Connor.
La vida es una especie de ironía. Terminas en el lugar que menos pensaste, sintiéndote como nunca esperaste, viendo cómo todo se transforma en aquello que siempre creíste ajeno.
Me remuevo en mi silla, bajo la mirada de curiosidad del Dr. Rewnall. Miro a todas partes, y pienso en lo asombrosa que es su oficina.
Él, junta sus manos sobre la mesa y asiente lentamente con la cabeza. El silencio se ha vuelto incómodo.
- ¿Vas a hablar o…?
- Sí – lo interrumpo. – Sí, sí.
- ¿Entonces? ¿Qué haces aquí? – alza una ceja. – Cuéntame.
- Bueno yo… creo que es irónico, pero necesito la atención médica de un psicólogo.
- Ya veo – no me despega la vista de encima. – ¿Y por qué has venido hasta aquí? No me malinterpretes, Connor, me agradas mucho; pero,
