Cuando llegamos a la cafetería de Thalía y sus hermanos, ellos ya estaban cerrando su local. Ya era la una de la tarde menos veinte minutos y Checho seguía sin desayunar.
- ¡Hola chicos! –los saludé a todos y ellos respondieron muy contentos en coro– Checho –me dirigí hacia mi gran amigo– ellos son ahora mis cuatro hermanos adoptivos, Clark –el se acercó a checho y le dio la mano muy alegre, y así de alegres también se acercaron a presentarse Jon, Steven y Thalía, quien se había puesto muy roja.
- ¡Ya los recordé! –mencionó Clark muy efusivo– Ustedes son los que pelearon el martes fuera de la sala de conferencia de la universidad.
- No creí que aquel puñete que me tiraste –me dijo Checho– nos iba hacer tan famosos.
- ¿Cómo es posible que dos grandes amigos se pelearan? – preguntó Thalía.
- Bueno, ya no importa -Checho me abrazó riendo– solo fue un mal entendido y déjenme decirle que yo amo a Tom –me besó la mejilla y los muchachos explotaron en risas.
- Pobre de Rachele –comentó Steven– ahora no sólo es Jon, sino también el mejor amigo de Thomas…
- JAJAJA… Sólo espero que tú no termines loco por él, hermanito –le dijo riendo Clark a Steven mientras lo abrazaba, todos nos reíamos, éramos jóvenes y disfrutábamos de nosotros mismos como nadie nunca lo había hecho.
- Checho es como mi hermano –empecé a decir– y ya que ahora ustedes son mis hermanos adoptivos, creo que él también podría convertirse en hermanos de ustedes ¿No?
- ¡No! –saltó a decir Checho, interrumpiendo el si que los muchachos empezaron a decir.
- ¿Por qué no? –le pregunté.
- Porque si me convierto en hermano de ustedes muchachos, ya no podré salir con su hermanita –observó a Thalía con su mejor sonrisa, intentando ser sexy.
- Pero que aventado tu amiguito he Thomas –me dijo Thalía, mientras se acercaba a Checho– No me gustan los chicos aventados ni bromistas –le dijo sin más ni menos, mientras que yo y sus hermanos nos reíamos de la cara de Checho– por cierto, ya tengo enamorado– sentenció antes de irse y dejar a mi buen amigo como un reverendo idiota.
- Thomas… -me dijo en voz baja mientras me agarraba de la mano- ¡Que me enamoré! –gritó muy efusivo.
- Suerte Checho –le dijo Clark– a mi hermanita la han intentado conquistar muchos y nadie ha podido.
- Con excepción de su enamorado, claro –le respondió algo cabizbajo a Clark, él y sus hermanos se reían y nosotros no sabíamos porque lo hacían.
- Su último enamorado lo tuvo hace como tres años –le aclaró Jon.
- ¿En serio? –preguntó Checho, los tres asintieron– ¿Entonces porque me lo dijo?
- Por la misma razón que se lo dice a todo chico que la quiere conquistar, para que se alejen de ella… -Clark fue quien le habló esta vez– Si quieres conquistarla tendrás que ser paciente y muy caballero –lo abrazó por el hombro y le alzó la vista a Steven, el sacó su celular y se puso a buscar algo en el; luego de unos segundos le mostró el celular a Checho– sino terminaras como él, es el idiota que hace tres años jugó con mi querida hermana –Checho se ruborizó, como si lo que hubiera visto fuese algo desgarrador.
- ¿Ustedes me ven con cara de pendejo? –les preguntó Checho, y ellos asintieron– Tom, diles que soy muy serio en mis relaciones por favor.
- Por supuesto –empecé a mentir– Checho es un buen hombre, jamás a jugado con una mujer.
- Eso esperamos Checho –le dijo Clark.
- Así será futuro cuñado –le dijo bromeando– por cierto, ¿No tendrán algo que les sobró de comida? Aún no he desayunado.
- Claro, pasa y vemos que hay –le respondió Clark– Pasa Thomas y mientras Checho desayuna, yo y mis hermanos sacamos las cuentas de hoy para luego ir a almorzar con nuestro abuelo.
- Yo quiero pedirles un enorme favor a ustedes –les dije.
- Pues nos lo dices dentro –volteó a mirar a sus hermanos– terminen de cerrar el local.
(…)
Checho y yo estábamos sentados en una de las mesas, mientras Jon y Steven ya habían cerrado el local; Clark estaba en otra mesa haciendo uno apuntes mientras que Thalía se acercaba con el desayuno para Checho.
- Te traje jugo, con unas tostadas y tortillas –le dijo Thalía a Checho muy seria.
- Muchas gracias por la buena atención bella dama –fue la tonta respuesta de Checho, yo me aguanté la risa, pero Thalía no pudo.
- Eres todo un niñote –le dijo antes de retirarse a la mesa donde estaban sus hermanos.
- ¿Oíste eso Tom? -me susurró – Cree que soy un niñote.
- Estas actuando como uno –le respondí encogiéndome de hombros– Sólo se tú Checho, ese chico que siempre hace reír y que siempre esta para quien lo necesita, y te aseguro que ella se enamorará de ti…
- La única que me ha choteado es Martha –se acercó un poco más a mí– y te aseguro que a Thalía en unas dos semanas la tendré aquí -me señaló su mano derecha abierta, yo sólo me reía, mientras él ya estaba comiendo– y ¿Qué pasó con Martha? –me preguntó sin más ni menos.
- Anoche me llamó después de que tu llamaste y fue Rachel quien le contestó –Checho casi se atoró con la tostada Y desde la otra mesa nos miraron asustados– está tan rico que no dejó de meter comida en su boca y se atoró -les dije, y enseguida volteé a Checho– Martha le dijo a Rachele que el martes nos acostamos –Checho volvió a atorarse- y ella se enojó conmigo, pero hoy en la mañana ya solucionamos el problema y estamos bien.
- ¿Te acostaste con Martha? –asentí– No sabes como te envidio mi buen amigo.
- Puedes quedarte con ella si quieres, ya la bloqueé de todo, no quiero saber nada de ella…
- Yo jamás me metería con una chica que estuvo contigo y lo sabes, además –miró hacia la mesa donde estaba Thalía creo que ya me enamoré… -esto último lo dijo suspirando como un idiota.
- ¡No! –expresé muy efusivo- ¡¿Tú enamorado?!
- Aunque suene irónico, así es Tom.