Clayton
El cielo todavía estaba oscuro cuando abrí los ojos, ligeramente desorientado por los alrededores desconocidos. Como marinero y luego SEAL, estaba acostumbrado a despertar antes del sol en un lugar que no era mi hogar, pero la diferencia esta vez era el cuerpo femenino, cálido y suave, pegado al mío.
Millie.
Había sido seducido por la eterna buena chica, Millie Larson. No fue nada elaborado ni hábil, pero la lencería que abrazaba sus curvas había hecho la mitad del trabajo por sí sola. Su audacia tímida hizo el resto, sin mencionar sus seguridades de que no se enamoraría de mí. Suspiré y pensé en su ex con una sonrisa. ¿Frígida? El bastardo no sabía lo que se estaba perdiendo, porque la experta en etiqueta, correcta y pulcra, era tan ardiente como pocas. Era generosa y aventurer
