•❈•CONTACTO•❈•

1110 Words

—Bastiaan, no tienes que explicarme nada —trató de usar su voz más calmada—. Solo tenías que decirme que venías a Milán a verte con una chica, créeme que lo hubiera entendido perfectamente. «Y la maldita casualidad de que es mi amiga», pensó y sin mirarlo dio la vuelta para seguir con su camino. —Es cierto, vine por una chica —Bastiaan le confirmó tomándola de la mano, el silencio se hizo presente por algunos segundos que parecieron una eternidad—, y esa eres tú. No entendía el porqué de aquellas palabras le desgarraban el corazón, al mismo tiempo que lo hacía palpitar con esperanza. Cerró los ojos, respiró profundo y con el torso de la mano se limpió las lágrimas. Agradeció que la luz de la calle era baja, no quería que la viera llorar. —Ya no importa, Bash —Cara se giró y se enco

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