CAPITULO 13

1693 Words
Quizá lo que dijo Rachele era cierto > Pero si nos dejamos llevar por ese pensamiento estamos poniendo nuestras vidas en un pozo de desdichados acontecimientos futurísticos; y eso no sería bueno para la prosperidad personal de las personas. - Tenemos el destino que nos merecemos, el destino es algo que construimos día a día con cada acto que realizamos o decisión que tomamos, no puedes decir que el destino es injusto, porque el destino es solo una consecuencia de lo que eres e hiciste. - El destino va más allá de eso Thomas. - Explícame… - Te pasas toda una vida trabajando y ahorrando, trabajando y ahorrando, y de repente un día te enfermas de la nada y un desequilibrio hormonal atenta con eliminarte de este mundo. Gastas todo el dinero ahorrado en curarte y de repente se acaba y te quedas sin nada. Ahora dime si es o nó un destino cruel con esa persona que se pasó su vida trabajando y ahorrando. - Claro que es un destino cruel, pero es el destino que esa persona se forjó a lo largo de su vida, quizá por trabajar y ahorrar descuido su salud y por eso con el pasar de los años le descubrieron un “desequilibrio hormonal” como dices, el destino no es injusto, nosotros lo hacemos injusto la mayoría de las veces. - Jamás lo vi de esa manera Thomas… - Es lo bueno de interactuar con nuevas personas, siempre aprendemos algo, siempre… -le sonreí y ella me devolvió una sonrisa mucho más preciosa que la mía, seguramente. - Y yo quiero aprender más cosas de ti, así que ya cuéntame tu historia Thomas. - Lo haré, pero antes debo advertirte de que quizá no la cuente tan bien como tu contaste la tuya, esa facilidad tuya con la que me contaste tu historia como si fuese un hecho histórico importante, me gustó mucho. - No importa que tan buena o mala sea tu historia, Thomas, lo que realmente importa es que, es ¡TU HISTORIA! y solo por eso debería ser contada como algo grandioso, como algo que sólo sucedió una vez en este mundo y que ya nunca más volverá a suceder por más que cualquier persona se esfuerce en intentarlo. - Jamás lo vi de esa manera Rachele… - Es lo bueno de interactuar con nuevas personas, siempre aprendemos algo, Thomas, siempre… -y me guiñó el ojo mientras me hipnotizaba con su hermosa sonrisa. - Tienes una hermosa sonrisa Rachele, tú eres hermosa… - ¡Por Dios Thomas!... Que dices… - Sólo la verdad –se ruborizó y su piel empezó a enrojecerse. - A mi se me hace que estas intentado distraerme, para que ya no me cuentes tu historia… - ¿Cómo es que te diste cuenta de eso? - Soy mujer Thomas. - ¿Y eso qué? - Lo sé todo… Jajaja. Supongo que mi segundo intento de seducción fue igual de desastroso que el primero y era algo que no debía dejar que suceda la próxima vez, pero seducir a Rachele era un poco trabajoso, era muy inocente y al menor alago ya estaba con la cara roja y avergonzada. - ¿Lista para escuchar mi majestuoso relato? - Claro que si Thomas, pero antes debo ir al baño… - Entiendo, sigue el camino de mármol y llegaras a los servicios higiénicos Rachele. Se puso en pie y empezó a andar sin no antes decirme que la esperara porque no sabia como regresar del cementerio a la Plaza Tobías de Cartell, y que vaya preparando mi historia. Volví a tocar la lapida de mi abuelo… Cada vez que necesitaba desahogarme, que alguien me aconseje o tan solo contarle a alguien lo bien que me iba en la universidad o con las chicas, venia y se lo decía a mi abuelo, el me respondía, pero no con una voz que podía oír, mas bien con una voz que podía sentir muy dentro de mí… - La conocí el viernes por la noche, luego de un día desastroso y no volví a verla hasta hoy, que me encontró mal… -¿Qué te pasó hijo?- Le di un puñete a Checho delante de mucha gente y lo dejé tirado, lo que pasa es que habló mal de Rachele sin siquiera conocerla y eso no me gustó nada -Bueno, pero te aseguro que tú tampoco conoces a esta chica- Si, tienes razón, no conozco a Rachele lo suficiente, pero no es necesario conocerla años para darse cuenta de que es una buena chica, y estoy seguro de que lo es abuelo –Jamás se llega a conocer por completo a alguien Thomas, no te fíes de ella- ¿Pero qué dices abuelo? ¿A caso tuviste un mal día en el más allá? Y ya no me respondió… ¿Qué me habrá querido decir mi abuelo? ¿Por qué me dijo que no me fiara de Rachele? ¿Será que desde el más allá puede ver cosas que yo no puedo ver? Y de ser eso posible, lo que le hice a Checho no tendría ni perdón, ni justificación. Pero eso no podía ser cierto, se nota que Rachele es una buena mujer y no cualquier chica de diecinueve años tiene como anhelo cambiar a su país para darle igualdad a todos sus habitantes, definitivamente esta vez mi abuelo estaba equivocado. A los pocos minutos Rachele apareció de manera repentina, muy sonriente y alegre… - Soy toda oídos Thomas –esta vez se sentó muy cerca de mí. - Pues bien, no quiero interrupciones Rachele… - Tranquilo que no te interrumpiré. - Érase una vez… - Rachele empezó a reír. - El hecho de que debemos contar nuestra historia como algo espectacular, no quiere decir que la cuentes como si fuese un cuento de hadas, Thomas… - Pero es mi historia y quería contarla así, soy el príncipe de Omsdianna por si lo no has notado. - Está bien príncipe de Omsdianna siga con su hermoso relato –no dejaba de reír. - Érase una vez en una ciudad muy hermosa llamada Omsdianna, el majestuoso nacimiento de un niño extremadamente bello. Sus padres, eran mucho más hermosos que el pequeño, pero con el pasar de los años el pequeño Thomas superó en belleza a Laure Patherson y Andrés Scott, sus padres. Pero jamás pudo superar en belleza a Manuel Patherson su abuelo. Desde muy pequeño el señor Manuel le enseñó a Thomas a jugar futbol y todo eso era a escondidas de los padres del pequeño, puesto que no les gustaba el deporte. Cómo la mayoría de niños de la actualidad, fue criado por su abuelo mientras que sus padres se pasaban el día entero trabajando. Tuvo todo lo que quiso; juguetes, ropa, comida rápida, todo lo que pedía sus padres le daban, con excepción del tiempo. Para él, el tiempo era algo que disfrutaba con su abuelo y amigos de la escuela. Volviendo a lo del futbol Thomas era muy talentoso, por eso desde los 11 años perteneció a las divisiones menores de Los Diablos Rojos, su mayor sueño era llegar a ser un gran jugador de futbol como su abuelo, pero todos sus sueños terminaron cuando el falleció, ya nadie lo apoyaba y sus padres lo obligaron a elegir una carrera profesional, si ya no quería dedicarse al futbol. Me gustaría decir que Thomas vivió feliz por el resto de su vida, pero no fue así, con la muerte de su abuelo se murieron todos sus anhelos y nunca más volvió a patear un balón de futbol… - Ahora comprendo porque la noche del viernes me dijiste que eras el típico joven de ciudad que renegaba de estudiar. - No es lo que quería, pero es lo que me toca… - ¿De verdad eras buen jugador de futbol? ¿O sólo te sobrevalorabas como con tu belleza? - Lo era de verdad, desde los once años hasta los dieciocho años gané muchos premios y trofeos, tanto grupales como individuales… Pero me deshice de todos ellos… - ¿Por qué? Estoy segura de que a tu abuelo le hubiera gustado que siguieras con tus sueños y que los cumplas… - Hace más de tres años no pateo un balón de futbol, ya es muy tarde para volver a empezar… - Nunca es tarde cuando de verdad se quiere hacer algo Thomas. - Quizá tengas razón, pero mi época de joven estrella de futbol ya caducó, ni siquiera voy a los partidos de mi hermano, ni siquiera veo futbol en la televisión, el futbol murió para mí… - Me parece que es demasiado autocastigo el que te estas dando Thomas, pero bueno ya es cosa tuya… - Lo es… - Hay algo que no entiendo, ¿Cómo es que tu hermano practica futbol si a tus padres no les gusta el deporte y tu abuelo ya no esta con vida para enseñarle o apoyarlo? - Cuando mi abuelo murió, yo quedé destrozado y mis padres pensaron que si me apoyaban en lo que me gustaba quizá volvería a ser el de antes, pero no fue así, ahora ellos van al estadio con mi hermano, van a sus partidos y lo apoyan en todo lo que tenga que ver con el deporte… Hasta mi madre dejó de trabajar para dedicarse a la casa. ¿Por qué esperaron a que muriera mi abuelo, para recién apoyarme? - A veces las personas están cegadas toda su vida, hasta que llega un día en el que un suceso grave les abre los ojos y les deja ver por fin todo lo que se perdieron… - Eres una mujer muy sabia Rachele… Tienes las palabras precisas para el momento preciso… - Solo te enseño lo que aprendí de mi abuela en Ahoskie, Thomas. Es una mujer muy sabia, ha vivido mucho… -me acerqué a ella y le corté las palabras con un largo beso, ella se dejó llevar por el momento y de un instante a otro desaparecimos de la faz de la tierra, para aparecer en cualquier rincón del infinito universo, donde solo estaríamos ella y yo.
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