Capítulo VI: Almuerzo

4167 Words
A la mañana siguiente Fabián amaneció muy emocionado, tenía planeado como primera cosa para hacer ese día mostrarle a la señorita Saravia como se preocupada por ella, se alisto muy rápido ese día y bajo con una enorme sonrisa en su rostro hacia la concina, preparo el desayuno para ambos ya que quería atenderle, al llegar ella Fabián la invito a sentarse al llegar, la señorita Saravia se encontró sorprendida al ver a su jefe preparando el desayuno. La señorita Saravia tomo asiento en el comedor, Fabián se dispuso a servir el desayuno, seguidamente se sentó a desayunar junto a ella, al terminar el desayuno tomo la vajilla y la coloco en el lavaplatos. —¿Qué le pareció mi comida? —le pregunto Fabián mientras colocaba los platos en el lavatrastos. —Todo estaba muy delicioso señor —le dijo con una gran sonrisa en el rostro— solo tengo una duda ¿Por qué preparo el desayuno el día de hoy? —Solo quería realizar un acto agradable para usted, ya que nos queda poco tiempo juntos. —Se lo agradezco mucho, pero no es necesario señor, además aún hacen falta algunas semanas para que me vaya. —Solo debe de agradecer y disfrutar mis detalles, ahora bien, ya es tarde así que es hora de salir hacia la empresa. Así fue como salieron ambos con dirección a la empresa, lo primero que hicieron al llegar al lugar fue ir a la oficina y la señorita Saravia se fue a asegurar de que todo se encontrara listo en la sala de juntas, para la reunión convocada a la primera hora. A esta reunión lo acompañaría la señorita Saravia así que cuando llegó la hora se dirigieron juntos hacia la sala de juntas, donde los esperaban los representantes de la constructora Lombardo la cual se estaba haciendo cargo de la construcción del centro comercial. Al cabo de pocos minutos llegaron los representantes de la constructora Lombardo a la sala de juntas, seguidamente ellos realizaron una presentación para mostrar los avances que está teniendo la obra, Fabián quedo complicado por los avances obtenidos al momento, al finalizar la junta se dirigieron hacia la oficina de Fabián. Después de que ingresará a su oficina, tocaron a la puerta, el dio permiso para entrar a la persona, la cual era la señorita Saravia quien iba para recordarle a su jefe las citas que aún tiene pendientes para este día. —Señor, solo vengo a recordarle las que para la tarde tiene una reunión agendada con el departamento de marketing para la organización de la inauguración del centro comercial, comentarle que a esa reunión lo acompañará la señorita Melgar. —Comprendo, ¿algo más? —Por el momento eso sería todo, señor. —Siendo así, gracias, puede retirarse. La señorita Saravia salió de la oficina de su jefe y se dirigió hacia su escritorio, mientras se encontraba ahí recibió una llamada de la madre de Fabián, mientras tanto Fabián se encontraba avanzando en los pendientes, de repente volvieron a llamar a la puerta, dijo “pase” y era de nuevo la señorita Saravia quien entró a su oficina. —Con permiso, señor. —Dígame ¿Qué necesita? —Lo que sucede es que su madre me ha llamado hace un momento. —¿Mi madre? —pregunto con una expresión de sorpresa. —Así es, me llamo para decirme que nos espera para comer en su casa hoy al medio día. —¿Nos espera? Quiere decir que su invitación es para ambos. —Así es señor, pero si le incomoda que asista junto a usted, me puedo disculpar con ella y dar alguna excusa para no asistir, aunque en mi opinión usted si debe asistir, han pasado ya varios meses desde la última vez que visito a sus padres. —Discúlpeme, solo me encuentro un poco sorprendido por la invitación que nos ha realizado mi madre, pero si usted no tiene un inconveniente real, por mí no hay ningún problema de que asista junto a mí a ese almuerzo, sería una grosería rechazar a mi madre. —No tengo ningún inconveniente con acompañarle, la señora Montesinos es muy linda, será un gusto aceptar su invitación, en este momento le confirmaré que iremos y le avisare a Germán que venga por nosotros en media hora. —Me parece perfecto. —Con su permiso, me retiro señor —dijo mientras caminaba con dirección hacia la puerta. Al salir primero llamo a la madre de Fabián para confirmar que asistirían al almuerzo, y seguidamente se comunicó con Germán para avisarle que iban a necesitar que los recogiera en breve, para llevarles a la casa de los padres de Fabián. Al finalizar la llamada con Germán volvió a ingresar a la oficina de su jefe para comunicarle que todo se encontraba listo, seguidamente salió y en eso Fabián aprovecho para comunicarse con su madre, ya que le parecía tan extraño que les invitara a comer con tan poco previo aviso. —¡Buenos días querido hijo! ¿a qué se debe tu llamada? —Madre, no se haga que no sabe porque le estoy llamando, pero ya que se hace la desentendida le diré el motivo de mi llamada y ese es que se me hace muy extraño el hecho de que nos esté invitando, a la señorita Saravia y a mí, a almorzar el día de hoy a su casa. —La razón es simple, hace mucho tiempo que no te veo hijo, y tampoco he tenido el gusto de ver a la agradable Sofía, es eso lo único por lo que me decidí invitarles a almorzar con tu padre y conmigo a ustedes dos el día de hoy, pero dime ¿Hay algún problema con eso? —Comprendo, no hay ningún problema madre, como te dije al inicio solo se me hizo extraño, eso es todo. —Me da mucho gusto escuchar eso hijo. Sofía me llamo antes para confirmarme, no te preocupes tendré todo preparado para cuando ustedes vengan. Sé que están muy ocupados con el trabajo de la empresa así que tampoco quiero robarles mucho tiempo. —Te agradezco mucho, madre. Nos vemos en breve. —Nos vemos pronto querido hijo. ¡Te quiero! —Yo a ti, madre. Aunque su madre le dijo que el motivo de la invitación era que extraña verles, para Fabián esa no era la verdadera razón, así que continuaba sin entender el porqué de la invitación de su madre. Aún con cierta incertidumbre sobre el verdadero motivo de la invitación, pero se convenció a si mismo que de eso se daría cuenta cuando ya se encontrarán en casa de su madre, así que decidió ponerse a avanzar en su trabajo mientras llegaba la hora de irse a casa de su madre. Se encontraba muy concentrado revisando acuerdo, firmando documentos cuando llamaron a su puerta, era la señorita Saravia quien había llegado a avisarle que ya era hora de irse a casa de su madre. —Con permiso señor, vengo a avisarle que ya es hora de irnos a casa de su madre. Germán ya se encuentra en la entrada del edificio esperándonos en el vehículo. —Comprendo, siendo así pongámonos en camino —dijo mientras cerraba la carpeta que se encontraba revisando en ese momento. Después de eso se dirigieron hacia la entrada de la empresa, donde se encontraba Germán, subieron al vehículo, la señorita Saravia en el asiento de copiloto y Fabián en los asientos de atrás, se pusieron en marcha hacia la mansión Montesinos. Al llegar se encontraron con la señora Montesinos en la entrada, salió a recibirles, en su mirada se podía ver lo feliz que se encontraba de contar con la presencia de ellos ese día. —¡Bienvenidos! Me da mucho gusto que hayan podido acompañarnos este día a almorzarnos el día de hoy. —¡Muchas gracias por la invitación señora! Estoy muy complacida por su invitación, es usted muy amable —menciono la señorita Saravia a la señora Montesinos. —Es un placer para mi tenerles aquí a ambos, y creo que la que debe dar las gracias soy yo, ya que imagino que el motivo por el cual mi hijo acepto venir aquí hoy, es porque usted lo convenció. —Eso no es así, señora, su hijo en verdad tenía ganas de verles. —Madre, te recuerdo que me encuentro justo aquí y puedo escucharte —le dijo Fabián con un tono algo molesto. —No te alteres hijo, yo sé que te encuentras justo aquí, y me encuentro realmente agradecida por el hecho de que aceptaras la invitación de hoy —dijo la señora Montesinos mientras le daba un fuerte abrazo a su hijo —ahora sí, pasemos hacia el comedor, ya se encuentra todo preparado. Seguidamente ingresaron todos al hogar, el señor Montesinos ya se encontraba sentado en el comedor. Al verles llegar se puso en pie y se dispuso a saludarles. —¡Buenas tardes! ¡bienvenidos! —les dijo mientras les daba la mano. —¡Buenas tardes padre! Es un gusto saludarte. —¡Buenas tardes señor Montesinos! —dijo la señorita Saravia mientras le daba la mano. —Tomen asiento, en este momento ordenaré que nos sirvan la comida —dijo la señora Montesinos. Así hicieron, se sentaron todos, rápidamente les sirvieron y comenzaron a comer, al terminar la comida les sirvieron una tartaleta como postre, mientras disfrutaban del postre la señora Montesinos comenzó a realizar diversas preguntas. —Querida Sofía escuche que te irás de la empresa dentro de poco ¿mi hijo te hizo algo? Es por su mal genio ¿verdad? —dijo eso ultimo con una risa. —El señor Montesinos no tiene nada que ver con mi decisión, él es un excelente jefe, la verdad es que me ha ayudado mucho, me quiero ir de la oficina por algunos asuntos personales. —Sofía, ¿es por algo grave? ¿necesitas ayuda? Sabes que puedes contar con nosotros para lo que sea, tienes varios años cuidando de nuestro hijo y te consideramos como parte de nuestra familia. —No es nada grave señor, en verdad le agradezco mucho señor Montesino, pero es algo que debo de hacer yo sola. En verdad les agradezco mucho todas sus atenciones, pero lo debo resolver yo sola. —Yo ya quise darle solución a su problema, pero no quiere aceptar mi ayuda —dijo Fabián con todo serio. —Siendo así no diremos más, solo quiero que te quede en claro que aquí estamos para ti —dijo la señora Montesinos a la señorita Saravia. Al terminar de comer, el señor Montesinos le pidió a Fabián que le acompañe a su estudio, mientras tanto la señorita Saravia se quedó junto a la señorita Saravia platicando. En el despacho, el señor Montesinos y Fabián iniciaron su charla. —Toma asiento hijo —dijo el señor Montesinos mientras él tomaba asiento. —Dígame ¿de qué quiere hablar conmigo? —Hijo, quiero que me cuentes ¿Cómo va todo en la empresa? —Todo en la empresa se encuentra muy bien, nos encontramos trabajando en grandes proyectos y se espera que para el próximo año haya un crecimiento del cincuenta por ciento en ganancias. —Estoy realmente orgulloso de la manera en la que llevas la dirección de la empresa, me has demostrado que no me equivoque al entregarte el cargo de la empresa, haz logrado hacer crecer la empresa en pocos años, espero poder pronto visitarles. —¡Muchas gracias Padre! Me siento realmente agradecido por la confianza que has depositado en mí padre. —Ahora quisiera saber sobre tu vida hijo ¿Cuándo piensas formar una familia? —En estos momentos me encuentro completamente enfocado en el trabajo padre. No tengo tiempo para pensar en eso, ya que el trabajo me exige mucho tiempo. —Hijo ya tienes treinta y dos años. Eres nuestro hijo primogénito, hasta tu hermana menor ya es madre y tiene una bella familia, aunque ya tenemos nietos tu madre y yo quisiéramos conocer tus hijos. Debes de empezar a preocuparte por tu vida privada a partir de hoy. Mira tu amigo Gerardo es muy eficiente en su trabajo y aun así ya está casado y esperando a su primer hijo junto a la bella Sandra. El hecho de que no quieres formar una familia ¿tiene que ver con la mujer que te daño en el pasado? —No tiene nada que ver con ella padre, puedes estar tranquilo, lo que sucede es que no cuento con el tiempo para salir a citas y conocer personas, te recuerdo que Gerardo ya conocía a Sandra desde la universidad así que no tuvo que invertir tiempo de su trabajo en salir a citas. —Ya que tu problema es salir a citas y conocer personas nuevas ¿Por qué no intentas conquistar a una mujer que ya conozcas? Por ejemplo, a la señorita Saravia, a ella la conoces y conocemos desde hace varios años, sabemos que es una excelente profesional y claramente puede llegar a ser una excelente esposa y madre para tus hijos. —Padre, debo confesarte que ya le propuse que se casará conmigo para que no dejará la empresa, pero no quiso, me rechazo. —Hijo el matrimonio no es un negocio, a las mujeres hay que conquistarlas para que acepten casarse con uno, en verdad esperabas que ella aceptara casarse contigo cuando sabía que lo que te motivaba a pedirle matrimonio es el trabajo. —Aunque me motivo el hecho de retenerla, tienes que admitir que es un buen ofrecimiento, le ofrecí todo lo que una mujer casada necesita, un excelente esposo, guapo, inteligente, exitoso y además buena economía para el hogar y buenos genes para sus futuros hijos. —Hijo lo que una esposa espera recibir más que nada de su esposo es su cariño, su apoyo y comprensión. Todo eso no se puede comprar con el dinero son cosas que debes de brindarle con tus actos día a día. Si de verdad quieres que ella sea tu esposa debes de cambiar la estrategia y empezar a ser romántico con ella. —El mismo consejo me han dado Gerardo y Sandra. Pero la verdad es que a mí eso de ser romántico simplemente no se me da. —Yo sé que para una persona como tú ha de ser difícil pensar en las necesidades de otra persona antes que, en las tuyas, pero, así como eres de bueno para los negocios lo serás para ganarte su corazón solo debes de dejar de verlo como un contrato y empezar a verlo como un compromiso de corazón hacia la otra persona. —Trataré de seguir tu consejo padre. La verdad me sorprende mucho. No esperaba que aceptarás que me quisiera casar con ella. Siempre pensé que esperaban me casara con una persona de nuestro mismo nivel social. —Hijo mío tu mejor que nadie debería saber que tu abuelo era un hombre humilde y que con mucho trabajo fue que levanto la empresa. Las personas jamás deben de ser medidas por lo que tienen en sus bolsillos sino por lo que tienen en su corazón. Y ella nos ha demostrado siempre ser una excelente mujer. Así que no tenemos por qué oponernos. Más bien lo que quiero es que te apliques un poco hijo sino otro te la va a ganar. Mira a tu hermana tu cuñado era nuestro empleado cuando se conocieron y se enamoraron y con mucho trabajo ha logrado mantener a tu hermana y darle la vida a la que ella siempre estuvo acostumbrada, viven felizmente en España. —Comprendo padre. Créame que haré todo lo posible para ganarme su corazón, y tienes toda la razón a pesar de no tener nuestro mismo nivel social al momento de casarse con mi hermana, Joaquín logro superarse y ahora ya tiene su propia empresa y vive cómodamente junto a mi hermana y mis sobrinos. —Así me gusta que sigas los consejos de tu padre, recuerda siempre ser detallista, regálale flores, chocolates, cartas, etc. Ya verás que con esos pequeños detalles poco a poco te iras ganando su corazón. —¡Muchas gracias! Por el consejo, es momento de que nos retiremos. Ya se nos hace tarde y debo de llegar a una junta a la empresa. —Comprendo hijo. En verdad me gusta que seas así de responsable con tu trabajo. Pero no olvides de vez en cuando venirnos a visitar, más ahora que tendremos de visita a tu hermana y su familia por unas semanas. —A partir de hoy intentaré hacerlo más seguido ¿Cuándo viene mi hermana? —Su vuelo el sábado a las siete de la mañana. —Haré espacio en mi agenda para ir a recibir a la peque. —Me parece bien hijo, ahora vamos —dijo el señor Montesinos mientras se ponía de pie. Seguidamente salieron del estudio y se dirigieron hacia la sala donde se encontraba la señora Montesinos junto a la señorita Saravia. Ellas se pusieron de pie al verles llegar. —¡Muchas gracias! Por la invitación madre —dijo a su madre mientras le daba un abrazo— Señorita Saravia ya es hora de irnos. —Comprendo señor. —¡De nada hijo! Fue un gusto para mí que aceptaran venir espero verles más seguido por aquí, también espero que tu vengas seguido a visitarme Sofía las pláticas contigo siempre son muy amenas —dijo mientras le daba la mano. —¡Muchas gracias señora! Usted es muy linda —dijo la señorita Saravia mientras tomaba su bolsa para salir. —Como siempre es un gusto verles y platicar con ustedes. Espero que esto se repita pronto —dijo dirigiéndose a ambos la señora Montesinos— Querida Sofía solo pedirte un gran favor, cuida mucho a mi niño, él trabaja demasiado, no quiero que se me vaya a enfermar. —Madre ya estoy grande me puedo cuidar solo, no es necesario que le des más trabajo a la señorita Saravia, con el de la oficina tiene suficiente. —Si no te cuidará ella no sé si seguirías gozando de buena salud ya que tu trabajas en exceso, aunque tú lo niegues yo sé que ella es la que se encarga de estar pendiente para que asistas a tus consultas médicas y chequeos de rutina. —Eso es parte de mi trabajo señora, y créame que siempre que esté en mis manos cuidaré del señor lo mejor que pueda —Sabe que madre tiene toda la razón, yo gozo de buena salud gracias a los buenos cuidados de la señorita Saravia, espero que cambien de opinión y acepte quedarse junto a mí por muchos años para poderme seguir cuidando. —Espero lo mismo hijo —le dijo mientras le daba un beso en la mejía. —Ya es tarde y tengo muchos asuntos que tratar en la empresa, nos vemos luego. —Comprendemos hijos, cuidado en el camino —le dijo su padre mientras le daba la mano. Luego de eso salieron de la mansión Montesinos con rumbo a la empresa Fabián tenía que asistir a una reunión durante la tarde, lo único que lamentaba es que en esa reunión quien le estará asistiendo será la señorita Melgar. Desde que la señorita Melgar resulto tan eficiente la señorita Saravia le ha empezado a dar más responsabilidades, menos de una semana duró el hecho de que ambas le acompañaran a las reuniones, eso hacía que Fabián tuviera sentimientos encontrados por una parte le molestaba no poder tener cerca a Sofía todo el tiempo que él quisiera, pero por otro lado ella podía disfrutar de más tiempo y ya que eso es una de las cosas que ella quería se sentía feliz por ella. Al llegar a la empresa se dirigieron hacia la oficina de Fabián ya que debía ir por algunos documentos y consultar a la señorita Melgar si ya se encontraba todo listo en la sala de juntas, así lo hizo, pero antes de salir de su oficina hizo algo más, llamo a la floristería y encargo un ramo de rosas para Sofía, ya que quería empezar a poner en quería empezar a poner en práctica el consejo que le dio su padre. Su plan era que las flores le lleguen mientras él y la señorita Melgar se encuentren en la reunión. Al terminar su llamada, salió de su oficina y se dirigió junto a la señorita Melgar hacia la sala de juntas, cuando llegaron al lugar ya se encontraban ahí los encargados del departamento de marketing. —¡Buenas tardes! —dijeron en conjunto poniéndose de pie cuando Fabián ingreso a la sala de juntas. —¡Buenas tardes a todos! Pueden tomar asiento —les dijo Fabián. Todos los presentes en la sala de juntas tomaron asiento, incluidos Fabián y la señorita Melgar, en eso la reunión dio inició. —En primer lugar, quiero felicitarles por el excelente trabajo realizado en la publicidad y organización de la inauguración de la biblioteca en verdad hicieron un excelente trabajo. Saben que jamás espero menos que eso. Ahora bien, se les ha convocado a esta junta para que me presenten sus propuestas para la inauguración del nuevo centro comercial. La constructora me ha informado que a más tardar en un mes y medio este estará listo, y como saben me gusta estar pendiente de cada uno de los detalles de todos los proyectos que aquí realizamos. Es por esa razón que quiero observar los avances. —Estás son las propuestas que han sido creadas junto con el departamento de diseño ya que el centro comercial aún no ha sido finalizado pensamos utilizar en imágenes diseñadas tomando como base los planos en 3D que fueron creados, en lugar de fotografías del lugar. —Me parece muy bien ya que la publicidad debe de ser lanzada por lo menos tres semanas antes de la inauguración. Luego de esa breve conversación el equipo procedió a realizar su presentación sobre lo que tenían planeado, Fabián les brindo sus puntos de vista y les señalo las correcciones que debían realizar, ya que para él no basta con que el diseño sea bueno, para él tiene que ser perfecto. Así fue como luego de un intenso trabajo dieron punto final a la reunión, cuando esta había finalizado Fabián se dirigió con rapidez hacía su oficina. Se encontraba ansioso por saber que le había parecido su detalle a Sofía. Se acercó hacía el escritorio de ella. —¿Qué le ha parecido mi detalle? —Las flores están realmente hermosas, le agradezco mucho el detalle, pero quiero pedirle que no vuelva a enviarme un detalle como este ya que ha creado diversas especulaciones en la oficina. —Lamento que mi detalle haya causado incomodidad a usted, yo solo quería ser atento. —En verdad se lo agradezco, pero espero que no se repita. —Comprendo —dijo mientras se retiraba hacia su oficina. Encontrándose en su oficina y sintiéndose decepcionado por lo ocurrido decidió ir a la oficina de su amigo Gerardo para platicar con él sobre lo que había sucedido. La secretaria de Gerardo anuncio la llegada de Fabián y seguidamente él ingreso, Gerardo lo vio con una mirada extraña. —Dime amigo ¿Qué te trae por aquí? —pregunto con un tono de sorpresa. —Recuerdas sobre el convivio que me hablaste la vez pasada. El que me dijiste que implementáramos para afianzar lazos entre nuestro equipo de trabajo. —Si lo recuerdo ¿Qué hay con eso? —Quiero que te encargues de todo para que se lleve a cabo el próximo fin de semana. Ya que la empresa cuenta con muchos departamentos lo que podemos hacer. Ir haciendo el convivió por departamentos. Pero el primero debe ser con nuestro equipo directo de trabajo. Para que sientan a un más nuestro compromiso para con ellos. Diles que pueden llevar un acompañante. —Muy bien. En este mismo momento me encargaré de todo tanto de realizar la reservación del resort, también me encargaré de enviar el comunicado a los empleados. —¡Perfecto! Te dejo trabajar. —Solo una pregunta más antes de que te vayas ¿Qué te hizo aceptar mi propuesta? —Solo me puse a pensar en que soy un jefe muy eficiente y poco atento con mis empleados y creo eso los hace ver extraño que tenga alguna atención con uno de ellos. —¿Con quien tuviste alguna atención que fue mal vista? —pregunto Gerardo realmente curioso al respecto. —Le envié un ramo de rosas a Sofía y eso creo una ola de chismes en la empresa y ahora ella me ha pedido que no vuelva a tener ninguna atención de ese tipo nuevamente con ella. —Comprendo amigo, tu tranquilo y deja todo en mis manos. Luego de eso Fabián salió de la oficina de su amigo.
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