R a n d a l l

1289 Words
Aquí, si algo sabía, es que nada tenía sentido, en lo mínimo. Cuando todo se salió de control e inicie la preparatoria, fue como la "Nerd" según los estándares o la ideología de mi queridísima amiga, la reina roja. Poco a poco con el paso del tiempo todo se fue acomodando. Ni popular, ni nerd. Ningún bando ni reglas, era de aquellos de los que se despreocupaban por hacer lo que los demás querían, fin. Las cosas funcionaban para mí ya que solo debía de preocuparme por las cosas que eran mandatos para toda la escuela. Miro a Shawn y veo como su sonrisa se ensancha y yo siento como la sangre me hierve del coraje, le miro mal y el comienza a reír quiero marcharme sin embargo sus brazos seguían siendo un problema. Suelto un suspiro para después rodar los ojos, ¿Qué cree que soy para que me mantenga aquí? ¿Su perro faldero? —Regresa—, Dice chasqueando sus dedos frente a mí, insisto, ¿Un perro? Le doy un manotazo y el ríe.—No nena, no creo que seas un perro, tranquilízate. Parpadeo varias veces al notar que lo dije en voz alta. Quiero pegarme en el rostro pero me limito a alzar los hombros. Fingiendo desdén. Él alza una ceja y miro sus ojos, quizá viene con intenciones de matarme. Quizás exagero mucho. ¿Apenas te das cuenta? Vaya reina del drama. Pensé. —¿Vienes a decirme otra orden estupida?—, Suspire, no puedo perder la poca cordura que tengo y con la poca ayuda que estoy resiviendo por parte de mi cabeza, no es sencillo. Su entrecejo se frunció mostrando confusión, su rostro había abandonado esa expresión fría ¿No era para eso?. —No boba—, Dice rodando los ojos—, Te estás equivocando. Venía por otra cosa. Parpadeo varias veces y ladeo el rostro—¿Entonces? No me volveré a poner la estúpida pulsera. —No venia para eso, quería saber si...—, Dijo pero fue interrumpido por una chica que llego jalando su brazo fuertemente y lo beso, haciendo que su encierro terminara cosa que agradezco, camino a la salida ya que no es como que quiera ver como dos chicos se tragan frente a mi, y no, no son celos sin embargo estoy soltera y ver eso de cerca era como... Extraño. Camino por los pasillos, las clases se habían terminado, así que podía irme a casa, estaba por salir cuando siento que me jalan la mochila, miro y son dos de las populares, "Genial". Si no me equivoco son Sol y Kenia. ¿Qué habría hecho yo para ser un plano de vista de los idiotas? —Toma tarada—, Rie Sol haciendo que me valla para atrás, y dándome un cuaderno—, Ocupo mi tarea para mañana, y tiene que estar bien. Un diez. Se da la vuelta, ¿Qué se cree? Tiro su cuaderno al suelo y le encaro. —¿Tu cerebro no da capacidad para hacerla?-Dije molesta.—O ya se, Tus neuronas murieron por tantos químicos. Seguramente. Siento su mirada puesta en mí, y sonríe arrogante, levanta su cuaderno y lo deja de nuevo en mis manos. Con un rostro lleno de enojo y una sonrisa fingida. —Mi tarea para mañana—, repitió. No sé quién se crea, pero yo no voy a hacer sus malditos deberes. A veces ni siquiera quiero hacer los míos, por dios. Me alejo de ahí con las cejas fruncidas para después regresar a la misma expresión de hace unos minutos, veo a Benjamín y Gilberto platicando en medio de la puerta, evitando la salida, me acerco ahí y ellos me miran. —¿No es la chica de las pulseras?—, Pregunta a lo que Benjamín asiente con una mueca divertida, quiero salir pero me miran poniéndose en posición de policías insoportables, increíble. Ambos me miran alzando una ceja y yo me hundo un poco en mi lugar soltando un insulto. Resoplo y miro a mi alrededor pensando en que otra salida podría usar, sin embargo sería caminar demasiado y no lo haría. Bienvenidos sean problemas. Me trató de escabullir entre ellos pero me es imposible. —¿Te quedarás ahí parada?—, Pregunta Gilberto ladeando la cabeza. —Quiero irme pero dos chicos con complejo de Sullivan impiden que me vaya—, dije irónica con una sonrisa. Gilberto sonríe y Benjamin me mira divertido.—No podemos permitir que Boo cruce la puerta. Sonrío, realmente lo hago al ver que me siguen mi tontada y más por lo bien que concuerda con la película. ¿Por qué si eran tan agradables estaban en el clan? Siento un brazo en mi hombro y me giro para verlo a él. Parecía feliz de haberme alcanzado. Ugh. —Y Randall llego —, Murmuro en un volumen bajo para solo escucharlo yo pero Benjamín y Gilberto ríen, Shawn me mira confuso. —¿Qué?—, Dice confundido—, ¿Randall? —Que ya me voy—, Dije quitando su brazo de mi hombro miro a los chicos y ambos se hacen a un lado asi permitiendo que cruce esa puerta, no me preocupo en decir nada más, simplemente salgo de ahí. Llego a casa cansada y me siento enfrente de mi computadora, y grito, llena de felicidad. —¡Oh por dios, oh por dios!-Gritó feliz. Tomo mi teléfono y marcó el número de Sofía. —¿Ya lo viste? —¡Claro que sí!-Gritó feliz. —¿Nos vemos en la plaza?—, Pregunta a través de la línea—, Para escucharlo juntas. —¿En diez minutos?—, pregunté. —Ajá—, Sonrío—, Adiós preciosa. Camino a la plaza emocionada, y creo que es demasiado obvio el por qué Ariana Grande subió su álbum, uno nuevo y eso me pone demasiado feliz. Llego a la plaza y la veo ahí, camino sin hacer ruido y llego hacia ella por atrás y la abrazo gritando fuertemente.—¡Por fin! Ella grita asustada, haciendo que varias miradas cayeran sobre ambas, sus mejillas se colocaron rojas para después soltar una carcajada nerviosa. —¡Me asustaste tonta!—, se quejó para levantarse—, Me las vas a pagar, lo sabes. Llegamos a un café y nos sentamos en una de las mesas de en medio, pedimos un café, ella con un audífono y yo con el otro—Es perfecto. —Es Ariana, podría estornudar en mi cara y serie perfecto. —Eres asquerosa, Sof. —Señoritas—, Dice la mesera llamando la atención de ambas, miramos—, Los chicos de la mesa 2 les mandan esto. Levantamos la mirada y veo a la mesera con dos platos, agradecemos y miro hacia la mesa dos. —¿Los conoces? -Le pregunto a Sofía a lo que ella sonríe asintiendo. —El de la camisa negra es un chico con el cual estoy saliendo—, Dice ella con una enorme sonrisa—Oh por dios! -Dice tapándose la boca.—¡Lo había olvidado! Al chico de suéter gris le gustas, se llama Paul, Paul Mendes, ten cuidado con ellos... Son demasiado problemáticos, más Paul, se dice que es la cabecilla de ese grupo. Veo en el plato y abro los ojos con sorpresa. Sigo anhelando, no lo sabes, pero es verdad. No puedo hacer que mi boca diga las palabras que quieren decirte. Quizá sea la noche donde te hable por primera vez. —PM. Modifico una letra de una de las canciones que más escuchaba... ¿Cómo lo sabía?
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