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ANNA
—¿Lesiones personales a quién? —cuestiono sin entender de que me acusan mis compañeros, cuál es la idea de esto.
—El señor Andy Gray, la acusa de haberlo atacado hace unas horas en un callejón —Habla Henry.
—Estaba defendiendo a un chico que ese hombre estaba golpeando —me defiendo, ya que Macmillan y el médico están presentes y debo seguir fingiendo ser otra persona.
—Eso lo confirmaremos en la estación, por aquí señora Portman —Rodríguez me toma del brazo para sacarme de la habitación.
Henry toma mi alta de las manos del médico y le agradece, veo al hombre que no esperaba ver este día y giro mi rostro sintiendo un fuego en mi pecho.
Caminamos en silencio hacia la salida del hospital cada uno se mantiene en su papel, Henry me mira cuando Rodríguez abre la puerta del coche patrulla y me deja en la parte de atrás, miro hacia la entrada del edificio donde Macmillan sale junto a otro hombre y observan en mi dirección.
—Las esposas ¿era necesario, chicos? —cuestiono a mis compañeros mientras muevo mis manos en mi espalda.
—Oh si, muy necesarias —comenta Henry y puedo notar que sonríe.
Idiota.
—Dame las llaves —pido y ambos miran de reojo hacia atrás.
—No, no podemos, tenemos órdenes de llevarte a la estación esposada, además, es posible que tu nuevo amigo Macmillan haya mandado a seguirnos.
Me reclino en el asiento y suelto un gran sonido lleno de frustración mientras el par de imbéciles ríen, por supuesto que están usando esto para vengarse de mí y de nuestras pequeñas peleas de palabras que siempre les gano o de algunos caos que tomo primero cuando ellos quieren trabajar en ellos.
Llegamos a la estación y Henry me ayuda a bajar.
—¡¿En qué carajos estabas pensando?! —por supuesto que era la primera voz que iba a escuchar apenas llegáramos.
—Solo quería ver si podía conseguir algo y que nos metieran en el caso —explico, Henry cierra la puerta del auto detrás de mí.
Escucho un sonido cansado.
—No hay poder humano que logre que nos metan en ese caso, Anna, mierda ¿Cómo es que no lo entiendes? —Kade me guía para entrar al edificio.
—¿Podrías soltarme? —muestro las esposas.
—No va a soltarte, traerte con las esposas fue idea de Kade —habla Gonzales mostrándose muy divertido con la situación.
—Imbécil —le digo a Kade y los otros dos romper a reír.
—Te quedarás así, hasta que venga el capitán a hablar contigo —Kade me esposa a la mesa que está en una de las salas de interrogatorios de la estación.
Abro mucho los ojos y mi sangre se drena al piso justo donde están mis pies al saber que el capitán está enterado, por lo general los casos de lesiones personales no están en sus intereses.
Miro a los tres hombres, Henry y Rodríguez se ven completamente divertidos con mi situación, ahora estoy segura de que habrá consecuencias, Kade tiene los brazos cruzados contra su pecho y su ceño está completamente fruncido mientras me mira.
—¿Cómo lo supo? —cuestiono.
—Hay un grupo del FBI vigilando los pasos de Macmillan, uno de los hombres que estuvo aquí hace varios días te reconoció y lo contactó de inmediato apenas fuiste atropellada por el auto de ese hombre, ahora creen que estamos interfiriendo con la investigación —explica y todo comienza a tener un aura muy oscura y sé que estoy en graves problemas.
Toco mi Herida cuanto siento una punzada en ella, noto cierta preocupación en la mirada de Kade, pero la transforma rápidamente para verse aún más enojado.
—Kade, han enviado un abogado para la señorita Portman —habla la secretaria de mi capitán desde la puerta de la sala.
—Ve a ver, Henry —Le pide Kade al mencionado y este asiente.
—¿Los cargos son reales? —cuestiono a Kade, creí que había sido una excusa para sacarme de ahí.
—Son reales, atacaste a esos dos hombres, son hermanos, uno de ellos hizo la acusación mientras el otro estaba en el hospital, fue llevado ahí al poco después de que te atropellaron, pudo verte en los registros con tu nombre falso y te identificó, por supuesto que te vea con ese perfil fue completamente intensional.
Niego con la cabeza, se atrevieron a levantarme cargos después de que ellos fueron quienes estaban atacando a ese chico.
—Solo defendía a un chico al que estaban golpeando e intentaban intimidar.
—Lo sabemos ahora, vimos los videos de las cámaras de la zona—explica Rodríguez.
—Entonces que hago aún esposada —muestro mi mano, la cadena de las esposas hace ruido en la mesa de metal por el movimiento.
—Te dije que lo estarás hasta que venga el capitán —Kade se cruza de brazos y yo lo miro mal mientras me acomodo en el respaldo de la silla.
—¿Quién era? —cuestiona mi amigo a Henry cuando este regresa.
—El hombre venía de parte de MACMILLAN Inc. pagó tu fianza —me mira y yo a Kade quien se apoya en la mesa y baja la cabeza, lo sé, sé que la he cagado.
—Dijo que quería discreción y que no te dijéramos de parte de quien venía.
Levanto mi rostro hacia el techo y cierro los ojos, puede ser algo bueno para mí que ese hombre haya mandado a ayudarme, podría pasar por una mujer en apuros, el problema es que ahora toda la jodida estación de policía sabe lo que está pasando.
—Desde que decidimos abrir este caso no ha habido un solo día en que no sienta tus ojos o los de él —el capitán entra a la sala, su rostro se ve rojo y la vena de su cuello está a punto de reventar. Señala a Kade —sobre mí, me pregunto si intentan joderme para que al fin decida meterlos en el caso.
—Kade no tiene nada que ver en esto capitán, fui yo quien…—me apresuro a hablar.
—No hables Lewis, no quiero escuchar tu voz en este momento —señala la mesa—, tengo a medio FBI intentando meterse en mi trasero justo ahora solo porque decidiste no acatar mis órdenes.
Trago con fuerza, esto se salió de control.
—Desafiar mi autoridad y permitir que ganen tus emociones por tu deseo de tomar la justicia por tus propias manos, cometiste una falta muy grave e interferiste con el trabajo del equipo encargado de esa misión, no hay muchas posibilidades para ti ahora Lewis, podrías ser despedida en este instante —apoya las palmas de las manos la mesa.
Un sonido ahogado sale de mis labios, los ojos de los tres hombres que miraban en mi dirección ahora están fijas en nuestro capitán.
—jefe, no puede despedirla.
—No depende de mí, Kade —el capitán le responde.
Theo entra a la sala, le habla en tono muy bajo a este y se lo lleva con él.
—Esto es una mierda —Kade frota su rostro y despeina su cabello.
No puedo estar más de acuerdo con él.
Bajo la cabeza para apoyar mi frente en el frío metal, no creí que esto se saliera de mis manos, intentaba dar con algo que me ayudara a entrar en el caso, pero ahora al parecer he perdido toda posibilidad.
—¡Lewis, a mi oficina! —grita el capitán desde fuera de la sala, Kade me quita las esposas y me fija, en su mirada se refleja todo lo que no ha podido decirme en este momento y sé que no es nada bueno, camino los pasos que me quedan desde la sala de interrogatorio hasta la oficina del capitán con el corazón en un hilo ante la idea de perder mi trabajo.