P u l s e r a s d e c o l o r e s

1421 Words
La escuela era un tumulto de gente que perdía la cordura, claro que, si yo mostraba rebelión, sería expulsada por el grandioso odio que me tenía la familia Soliz, esta escuela era un mundo de locos, de eso no tenía ni un pequeño toque de duda. En un mundo lleno de locos y personas locas por los estereotipos estaba yo, Olivia Estrada quien antes fue la mejor amiga de la ya conocida Reina roja o eso fue antes de que ella se hiciera fría y sin corazón. Ella consiguió a su clan y yo obtuve amigos de los buenos, sin embargo, si asistías a la preparatoria Watson tenías que cuidarte la espalda de los populares—Sin importar su rango— porque todos eran el mismísimo diablo en persona. Aunque suene exagerado no lo es. —Increíble, los populares ahora dieron una orden aún más ridícula—, Alega mi mejor amiga. Sofía River 17 años, rubia y hermosa según dicen los pasillos es problemática tiene más carisma que Barbie—, ¡Dios! ¡Parece escrita por mi hermanita de seis años! En sus manos se encontraba una hoja color lila con letras negras a lo grande, una nueva orden creada por los populares, en el rostro de mi amiga habría una enorme mueca, rodó los ojos al ver mi falta de interés. —¿Qué? —Pulseras, por dios, ¿Qué tenemos? ¿Cinco años? —¿Pulseras? No tonta, lo dice para ver qué dices tú. —Si mira, azul, morada, roja y rosa...—, comenzó, leyendo aquella nota—, Cada persona usará una referente al rango de popularidad que tenga... ¿Sabes que rango eres? Nerd. Pensé. —Yo no usare una pulsera solo por qué ellos quieren—, Interrumpí molesta. — ¡Por dios! Parece un juego de nunca acabar, nuestros antepasados lucharon por nuestros derechos, ¡Nuestra libertad! Así que no utilizaré una pulsera estúpida solo porque ellos quieren... ¡Somos un país libre! ¡Tenemos libre albedrío! Me sentí orgullosa de lo interesante y bien que sonó, sin embargo, escuchar su voz me cayó como agua helada, hice una mueca y fruncí mi rostro apenas esta cruzo en mis oídos. —¿Quién lo dice? ¿Tú? —A pesar de no verlo sabía a la perfección de quien se trataba—, El drama, te escurre de las venas. Me giro con lentitud sobre mis talones viéndolo ahí observándome arrogante. Con su cabello n***o con ondas cayendo por su rostro, sus ojos castaños y... Concéntrate. Shawn Soliz, 18 años conocido como el chico más guapo de toda la preparatoria alto y con cabello perfecto. Dicen en los baños de chicas que con solo escuchar su voz te temblaban las piernas. Patrañas. A mí me temblaba el ojo. Regresemos al tema, ahí estaba Shawn quien parecía disfrutar el tema, me mira entre divertido y desafiante, por más que me encontraba nerviosa no lo daría a ver, cruzo los brazos desafiantes y miro hacia mi mejor amiga quien alza los hombros con una mueca. No me acobardaría. —Lo digo yo y lo cumplo, no utilizaré una boba pulsera—, Respondí tratando de sonar valiente. —Así que adiós. —Querida Olivia, la usarás—, informó, con seguridad y una sonrisa arrogante—, ¿Popularidad de la pequeña Olivia? —Pequeña la tendrás—, susurré entre dientes, con enojó. —Media—, dijo, Liam mirando hacía Shawn. Tal parecía que no habrían escuchado mi comentario. —Una morada estará bien—, Balbucea rebuscando en la bolsa que tenía Liam —Tu muñeca, pequeña. —Hace tiempo que deje de jugar con ella—, Me burle. El rueda los ojos, pero de sus labios sale una pequeña sonrisa. Toma mi muñeca y amarra una tonta pulsera, forcejeo, pero él es más fuerte que yo por mucho. Solté un suspiro enojada, apenas termino de amarrarla. —Me la quitaré—, Amenacé, aunque parece que no le intereso. —Te pondré más—, Guiña y sonríe. —Disfruta la popularidad pequeña. —¿Qué? Miro la pulsera morada a detalle, tiene escrito en letras pequeñas y finas Popular en color blanco y a cursiva. Deja un beso en mi mejilla y se va desbordando aquella perfección que decían que tenía. Maldito. —Fue un buen discurso—, Ríe Sof burlesca—, Seguro, inspirador. —Ay cállate. Salimos con dirección al salón de historia, sentía mi cabeza caliente, aún estaba molesta ¡Qué se cree! Sin embargo, hacer un drama en este momento no sería lo mejor. La pulsera era linda no podía negarlo y el morado se veía lindo junto con las letras blancas. Sin embargo, Shawn no manda en mi vida y jamás lo hará. Nos sentamos hasta el frente y después de unos minutos los cuales utilice para hablar con Sofía llega el maestro y detrás del tres de los siete decapitadores de cabezas, por suerte solo compartía una clase con la reina roja, por lo tanto, no la veía más que en los pasillos. A quien miraba mucho era a su estúpido hermano. Su estúpido pero guapo hermano. La clase pasa lenta, torturándome con información y fechas que siendo sincera me interesan muy poco, Sofía amaba esta clase y yo simplemente tenía que entretenerme como pudiera por que se molestaba porque no la dejaba poner atención. Miro hacia Shawn y luego miro la pulsera que rodea mi muñeca, suspiro con molestia y regreso la mirada al frente. Cuando conocí a Sofia fue en las épocas donde mi amistad con Gia termino y las cosas se habían vuelto un caos para mí, vivir a lado de una loca era un caos así que nos mudamos, tiempo después se volvió una bravucona y al final lo que es ahora. Miro la pulsera y sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas para comenzar a desamarrar dicho objeto. Apenas puedo desamarrar la pulsera sonrió victoriosa, la enredo en mis dedos y arranco un pedazo de hoja. Te regreso tu tonta pulsera;) Paso la nota diciendo a quien se la manden y sonrió aún más cuando le llega y es justamente cuando el timbre suena. Tomo mis cosas y me levanto saliendo del salón junto con Sof. —¿Y tú pulsera? —, Indaga después de mirar mi muñeca. —Con su estúpido dueño—, Respondí orgullosa. Ella asiente con diversión y una sonrisa divertida, para decir "Eso preciosa”, llegamos a la cafetería y compramos nuestro desayuno nos sentamos y siento la mirada de algunos sobre mí lo cual me ponía de los nervios parecía que era una celebridad, aunque no lo era. —¿Encontraste tu diario? —, Su pregunta me saca de mis pensamientos haciendo que recuerde la desgracia de haberlo perdido semanas atrás. Niego y suelto un suspiro, esperando lo peor sí alguien llegase a encontrarlo. Porque tenía algo en especial, tenía la historia completa de la chica que es la reina roja, mis Ex mejor amigas y el cómo estaba enamorada del hermano de una de ellas si llegaba a manos de los noticieros de la escuela sería chica muerta. Mi teléfono suena sacándome de mis pensamientos lo miro y abro los ojos a par para después golpear mi frente con frustración. Dan: Eres pésima cumpliendo promesas. Frunzo las cejas y niego frustrada, me levanto con dirección al pasillo disculpándome con Sof quien río por mi falta de memoria, salgo al primer pasillo con intenciones de encontrar a Dan. Antes de encontrarlo siento como una mano rodea mi muñeca, he sentido ese toque hace menos de dos horas, me giro y lo encuentro me mira serio y yo siento como mi estómago se encoge con fuerza. Diablos. Trató de escapar, pero es imposible, doy un paso hacia atrás y el uno hacia adelante. Miro hacia la derecha tratando de tranquilizarme. —Rayos. Sonríe, sus ojos me miran detenidamente y alza sus cejas. —Hola linda. —¿Necesitas algo? —, Farfulló ya irritada—, ¿No hay más chicas que quieras molestar además de mí? Pasa sus manos a los costados y sonríe aún más—, ¿Acaso crees que escaparías de mí por siempre? —Quisiera, no lo dudes—, dije alzando la mirada. —Pues, creo que perderás esa oportunidad, pequeña... Hago una enorme mueca tallando mi rostro. —Me lleva la que me trajo.
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