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"Eligeme A Mi"

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Blurb

Una chica llena de bondad pero un poco descuidada llega a una de las universidades más prestigiadas del país. Ella llega con el fin de cumplir sus sueños es decir ser administradora de empresa para asi lograr la suya, más sin embargo su pasión también es la música, solo aspiraba a eso hasta que sintió que desde el primer día que vio a Roberto Guidacci un amor puro apareció desde ahí ella quedo enamorada, más sin embargo Celia Yam siente una profunda desilusión al saber que él ya tiene a alguien en su corazón. A pesar de eso decide ser su amiga incondicional y amarlo en secreto, incluso llega ayudarlo a cumplir su sueño de jugar Football todo eso en secreto del padre de él quien odia ese deporte... ¿Qué Más Será Capaz De Hacer Celia Por Amor? ¿Roberto Se Dará Cuenta De Sus Sentimientos?

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"Lo Que Me Faltaba"
— ¡Celia! — exclama la rentera quien toca una y otra vez mi puerta. Frunzo el ceño aterrorizada, no cabe duda de que desde que mi madre murió todo cambio, antes al menos la tenía a ella y sí, tengo a mi padre vivo pero ¿De qué sirve eso? Si él está dedicado a su nueva familia. — ¡Celia! Más vale que me tengas lo de la renta para mañana si no juro que te sacare ¿Entendiste? — ruge de coraje. Rayos necesito pedir algún adelanto o algo en la fábrica de costura en donde trabajo, si no esto se pondrá peor. Me levanto del suelo y me asomo por la ventana para asegurarme de que la rentera se haya ido. Genial ella se fue. Bajo del sillón, tomo mi bolso junto con las llaves y salgo de ese cuarto, bajo con cuidado los escalones, llego a la entrada y justo ahí. — Celia ven acá — muerdo mis labios en tanto frunzo el ceño y me doy la vuelta. — Doña Vicky— sueno nerviosa. — Así que te estas escondiendo ¿No? — Le prometo que le pagare — uno mis manos en forma de súplica— Solo deme chance de ir a pedir un adelanto por favor doña Vicky ¿Si? — sonrio nerviosa. Noto como ella tuerce los ojos en tanto me ve molesta. — Ande doña Vicky dele unos días, la chica es buena — interviene una de las vecinas. Nuevamente Doña Vicky tuerce los ojos y después hace una pequeña mueca. — Está bien te daré una semana, una sola — niega con la cabeza y se marcha. — Ay gracias por intervenir— le agradezco a la vecina. — Ay mi niña, si tú eres un ángel para todos nosotros, aun no puedo olvidar cuando me ayudaste con mi hijo, no te importo correr bajo la lluvia y llevarlo al hospital— me toma de las manos— Si pudiera ayudarte con dinero o alojamiento te juro que lo haría. — Ya hiciste mucho con intervenir— le sonrio — Me tengo que ir ya es tarde — la suelto de las manos y me voy corriendo a la vez que le digo adiós a lo lejos. Llego a la fábrica y ahí está Ivana quien me ve con molestia, claro ella nunca podrá tolerarme desde que entre a este trabajo se ha encargado de hacerme la vida imposible. Como sea yo vine a buscar un adelanto y eso es lo que hare, me topo con la mirada a Ivana quien me observa y después me dedica una risita de burla. Un día mi madre me dijo más vale que haya un loco y no dos asì que no caeré en sus provocaciones, sigo avanzando hasta toparme de frente con ella. — A esa estúpida no sabe lo que le espera — menciona en tono de burla. La miro de reojo y detengo mis pasos, sé que dije que no iba ser la otra loca sin embargo esta vez no dejare pasar esto, realmente estoy cansada de dejar que se llene la boca hablando pestes de mí, al menos esta vez le pondré un alto. — ¿Qué dijiste? — cuestiono confundida. — A parte de ciega, tonta — sonríe descaradamente— Dije que no sabes la que te espera. — No vuelvas a decirme ciega, el hecho de que use lentes no te da derecho a decirme asì ¿De acuerdo? — Ay miren quiere llorar la cegatona — me apunta con el dedo. — Ya basta Ivana ¿De verdad crees que eres mejor que los demás? Tu falta de amor lo llenas haciendo menos a los demás, deja de ser así y veras que ese odio que sientes por ti misma desaparecerá. Ella deja de sonreír y me quita mis lentes para tirarlos al suelo para luego pisarlos. — ¿Qué haces? — digo sorprendida. — Mejorando tú falta de visibilidad quizá lo llenes sin tus lentes. Juro que ardo de coraje, dije que trataría de arreglar las cosas solo hablando sin embargo eso en estos momentos no puede ser, si es verdad que soy tranquila y puedo ser un amor pero cuando me buscan me encuentran. Trato de mejorar mi vista ya que sin mis lentes veo un poco borroso, cierro mi mano y le meto tremendo puñetazo en su rostro. — Maldita estúpida, me la vas a pagar — se tira encima de mí y me arroga al suelo. — ¡Ah!— exclamo a la vez que caigo Ivana se postra encima de mí y me empieza a pegar en la cara y después me empieza a jalar el cabello, de mi parte trato de quitármela de encima para asì ahora ser yo la que jale su cabello largo. De un momento a otro estamos rodeadas de nuestras compañeras de trabajo las cuales no dejan de gritar y grabar al mismo tiempo, todo sigue asì durante unos minutos hasta que de pronto la gerente de recursos humanos aparece aplaudiendo. — Que bien señorita Yam e Ivana, que maravilla de pelea— sigue aplaudiendo. — Sepárense ahora no lo puedo creer, tengan por seguro de que tendrán problemas por esto sobre todo tu Yam, vengan ahora a mi oficina. Me levanto del suelo, recojo mis cosas para seguir los pasos de la gerente quien entra a la oficina y detrás nosotras. Ella llega a su asiento en el que enseguida de se sienta. — ¿Qué van decir sobre esto? — apoya sus brazos en el escritorio. — Ella empezó— menciono apuntando a Ivana— Me dijo que yo… — No tiene caso que intervengas por ti, de todos modos nada va hacer que te devuelva el trabajo. — ¿De qué habla? Ella se levanta y trae un vestido, el mismo al que le dedique casi toda la semana y más de una noche de desvelo, veo ese vestido el cual está roto y sucio. — ¿Qué le paso? — pregunto asustada. — Ay no te hagas, si tú misma lo arruinaste, Ivana te vio y me lo dijo. — ¿Qué? Eso no es cierto, ¿No se da cuenta de que esto lo hizo ella? — frunzo el ceño. — Mira Celia muchas veces te oí renegar de este vestido y ahora sales con que tú no fuiste, deja de decir mentiras, Ivana que gana con mentir cuando ni siquiera era su vestido, muchas veces la vi ayudándote mientras tú solo la tratabas mal. Claro ella planeo muy bien su estrategia, por eso de la noche a la mañana empezó a comportarse amable y luego déspota. Así como ahora que esta callada y llorando, ahora estoy segura de que los rumores de que me iban a dar un trabajo de planta era cierto por eso es que ella se dedicó a manchar mi nombre y ahora estoy perdiendo mi trabajo. — Ya veo que no tiene caso que abogue por mí, usted le seguirá creyendo a una mentirosa como esta, dígame algo ¿Qué tan cierto es que me iban a dar un contrato de planta? — Tú lo has dicho te iban pero después de esto y de la pelea olvídalo. — No puedo creer que no me crea cuando muchas se han quejado de Ivana— me tiembla la voz. — ¿Quiénes? Aquí no ha venido nadie y claro que creo más en ella eso es porque es una empleada de años y tú una de meses si notas la diferencia ¿No? Suspiro y es ahí donde mis lágrimas salen, rayos como pude ser tan confiada ahora ¿Qué hare sin un trabajo? Y peor aún ¿Qué hare sin casa? — Aquí tienes el pago de tu semana, no hay más y ni reclames no tienes derecho— desliza un sobre. — Les juro a las dos que un día ustedes me pedirán trabajo a mí y se acordaran de esto— digo enojada. Tomo el sobre y salgo de ese lugar, voy de camino hacia afuera en donde me topo mis lentes quebrados y hechos pedazos. Me hinco a levantarlos es ahí donde me doy cuenta de que no tienen reparación. Exhalo al mismo tiempo que inclino mi cuello hacia atrás, cierro mis ojos y no puedo evitar llorar. Me siento tan frustrada sin embargo no dejare que esa mala mujer me vea asì, me levanto y sigo con mi camino hacia las afueras. Avanzo por la banqueta, a lo lejos alcanzo a ver que falta poco para llegar a la parada de autobuses. Aún sigo viendo borroso y eso no parara hasta que haya comprado unos lentes, tengo que hacerlo si quiero funcionar ya que sin ellos no logro funcionar ni siquiera el cuarenta por ciento, ay Dios mío por qué me tienen que pasar estas cosas a mí. Medito eso hasta que un chorro de agua me baña de pies a cabeza, de inmediato detengo mis pasos. ¿Es enserio? ¿Qué más sigue? Intento mirar al cielo. — ¿Estas bien? — alguien toca mi hombro. Aunque veo borroso sé que ese chico es guapo y también sé que se le dibujan unos hermosos hoyuelos cada que dice ciertas palabras no me quiero imaginar cuando sonríe. Sonrio al imaginar eso.

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