Connor. El corazón me late fuerte en el pecho, dejo escapar algunos sollozos y a tientas alcanzo el taburete y me dejo caer en él. “Esto no está pasando” me repito una y otra vez en la cabeza. Siento como si hubiese recibido un bofetón en el momento más inesperado. Miro al vacío, intentando explicarme a mí mismo qué es lo que acaba de pasar. Alzo la vista a la puerta, por la que treinta segundos atrás, salió Charlie. Una oleada de adrenalina me obliga a ponerme de pie y a tomar las llaves. Salgo disparado del departamento y corro hasta el elevador. Veo las puertas cerrarse frente al rostro de una Charlie muy deprimida. - ¡Charlie! – mi voz desgarra el aire. Me detengo frente a las puertas de acero, con la respiración acelerada y las lágrimas cayendo una tras otr

