UTILIZADA PARA INTERESES FINANCIEROS

1588 Words
Camilo siendo un empresario exitoso, tomando el mando de las empresas que su padre fundo y siendo la cabeza de la familia ante la repentina muerte de su padre. Lo que no esperaba era que su padre había acumulado enormes deudas. Los abogados comenzaron a hostigarlo con embargar sus posesiones y hasta la mansión en donde vivían iba a ser subastada. —¿Qué vas a hacer, hijo? —No lo sé todavía, pero juro que no dejaré que me quiten lo que he luchado por años. —Tu padre era tan reservado, que jamás me di cuenta de esto. —No es tu culpa, madre. La familia hacía reuniones queriendo encontrar una salida a todo lo que se les está viendo encima, ninguno quería renunciar a la lujosa vida que llevan, estaban desesperados, exigían a Camilo que encontrara una solución, el plazo que les habían dado era corto. Nadie fuera de ellos sabía por lo que estaban pasando, ni la propia Inés, quien era la novia secreta de Camilo, ya que ambos les gustaba tener su vida privada en secreto. Un día Camilo es contactado por un extraño para él, decidió atenderlo en su oficina, al ver al hombre de la tercera edad, entrar y sentarse frente a él, con un aire a soberbio, él se quedó analizándolo. Ese hombre era el padre de Katerina, quien le propuso asumir la responsabilidad de sus deudas y que a cambio unieran a ambas familias en un matrimonio. —¿Por qué sugiere eso, no lo conozco? —Tú no me conoces, pero tu padre sí, me gusta el honor que tiene tu familia, es algo bueno para mi familia. —No entiendo. —Ustedes son unos personajes muy sociables, tienen conexiones, saben manejar a la sociedad, es algo de que carezco, sin embargo, ustedes están por caer en la ruina y yo soy un hombre muy solvente que aunque pague tu deuda sigo siendo muy rico. — ¿Habla en serio? —Solamente debemos unirnos por un contrato matrimonial, mi hija es una chica obediente, no te causará problemas. —¿Qué edad tiene ella? —Acaba de cumplir veinte años. —No cree que soy muy mayor para ella. Yo tengo treinta y cinco años. —No te pido que la ames o que duermas con ella, simplemente un contacto matrimonial, mi hija es educada para ser una excelente esposa, una mujer que no se debe meter en las decisiones de su esposo. —Increíble, hasta no ver, no juzgar. Anda una foto de ella. —No, mi hija no es expuesta a esas tonterías, ella lleva una vida casta. —camilo medito las palabras de Tomás. —Mañana le tendré una respuesta, tengo que platicarlo con mi familia. —Entre más pronto sea mejor para ti, mejor oferta no considero que te propongan. En cuanto don Tomás se marchó, él hizo lo mismo, tenía que hablarlo con su madre y hermanos, al parecer mira una leve luz al final del túnel. Un sacrificio como ese podía hacerlo con tal de rescatar sus finanzas. Al llegar su madre se alarmó porque era muy temprano, llamo a sus hermanos, para contarles la oferta que se le ha presentado. —¿Qué opinan? —si es bonita yo me puedo casar con ella solamente le llevo cinco años. —dijo uno de sus hermanos. —Él quiere que yo me case, en eso fue claro, ahora lo que tengo que pensar es como le diré o le plantearé que solamente dure dos años el matrimonio. —¿Por qué? —Madre, no quiero estar atado a una desconocida, además tengo a alguien que me gusta. —¿Tienes novia? ¿Quién es? —Es un secreto. —Bueno, ya veremos cómo es nuestra cuñada. —Mañana hablaré con él a ver a que llegamos, aunque es un hecho de que aceptaré, ahora lo que me preocupa es no perder nada. Todos, más relajados, había una esperanza para salvarse. Camilo al día siguiente fue a la oficina de ese hombre, al entrar miro lo recatado que es, es un tacaño de primera, ahora entiende por qué tiene tanto dinero. Tomás feliz con la respuesta, aunque no le pareció que solamente fueran dos años de matrimonio. —Cinco años, de lo contrario no hay trato. —dijo firme el anciano. —Es que lo digo por su hija, no creo que ella soporte estar con un desconocido por mucho tiempo. —Ella está entrenada para soportar, de eso no se preocupe. —Está bien, acepto, cinco años, será. Me gustaría conocerla y hacer oficial el compromiso. —Está bien, vamos a mi casa y la conoce. Camilo se subió a su auto, el momento de la verdad había llegado, al mal paso darle prisa, al ver la casa le parecía como de esas de terror. Sé bajo un empleado le hizo entrar, al ver a la esposa del anciano le parecía una monja, hasta miro las paredes buscando fotos, para darse cuenta de que no se había equivocado de dirección. —Sea bienvenido, por favor tome asiento. Mujer trae nuestra hija. —Sí, esposo. —le parecía una broma todo eso, parecía que esa gente nunca salió de la época de la antigüedad. Camilo charla con el anciano, de lagunas cosas que debe saber sobre la deuda, cuando ve que la señora regresa con una mujer que le saco el susto de su vida. Su rostro no pudo disimular la repugnancia que le causo con solamente mirarla. La joven viste hasta los tobillos, su rostro está estropeado por el acné, sus cejas se unen la una con la otra, era algo sacado de la casa del terror, trago saliva con dificultad. —Ella es mi adorada hija, una chica muy obediente. —la chica se mantuvo en silencio, Camilo no dijo nada, a él lo único que le interesaba era sus finanzas. En cuanto llego a casa, todos a la expectativa de que noticias traía él, pidió un trago antes de hablar, les contó que todo estaba resuelto, en cuanto firmara la deuda iba a ser cancelada, todos gritaron de emoción menos él, al verlo pensativo y con su rostro lleno de preocupación, sabían que algo había salido mal. —¿Qué paso? —su madre le pasa su mano por la espalda. —La joven es un monstruo. —dijo sin piedad. —¿Es deforme esa mujer? —No exactamente, pero su rostro es horrible, lo único bueno que pude apreciar fueron sus ojos de color azules, de ahí no hay nada que rescatar. —Exageras, hermano. —Esperen verla. —fue lo último que dijo. Camilo les dijo que saldría con unos amigos, tenía que distraerse, el día siguiente le tocaba firmar ese contrato, se fue directo al apartamento de Inés, tenía que contarle de su falso matrimonio. No quería perderla, la amaba con locura para perderla a estas alturas, aunque ambos se declaraban como almas libres. —Mi amor, te extrañaba. —Yo también extrañaba a mi mujer. Se besaron con locura, haciéndolo en cada rincón del apartamento, esa mujer era fuego, como la dejaría ir, es todo lo que él necesita. Inés es una chica rica, independiente, le gusta la adrenalina, es amante del peligro, por eso se complemente bien con Camilo. Ella ha deseado que él le proponga matrimonio, pero no querer forzarlo, quiere que ese momento sea mágico. —Inés, tengo algo que decirte. —ella emocionada se coloca en su pecho, mirándolo atentamente. —Dime amor. —Surgió algo inesperado. —ella frunce el ceño —Mañana voy a contraer matrimonio. —¿Qué estás diciendo? ¡¡Mañana!! —ella se levanta aturdida. —Déjame explicarte, es que se me presento una dificultad y podía perder todo lo que tengo, para salvarme acepte casarme con… no sé ni como decírtelo, ella es un monstruo de mujer. —¿Qué? —Es horrible la mujer, no hay nada que salvarle, pero si no lo hago quedaré pidiendo limosna en las calles. Te juro que no habrá nada entre nosotros, la verdad que jamás habrá nada con esa mujer, es repugnante, lo único que me provoca es asco, te lo juro. —En serio, entonces al parecer tendré que conocerla. —¿Estás de acuerdo? —Claro, con tal que mi hombre este bien, y si es como dices, entonces ¿Cuál es el problema? Inés se arregló y se fue temprano para la casa de él, ella se lleva bien con todos, ellos la consideran parte de la familia, estuvo en el dormitorio de Margarita, la hermana menor de Camilo, hablaron del suceso, tenían tanta curiosidad por conocerla y comprobar lo que su hermano les había dicho. —¿Qué sabes de la nueva esposa de tu hermano? —Nada, mi hermano dice que es horrible, siento tanta curiosidad por conocerla. —Eso escuché, yo también tengo curiosidad. —Si no se hubiera presentado este problema, me hubiera gustado que fueras tu la esposa. —Gracias, sabes que los aprecio a todos. Al conocerla todos corroboraron las palabras de Camilo, la chica era poco agraciada y su manera de arreglarse la hacía verse peor, no sabían cómo tratarla si con lástima o simplemente ignorarla. Inés, para hacer más grande el circo, decidió hacerse amiga de la fea para hacerla quedar en ridículo y manipularla, además siempre le decía a Camilo que si la quería que despreciara a su esposa delante de los demás.
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