Dejo las clases.

635 Words
Irene pasó toda la noche con esa frase en la cabeza, "si juegas con fuego,te acabarás quemando", ¿qué le quería decir con eso?, tal vez que ella perdería...¿que acabaría enamorada y con el corazón roto?, bueno, tarde, ya lo estaba, locamente enamorada, de un hombre que solo la quería en secreto, al llegar a ese pensamiento, empezó a llorar, lloró y lloró hasta que se quedó dormida. Al día siguiente no fue a clases, dejó el móvil apagado y se dedicó a mirar películas de amor, tal vez en la realidad no lo tenía, pero podía soñar con ello. Pasados dos días, Tamara estaba preocupada, Irene había llamado al trabajo para decir que estaba enferma, con gripe. "¡Ni con gripe dejaría de trabajar!", razonó Tamara, en cuanto salió del super, se acercó al piso de su amiga, llamó a la puerta pero nadie atendía. —¡Vamos Irene, soy yo, por favor, abre! — le suplicó a gritos. La puerta se abrió lentamente y entró rápido por si cambiaba de opinión, conocía muy bien a su mejor amiga y de lejos veía que estaba destrozada. -¿Ha sido Jorge?,¿qué te ha hecho? cuando lo pillé...—empezó a tirar teorías. —No, no ha sido él —contestó Irene con lágrimas en las mejillas. —¿Y entonces quién?, ¡es evidente que hay un él! —la interrogó Tamara. —Mi profesor —confesó al final. Tamara se quedó a cuadros, después de recriminarle no contarle nada de esa relación, escuchó a Irene contarle todo, cada detalle y palabra. —¡Es un c*****o! —escupió con rabia — ¡lo mataré! —estaba muy cabreada. —La culpa es mía, me dejé llevar y me enamoré de él, debí imaginar que no querría estar con una mujer como yo. —¿Cómo tú? —frunció el ceño ante esa afirmación. —Gorda —aclaró Irene, con tono triste, volviendo al pensamiento pesimista e inseguro. —¿¡Puedes dejar de catalogarte por tu peso!?, ¡eres simpática, guapísima y muy inteligente!, ¡él se lo pierde! —no lo dijo solo por calmarla, también porque era lo que pensaba de su amiga, ella estaba segura de que algún día un afortunado, se ganaría su enorme corazón. Después de una larga charla, llegaron a lo que sería la mejor solución a ese dolor. Esperó un par de dias más para sentir el dolor amainar, encendió el móvil, su teléfono no paraba de sonar por las notificaciones, llamadas de Jorge, de Rubén, de Carmen, mensajes de preocupación, contestó a todos menos, a Rubén, prefería hablarlo en persona. Al llegar a la clase, él no estaba, había un profesor diferente. —¿Y Rubén? —preguntó bajito a Carmen. —No viene desde ayer, no se qué de un familiar —le respondió encogiéndose de hombros. Bueno, tal vez sea mejor así, pensó Irene, después de las clases de hoy, buscaría clases a distancia para continuar con su meta. Se despidió de sus compañeros, poniendo excusas para evitar preguntas Rubén regresó unos días después, había tenido que ir a visitar a su madre que no se había encontrado muy bien, esperó que pasaran varios minutos antes de preguntar. —¿Alguien sabe algo de Irene?, hace días que no viene. Todos se quedaron mirándolo. —Profe, no va a venir, se dió de baja para seguir a distancia —le respondió Tamara. Rubén no se molestó en disimular su disgusto, al final la relación había acabado afectando a Irene, sabía que a alguno de los dos le pasaría, por su culpa, tenía que hacerlo sola prácticamente y podía suspender, no era lo mismo tener explicaciones directas y exámenes discontinuos, que estudiar todo de golpe, para un solo examen.
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