DIECISIETE

1310 Words
Helena y yo nos habíamos vuelto más cercanas, era una chica demasiado alegre, tenía sus montones de cosas y aún así seguía llevando alegría a los demás. La admiraba muchísimo por ello, y sentí que se merecía por fin que la empezase a tomar en cuenta para mis cosas, a formar parte de mi casi inexistente círculo amistoso y merecía, sobre todo, toda mi sinceridad. A Ya habíamos anudado nuestro lazo, juntas, y la hice partícipe de mi vida. Conoció a Sabrina, a mi mamá e incluso hablamos de Aiden, con quien, de hecho, las cosas iban avanzando, se tomó todo el tiempo del mundo para conquistarme, aunque ni siquiera era necesario, porque él ya me tenía Igual dejé que se esforzara, lo que fácil se conseguía, fácil se iba. Es ley. —¿Entonces saldrás? —volvió a preguntarme Sabrina mientras yo intentaba acomodar mi cabello, que, precisamente hoy, le dio con ser un rebelde sin remedio. —¿Qué no ves que sí?, ¿Cuántas veces me lo vas a preguntar? —Sólo quiero confirmar bien para saber si contar o no contigo. —¿Para? —halé el peine con frustración cuando se enredó en mi cabello. —Cenar, hacer algo juntas... no sé. —Entonces te dije que debes decirme las cosas con tiempo porque ya no dispongo tanto de mi tiempo. Sabrina levantó ambas cejas. —Disculpe usted, su majestad la más ocupada. —Ay cállate y ayúdame con esto —mi hermana blanqueó los ojos antes de aproximarse hacia mi en el momento justo en que sonó el timbre— debe ser Helena, ve a abrirle, por fa. —Vi ibrirli pir fi —estricó obedeciendo. Bien cabello, ahora sólo somos tú y yo. Si por las buenas no cedía, tendría que hacerlo por las malas.la condición de tu estado ment Me encaminé al baño y retiré la parte de arriba de mi outfit, nadie sabía cómo iba a terminar esto. Bajé la cabeza dejando caer todo mi cabello hacia adelante y luego lo metí todo en el lavamanos. —Mmm, bueno, ¿debería preocuparme por la condición de tu estado mental? —Helena, ¡que susto! —Puedo decir lo mismo —abrí el grifo— oye, oye, ¿Qué haces? —Remediar esto. —Me hubieras llamado. —Ahora estás aquí. No te quedes ahí, ¡ven! Hel cerró la llave y me hizo levantar la cabeza. Tomó la tapa del váter y la bajó. Me senté y ella puso una toalla sobre mis hombros. —Bien, tú déjate llevar, y confía en las buenas manos. —Toda tuya. —ella comenzó a tratar mi cabello, entonces sonó mi teléfono. —Yo te lo traigo —Helena salió del baño y volvió en menos de dos segundos con mi celular al aire. —¿Quién es? —Tu príncipe azul —molestó. Le hice una mueca y justo cuando iba a contestar, dejó de sonar. Pero volvió a sonar otra vez y respondí llevándome el celular a la oreja— ¡oye no! ¿no ves que estoy en una misión importante? —Sólo di que quieres que ponga el alta voz para estar husmear —rió encogiéndose de hombros— ¡holis! La voz gruesa de mi "príncipe" se hizo sonar del otro lado de la línea. —Mi niña ... Helena echó mi cabeza hacia atrás para que pudiera ver su expresión de ternura, rodé los ojos. —Mi niño —molesté, amaba que me llamara de esa forma, era tan lindo que podría hacerme morir de dulzura. —Te extrañaba, te extraño, ¿es válido o vas a volver decirme que debo caminar antes de correr? —Pues no, es válido y yo también lo hago. —Justo eso necesitaba oír, ¿quieres hacer algo conmigo hoy? Volteé a mirar a Helena y esta negó varias veces con los ojos bien abiertos gesticulando un "Hoy eres mía" —Sí quiero, pero no puedo, alguien se te adelantó, así que estoy arreglándome para ir a una cita con alguien más —reí por dentro. Mi amiga tomó una toalla para empezar a retirar el exceso de agua de mi cabello, supongo. —¿Sí? entonces dile a tu cita, que aproveche mientras no estoy —reí. —Bien, se lo haré saber a Helena —los tres reímos y Helena se tapó la boca inmediatamente caminamos de regreso a la habitación, manos a la obra con mi cabello. —Bueno, te voy a dejar, ¿sí? ya tengo que irme. —Envíame fotos, para confirmar lo hermosa que te ves —Lo haré, bye. Colgué. Que pésima era haciendo eso, sin dudas no podría mantener una relación a distancia. Helena soltó un chillido acompañado de una carcajada mirándome a través del espejo. —No digas nada —amenacé. —Claro —dijo apretando los labios—estás casi lista, Cuando se seque tu cabello, te verás fantástica. —O sea que no estoy fantástica. —Míralo tú misma —bueno, siempre estaba fantástica— deberías cambiar la parte de arriba y avanzar porque si no, no llegaremos a tiempo. —Pero la presentación es a las seis. —Y son las cinco y media. —Y llegamos en quince minutos. —Claro, sólo si salimos ahora. —Bien, bien. *** Llegamos tarde. Sí, sabía lo que dirían, pero no. Igual no estaba todo perdido, tan sólo había iniciado el concierto, y yo no era muy fan de esos, aclaraba, odiaba estas amontonada entre la gente, pero Helena tenía dos boletas, le sobraba una y no quería ir sola, así que me ofrecí como tributo, básicamente fue lo que pasó. Podía hacer toda la memoria del mundo, rebobinar, y no podía descifrar quién rayos era ese artista. ¿De dónde salió? admitía que la música era pegajosa, así que yo hacía de bailarina mientras que Helena de cantante. El calor hacía efecto, así que los sudores empezaron a aparecer para incomodarme, otro dato, odiaba sudar. —Hel, iré al baño, ¿sí? —¡NO! luego te voy a perder. —Prometo no perderme. —No quiero tener que dar malas cuentas, a tu hermana y a tu novio... o a tu mamá, voy contigo. —Helena, es sólo al baño, además sé que no quieres perderte ninguna canción. —Sí, pero tampoco quiero que vayas sola. Rodé los ojos. —Bien, ya no quiero ir al baño —puse los brazos en jarra. —Pero... Le di una mirada insistente, suspiró negando con la cabeza, y sonreí encogiendo los hombros. Sinceramente, no quería ir al baño, sólo tenía calor y ansiaba refrescarme, alejarme de la multitud. Quizá sí era buena idea que no nos separásemos. Pude visualizar a Lucas junto a Tyler a lo lejos y nos saludamos con la mano. A los 45 minutos ya estaba gritando y saltando junto a mi amiga, lo estaba disfrutando, olvidé que tenía calor, olvidé que no queería estar junto a nadie, hasta me aprendí los coros de algunas canciones. —Hel, ahora sí que me estoy meando. —Yo también, vamos. Nos dejamos arrastrar de la multitud, ¿acaso todos habían decidido ir al baño al mismo tiempo? Nos formamos en la fila, al menos la gente no se tardaba tanto y habían un montón de baños montón de baños móviles. Admito que me daba asquito, pero era eso o hacerlo encima, creo que esa opción estaba peor. Helena no paraba de hablarme sobre un chico que le había hecho ojitos durante el concierto, la escuchaba, sí, pero estaba más concentrada en un chico que sentía había visto antes pero no recordaba dónde ni cuándo, ¿Ysi me acercaba y le preguntaba? Nah, quizá estaba equivocada y quedaría como una loca. Mejor no. Seguiría divirtiéndome con mi amiga, a eso había ido.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD