L a F e r i a

1765 Words
Ambas chicas se reían de mí, cómo si fuera que yo hubiera dicho un grandioso chiste, no lo sé. Shawn se llevó por los hombros a Grace—la chica inteligente de la escuela—, después de sobresaltarme. No me dijo nada, puesto que parecía que temía decirme cualquier palabra, por más mínima que fuera. Una carcajada aún más profunda salió de los labios de Sofía, por lo cuál le miré un poco molesta, ella sostenía su estómago, mientras le seguía el juego a Jazmín, chocando ambas sus manos. Jazmín, quizá era la única de las populares que no me caía mal, y, ella me habría terminado por demostrar que no todos los populares eran malos. En mi mente siempre paso el “la popularidad corrompe”, pero eso no le habría pasado a ella. Ella era distinta. Al igual que Sofía. Ambas populares. Después de un par de meses con ellas, me di cuenta que eran personas con corazón puro, estaba feliz con ello. Jazmín y Sofía comienzan a caminar y yo junto con ellas aun con risas de por medio. Me detengo cuando una mano se detiene en mi muñeca frunzo las cejas y hago una mueca las personas deberían de encontrar distintas formas de detener a las personas. Me giro y mi mirada se detiene en el chico que nos envió el postre ayer me sonríe y hago lo mismo. Sus ojos me miraron con atención y la sonrisa que quería esconder entre mis labios, fue imposible de ocultar. —Uh ¿Hola? —, saludé, con una sonrisa—, Paul, ¿No? —Sí, chica—, él mira hacía a un costado, para sonreírme un poco más apenas me vio—, ¿Tienes planes para esta tarde? —Ah, planes…—, alargué pensando por un par de segundos. Me encogí de hombros—, Trabajaré. Podría sonar cómo una excusa, pero no lo era. No porqué supiera que me invitaría a salir, era real, tanto cómo las amistades entre rubias y castañas. — ¿A qué hora sales…? —Seis treinta—, Dije sonriendo de lado, caigo en cuenta de lo que paso el otro día y rasco mi brazo un tanto incómoda—, Gracias por lo del otro... —Creí que te gustaría. Te gustan las canciones de él, ¿No? —, Me interrumpe. Le miré con atención, sus ojos miraban hacía todas partes, estaba… Nervioso—, Estabas escuchando música así que... ¿Quieres salir conmigo hoy? Parpadeo repetidas veces un tanto aturdida lo miro y pienso durante unos segundos los cuales parecen eternos, ¿Será grosero de mi parte si digo que no? —Claro... —, Sonreí ligeramente incómoda. —Se en donde trabajas, pasó por ti cuando salgas—, Murmura y no puedo evitar que una sonrisa salga de mis labios—, ¿Te parece? — ¿Acaso me espías? —, dije, fingiendo sorpresa. En realidad… Trabajaba en una tienda de helados bastante concurrida, en una de las plazas más importantes de la ciudad, con un cono en la cabeza y un mandil que me quedaba un tanto largo, iba casi toda la escuela a ese lugar. Alza los hombros y me regresa la sonrisa—, Podría ser. Dejo un beso en mi mejilla, rápido y casi inexistente. Me quedé parada perpleja por un par de segundos, giré un poco el rostro al sentir una mirada, encontrándome con Shawn, bastante molesto… Me miraba, enojado. Rodé los ojos, para caminar en dirección de ambas chicas. — ¿Qué rayos fue eso? —, Pregunta Sofía con una mueca—, Él es peligroso, no deberías acercarte a él. — ¿Peligroso? Por dios, vamos en la preparatoria, ¿Lo sabías? —, dije rodando los ojos—, No seas exagerada. ¿Qué tan peligroso puede ser un chico de casi 18? —Alguien no sabe una historia—, Canturrea Jazmín sonriéndole a lo grande a Sofía, su teléfono suena y hace una mueca—, Y no la sabrás hoy, tengo que irme chicas. Las veo luego. Las tres salimos con aquella dichosa promesa de que me contarían lo más pronto posible lo que pasaba con aquel chico, apenas sucedió, cada una salió por un camino diferente. Yo me fui directamente a mí trabajo, apenas llegué Derek me dio una sonrisa pequeña, para quitarse el delantal. —Ten mal turno, Liv—, dijo con diversión dejando su delantal en su casillero—, Nos vemos mañana. Le saqué la lengua, el soltó una risa, me despedí con la mano para comenzar a ponerme el uniforme. La tarde paso tan, pero tan lenta, que era imposible no sentirla, me siento nerviosa, e de añadir, el hecho de salir con Paul me ponía de los nervios. Más por lo que mencionaron Jazmín y Sofía, respecto a la historia que dijeron. Comencé a trabajar, mi tarde se resumía, en, servir helados, agradecer y sonreír, y… En realidad, me gustaba, lo amaba. A excepción de mi gorro de helado. —Olivia—, Gia se recargó en el mostrador, sonrió ligeramente. Alcé una de mis cejas esperando que continuará—, Hola. Cosas que quería, reventarle la cara, posibilidades de lo que pasaría, me correrían y de eso ser, mi cartera lloraría. —¿Qué llevaras? —, Murmuro con los dientes apretados hasta el punto que estos comenzarán a dolerme. —Tenemos que hablar. —¿Qué es lo que llevarás? —, repetí, esperando que soltará la sopa. —Olivia—, insistió. Sus ojos esperaban a que me dijera lo que sucedía. —Es tarde, ¿No crees? —, Farfulle molesta. Relamí mis labios, con cansancio y un suspiro pesado, ¿Quiero saber que es lo que pasaba por su cabeza en ese entonces? Sí, añoraba hacerlo, añoraba saber porque me traicionó. Aunque, ahora, lo único que quería, era que el ciclo terminará. El pasado me mantenía presa en una escala de grises y colores monótonos, cuando decidí superarlo las cosas habían tenido color de nuevo. Por más tonto que suene. No quería perder ello. —Aparte—, Continúa. —Es Fernanda. Ladeo el rostro confundida, ¿Fernanda qué? — ¿De qué hablas? Fernanda se mudó, ¿Lo olvidaste? Anota algo en una hoja y me la pasa por el mostrador—Llámame si quieres respuestas. Asiento aturdido y ella sale de ahí, continuó con mi trabajo hasta que dan las seis y media que es cuando cuelgo el delantal y me despido de la jefa. —Te vas con cuidado, cariño—, dijo sonriéndome, para después mirar sus papeles—, Suerte en tu cita. Sonreí, para asentir—, Gracias. Al salir me encuentro con Paul quien me mira sin ninguna expresión, camino hacia él y sonríe. —Hola Liv. —Paúl—, dije, para meter mis manos en los bolsillos. Le sonrió y tomo una bocanada de aire—¿Nos vamos? —Sí, claro. Apenas caminamos fuera, hacía la salida, el me contaba que habría estado viendo una serie, yo lo escuchaba, aunque en realidad, no estaba pensando con claridad. Caminamos hacia la salida y se para adelante de una motocicleta. — ¿Es tuya? El asiente orgulloso y que lo diga esta increíble, parece de carreras, pero no lo digo en voz alta pues no conozco muy bien de ese tema él se sube y yo nerviosa hago lo mismo. — ¿Has ido en una antes? —Pregunta a lo que yo murmuro que no—Interesante. Sujétate, aunque sé que te gustara. El trayecto a no sé dónde estaba siendo increíble, al principio lo tenía tomado como si me fuera a caer de un edificio, ahora no estaba tan aferrada me estaba gustando la sensación de rapidez. Llegamos a una feria a lo que sonrío de oreja a oreja. —Esto es increíble—, Susurre. Yo amaba las ferias parque de diversiones, todo, pero rara vez asistía a uno. Entramos y veo todo bastante impresionado, amaba la feria a todo lo que mi corazoncito lo permitía. Subimos a una montaña rusa apenas estamos sobre ella le miro con una sonrisa burlona. —Espero no te asustes—, Alce las cejas varias veces—, Mucho. —Veremos. Es lo único que dice después el carrito avanza haciendo que sienta una adrenalina increíble me sentía en la sima del mundo en este momento. Después subimos a carritos chocones, un giratorio la rueda de la fortuna ya eran las 9:15 cuando estábamos comiendo en un pequeño local pizza. —¿Te divertiste? —, preguntó a lo que asentí. —Sí, me divertí, mucho—, le dije—, Gracias por esto. Antes de irnos paramos a un puesto donde tirabas el dardo y si le dabas al blanco ganabas un premio, quede embobada con el muñeco "trapo" de Lilo, él lo noto y me dijo que lo consiguiera. —No es necesario—, Sonrío, pero él ya se ha parado le paga al señor y al primer tino le da al blanco, con sus tres dardos le da al medio y gana a trapo. —Toma—, Me sonríe y yo lo abrazo feliz agradeciendo, amaba esa película y todas las de Disney. Salimos y subimos a la motocicleta. —Gracias por hoy, me divertí bastante. —Logre mi propósito—, Siento como su espalda vibra de la risa. —Te dije que lo haría. Debo admitir que la tarde fue increíble, llegamos y la baja después de mí, le sonrió y él hace lo mismo. —Nos vemos mañana—, Dice guiñando un ojo. —Nos vemos mañana. — ¿Por qué demonios saliste con ese idiota? —, Levanto la mirada encontrándome con un Shawn que me miraba echando chispas por los ojos. Estaba furioso. —Por qué quiero, puedo y me da la gana—, dije frunciendo las cejas. Shawn se acercó hacia mí y Paul se pone delante de mí, le toma de la camisa y lo mira furioso. —¡Quedamos en algo imbécil! —, grito furioso, a nada de golpearlo. — Debiste pensar mejor las cosas antes de firmar—, dijo irónico—, Estropeas todo. —Ya, paren—, advertí—, Por dios, no tienen cinco años. — Estoy cerca de entenderlo Shawn lárgate. —Si tanto quieres oblígame—, le empujo, tambaleándose hacía atrás—, ¡Eres un cabron!
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