fuerte que no podrán contra ustedes, también puedes pedir un deseo y se te concederá, alguien cuidará de ti, hasta que recuperes tus poderes! debes seguir adelante frente a todo, ten fe mi niña
- ¿De verdad el amor está cerca? ¿es Jeff?
- ¡No, mi niña, debes olvidar a ese tipo llamado Jeff, él no es para ti, es alguien que ya conociste en otra vida, tú serás quién le devuelva las ganas de vivir! solo eso puedo ver - Ana estaba intrigada, no comprendía quién podía ser
- ¡Gracias por todo! ¡nos vemos! - Ana salió del lugar de sus amigos y comenzó a caminar por el bosque, de pronto sintió un estruendo muy grande, al parecer el enemigo estaba atacando su casa y se escondió de lejos vio como Hamal, Amylee, Jeff y Sasha combatían,.
- ¡Ríndanse, entreguen a la Estrella Dorada ahora! - Exclamó uno de los hombres que los atacaban Jeff sacó su espada y comenzó a pelear mientras gritaba - ¡Jamás te la entregaré! ¡ni a ti ni a nadie!
Sasha invocó sus poderes y atrapó a los tipos utilizando a los árboles, luego gritó - ¡Stella viridis! y acabó con ellos en un instante, pero eran demasiados y tres de ellos ingresaron a la casa a registrarla completa, Hamal quedó aterrada con esa escena, si Ana hubiera estado ahí, lo más seguro es que la habrían atrapado, los soldados combatían con los intrusos, uno de ellos ingresó a la habitación de Ana y salió hacia el balcón y gritó
- ¡La Estrella Dorada no está aquí en la casa! - Orlecius escuchó y a gran velocidad atrapó a Jeff para interrogarlo
- ¿Dónde está la chica?
- ¡Suéltame maldito, nunca lo sabrás!
- ¡Dilo si no quieres morir! - Amylee atacó e hizo que Orlecius soltara a Jeff, luego a gran velocidad le lanzó una patada, hizo brillar su estrella azul y lanzó un rayo de energía que hizo caer al tipo al suelo
- Orlecius rió y fue tras ella - ¡Eres muy fuerte, estrellita azul!
- ¡Lo mismo digo! - La pelea se salió de control y uno de los tipos lanzó un enorme rayo que cayó cerca del escondite de Ana, lo que hizo que otro de los atacantes se diera cuenta de que ella estaba ahí
- ¡Aquí está la mocosa Señor! - Todos voltearon a ver, Ana quedó expuesta estaba paralizada por el miedo
- ¡Ana, corre! - Gritó Jeff desesperado mientras iba en su ayuda
La asustada chica corrió como nunca antes en su vida, aunque sabía que era inútil porque de igual forma la alcanzarían, Jeff y las demás estrellas fueron a defender a su amiga, de pronto Zafiro la vio corriendo desesperada y la siguió con cautela, Ana se escondió entre los matorrales y su corazón latía a mil por hora, estaba aterrada, lloraba a mares, Zafiro con cuidado de no ser visto se escondió a escucharla
- ¡Por favor, no quiero, no quiero morir! tengo miedo, ¿por qué? yo no pedí esto, ¿o será mejor entregarme y terminar con esta tortura? necesito una respuesta - Zafiro se sintió acongojado con aquella frase ¿ o será mejor entregarme y terminar con esta tortura?, se sintió identificado con eso, era como se sentía la mayoría de las veces y siguió escuchando
- ¡Quizás sea lo mejor, es inútil esconderme! ya nadie podrá salvarme, qué miserable vida! - Era extraño, se supone que él debía avisar que la había encontrado, pero estaba escuchándola y se sentía identificado con ella, era extraño, no tenía deseos de dañarla.
Ana, salió de los matorrales, dispuesta a entregarse, no quería seguir viviendo escondida y en peligro constante
- ¡Lo haré, ¿de qué me sirve ser la Estrella Dorada? si no puedo defenderme -
- ¡Si yo fuera tú no lo haría! - Dijo Zafiro saliendo de su escondite, Ana se asustó, ambos se miraron y nuevamente sintieron ese flechazo que los atrapó, había algo en el aire que los envolvía, pero ella vio su insignia de la serpiente y se asustó, dando un paso atrás
- ¡Tranquila! no voy a hacerte daño...
- ¿Quién eres? ¡eres uno de ellos verdad!
- ¡Así es! pero no temas, no voy a dañarte - Ana no comprendía la actitud de ese chico
- ¡No entiendo!
- ¡Yo tampoco! ¿eres la Estrella Dorada?
- Sí, pero ya no
- ¿Cómo te llamas? ¿puedo saber tu nombre? - Zafiro, se acercó a ella y Ana no tuvo miedo, jamás había experimentado algo así
- Me llamo Ana
- ¿Ana? - El apuesto chico recordó que Alhena les había comentado que su hermana se llamaba Althaír y no comprendió
- Sí, Ana, ese es mi nombre
- Mi nombre es Zafiro, no tengas miedo de mí, por alguna extraña razón no tengo deseos de hacerte daño, sabes... escuché lo que decías, muchas veces me e sentido así, a punto de tirar la toalla, pero creo que no es lo correcto, no te entregues, sigue luchando -
Ana estaba sorprendida, su enemigo le decía que no se rindiera y que luchara,
- ¿Por qué me dices esto? - Zafiro estaba clavado en sus ojos, ella era luz, esa luz que él buscaba y que jamás había encontrado hasta ahora, era una atracción demasiado fuerte, algo que los atrapó a los dos
- ¡No lo sé! solo quise hacerlo, ¡debo irme, escóndete y nunca me as visto! no te preocupes, ellos se irán pronto, sigue adelante Ana - Le dijo mientras emprendía el vuelo,
Ana no comprendió la actitud de ese chico, pero ese flechazo fue muy potente y se sintió extraña, se volvió a esconder
Los estruendos se escuchaban y de igual forma tenía miedo, recordó a aquella entidad superior y comenzó a hablarle
- ¡Por favor, ya perdí mis poderes, si me estás escuchando no permitas que me encuentren, arranca este miedo que me paraliza, quiero ser valiente! - Uno de los hombres logró encontrar a Ana y llamó a los demás, esta salió corriendo despavorida, mientras seguía pidiendo y creyendo que podía salvarse
- ¡Por favor, por favor no me abandones, sé que me escuchas! ¡Por favor! - Los hombres estaban por alcanzarla y de pronto un rayo de luz color celeste cayó del cielo, iluminando a Ana, el enorme brillo encandilo a los enemigos, una figura de hombre comenzó a formarse, con grandes alas, llevaba una espada, era un ángel que tomó a Ana en sus brazos y lanzó un rayo que terminó con todos de un solo soplido, la asustada chica abrió los ojos se encontraba en el aire, en brazos de aquel ser celestial, Jeff y los demás vieron todo aquello y no lo podían creer, era demasiado ¿quién era aquel ser?, el ángel aterrizó con Ana en su casa y todos lo siguieron
- ¿Quién eres? - Preguntó Ana, mientras la bajaba de sus brazos, el bello ser se inclinó ante Ana y a vista de todos
- ¡Es un gusto conocerte! mi nombre es Raguel, e sido enviado para cuidar de ti, hasta que recuperes tus poderes, estaré contigo en todos lados, pediste con mucha fe y se te concedió - Ana recordó las palabras de Tass
- ¿De verdad? ¡no lo puedo creer! - La chica se emocionó y lo abrazó
- ¡Gracias! quiero irme de este lugar, ¿puedes llevarme a otro sitio? - Amylee interrumpió la conversación
- ¡Vendrás conmigo Ana! ya se lo dije a Jeff, no puedes continuar aquí
- ¿Pero dónde iremos? - Jeff interrumpió la conversación
- ¡Disculpa, pero no puedes llevártela así como así! -
- ¡Ya lo discutimos Jeff, este lugar es muy peligroso y ya no puedes seguir cuidando de Ana!
- ¡No puedes!
- Preguntémosle a ella, ¿qué te parece? - Ana miró al ángel y este asintió
- ¡Me iré contigo Amylee! solo quiero pedirte que Sasha venga conmigo, sin ella no iré a ninguna parte - Sasha se emocionó y abrazó a su amiga
- ¡No hay problema! - Jeff sintió que le estaban sacando el corazón a pedazos y tomó a Ana del brazo para hablar con ella en privado
- ¡Ana por favor perdóname! dime ¿qué escuchaste de esa conversación?
- ¡Lo suficiente como para querer largarme de aquí!
- ¡Escúchame, estaba muy enojado y dije cosas que no debí!
- ¡Yo creo que si sabías lo que decías! ya no tendrás que cuidar de una niña
- Ana, por favor
- ¡Es lo que soy para ti! - Jeff se tomaba la cabeza y tomó aire
- ¡Está bien si lo dije, pero me equivoqué!
- ¡No, yo me equivoque al poner mis ojos en ti, cuando logre descifrar lo que sentía por ti, no quisiste besarme, me dijiste que era porque eres mi maestro y luego te escucho diciendo que soy una niña y que no puedes verme como mujer!, no eres sincero y eso me decepciono de ti,
- ¡Perdóname! fui un imbécil,
- ¡No te preocupes, ya tienes compañía, no vas a estar solo!
- ¿Qué? ¿hablas de Hamal?
- ¡Así es! yo no sé qué pasó entre ustedes, pero veo que la ofendiste
- ¡Ana, ella y yo no tenemos nada! - Ana puso su mano en la boca de Jeff para callarlo
- ¡No quiero saber nada de eso! ahora entiendo de qué te arrepentiste, puedo deducir las cosas, no necesito detalles, si ella te rompió el corazón, debiste alejarte y no tratarla de esa manera
- ¡Ana, ella vino a buscarme, yo le dije que no quería nada más pero no entendió!
- ¡Está bien, te creo! pero no debes tratar así a una mujer,
- ¡Lo lamento, estaba tan enojado que la rabia me cegó!
- Debo irme de aquí, ya no es seguro, iré con Amylee, quiero agradecerte todo lo que hiciste por mí
- Suena como si te estuvieras despidiendo, no hagas esto
- Jeff, yo... necesito alejarme de ti, tus palabras me dolieron mucho, me sentí tan pequeña
- ¡Perdóname por favor! - Jeff la abrazó, pero ella no respondió y tampoco sintió lo mismo que aquella noche
- ¡Estás lejos de mí otra vez!
- ¡Hubieras dicho desde un principio como me veías! yo pensé que podía ser, pero... tienes razón en el fondo, aún soy una niña
- ¡Sí! - Jeff pensó que era inútil dar más excusas, estaba devastado, se iría de su lado y no soportaba esa idea
- ¡Está bien, sé que aquí ya no es seguro! pero no permitiré que te alejes de mí, yo seguiré cuidando de ti desde lejos, ya veré que más puedo hacer, si sucede cualquier cosa, puedes volver cuando quieras, de todos modos, me mudaré de aquí dentro de poco, construiré la fortaleza de igual manera.
- ¡Gracias Jeff! no te preocupes por mí, yo voy a estar bien! Raguel está conmigo
- Ese ángel es increíble, al menos podré estar tranquilo,
- ¡Sí pero se irá cuando recupere mis poderes! quiero recuperar a Cuarzo
- ¡La verdad nunca entendí para qué tenías alas si de igual forma puedes volar!
- ¡Esas alas, son espirituales, me protegen contra las entidades malignas, bueno, cuando las tenía! son como un escudo - Amylee interrumpió la conversación
- ¡Es hora de irnos Ana! puedes ir a visitarla cuando quieras, nunca te cerrare las puertas Jeff y no te preocupes de nada, te doy mi palabra de que estará bien cuidada, mi padre tiene muchos súbditos poderosos, soldados y el castillo es muy seguro, aquí tienes la dirección exacta, Raguel nos custodiara
- Está bien Amylee
- Hamal seguirá custodiando el área, está cerca del castillo, espero que todo salga bien, adiós Jeff, los dejo solos para que se despidan de mejor forma, te espero afuera Ana - Jeff estaba totalmente destrozado, no podía soportar la idea de perderla, de no estar con ella cerca, sentía que le estaban arrancando el corazón poco a poco, se paró frente a ella y no pudo evitar que las lágrimas cayeran.
- ¡Cuídate mucho Ana por favor! si me necesitas solo búscame, no lo dudes nunca, te voy a extrañar demasiado
- ¡Tú, también cuídate mucho Jeff, espero verte pronto y gracias por tanto! ¡no guardo rencor, quiero que lo sepas!
- ¡Gracias Ana! adiós
- Adiós