Antonella le pidió ayuda a los tipos que vigilaban los accesos al edificio, ella solo les dijo que era su novia, y que lamentablemente Nathan había bebido mas de la cuenta, ambos amablemente la ayudarían a subirlo, pues él estaba profundamente dormido.
Anto se preguntaba ¿qué cantidad de alcohol había bebido? Para terminar en aquella situación, dejándolo frágil ante las cosas que podrían haberle sucedido.
— Solo déjenme quitarle el cinturón.
Antonella se inclinó y desajusto el cinturón del auto para poder liberar a Nathan, el de pronto respiro profundo y se abrazó a ella, sin poder evitar decir entre balbuceos lo mucho que la extrañaba.
— Esto.. Esto es... lo que mas.... extraño, ese dulce aroma de flores que tiene ella, ¿por qué me hizo esto?
Antonella parecía confundida, no sabía que decir, así que solo intento quitar los brazos de Nathan que le impedían alejarse para que los chicos de seguridad le ayudaran a subir con él.
— Necesito que me sueltes para poder subirte a tu apartamento y recostarte en la cama.
Nathan pareció quedarse nuevamente dormido y fue ahí que los hombres lo subieron sin problema, ambos eran muy altos y robustos, parecían no tener problema, Nath era alto, delgado, pero musculoso, pues cuidaba su físico, salía a correr todas las mañanas, iba al gimnasio con regularidad.
Antonella les pidió colocarlo sobre la cama, ella no conocía muy bien el lugar, solo había acompañado en una ocasión a Nathan que le mostró su hogar, el que según él pronto utilizarían como su nido, deseaba unirse a ella, casarse con esa preciosa mujer, pero lamentablemente había caído en un juego de habladurías, quizá al ser un joven que no tuvo una buena infancia desconfiaba a la menor provocación.
— ¿Necesita algo mas señorita?
Preguntaba uno de los dos hombres, Antonella les dio un par de dólares por agradecimiento al haberla ayudado, para ella sola habría sido imposible bajarlo siquiera del auto.
— Les agradezco mucho por lo que hicieron, de verdad estamos en deuda con ustedes, solo me quedaré a cuidar de mi novio, me aseguraré que duerma hasta mañana.
Los tipos salieron felices, habían ganado un dinero extra que muy bien les hacía.
Antonella le quito los zapatos a un Nathan profundamente dormido, desajusto su camisa y se deshizo de ella, lo dejo con solo la playera ligera color blanco bajo la camisa de botones, le quito el cinturón, las calcetas, el reloj, lo dejo tan cómodo como pudo, no podía colocar una pijama, solo imaginar tener que desnudarle hacía que su rostro se pusiera tan roja del rostro.
Anto preparo un poco de comida, era tarde, un simple desayuno de huevos, tocino y fruta lo esperaría en la cocina, pidió por una plataforma de comida algunas cosas que Nathan agradecería tener al despertar, como un par de píldoras para el dolor de cabeza a causa de la resaca, un poco de hidrolitos para beber, las sales y energéticos le vendrían muy bien, dejo todo listo y una nota con las indicaciones para él, sabía que quizá no recordaría que estuvo ahí, ni siquiera como llego a casa, y eso estaba bien, no era necesario, ya bastantes problemas tenían como para que se complicaran si él pensaba algo negativo de aquella simple ayuda.
Antonella sin poder evitar comenzó a realizar limpieza en aquel lugar, Nathan vivía solo, no se preocupaba mucho por la limpieza y el orden, claro, no era un hombre sucio, pero había algunas prendas encima de la lavadora, Anto las puso a lavar y secar, dejo completamente en orden el frigorífico, las alacenas, toda la cocina estaba impecable y colocado en su lugar cada uno de los productos, la sala tenía ahora un aroma a limpio y fresco gracias a un aromatizante que ordeno con las cosas que había pedido de la farmacia.
Pero se hacía tarde, o mas bien temprano, casi amanecía, faltaban un par de horas y ella tenía que ir a descansar un poco antes de ir a la compañía.
Fue a ver a Nathan por última vez, el aún dormía a placer, Antonella le cubrió con una manta y sin poder evitarlo beso su mejilla, deseaba tanto abrazarle, besar esos labios que ahora estaban tan relajados, ese rostro que parecía incluso angelical, cuanto lo amaba, pero la vida era injusta con ella.
— Espero que te sientas mejor por la mañana.
Dijo Anto al despedirse de él.
Camino hacia la puerta y coloco las llaves sobre la mesita de centro, cerro con el seguro por dentro y bloquear la puerta al salir.
Antonella habría deseado quedarse a cuidarlo toda la noche, pero no sabía en realidad cuál seria su reacción al despertar si la veía en su apartamento, no deseaba experimentarlo, así que mejor se fue antes que despertara.
— ¿Se va señorita?
Antonella les agradeció nuevamente a los hombres que la ayudaron a subir a Nathan, y les pidió un último favor.
— Si llegase a haber algún problema podrían llamar.
Ambos asintieron y tomaron su tarjeta, era Doctora pensaron ambos, claro que llamarían en caso de emergencia.
— Muchas gracias de nuevo, ahora iré a descansar un poco, hay que trabajar mañana.
El taxi de plataforma llego y llevo a Antonella a su apartamento, estaba agotada, pero aliviada de saber que Nathan descansaba en su hogar a salvo de cualquier peligro.
Se dio una ducha y se recostó en su cama, aún pensaba en él, recordaba la fragilidad con la que lo podía ver, se preguntaba que era lo que había sucedido entre ellos, ¿en qué momento las cosas se fueron al diablo de esa manera? Eso era algo que solo Nath sabía, no podía obligarlo a decirle lo que pasaba, el dejo claro que no deseaba saber mas de ella, y Anto lo respeto, aun que sabía que era injusto.
Sus ojos se pusieron tan pesados que rápidamente termino quedándose dormida, estaba cansada y no podía faltar a su trabajo, sobre todo porque antes de ir a la compañía quería pasar a ver a su abuela, abrazarla, llenarla de besos y decirle cuanto la amaba, era muy duro saber que quizá la tendría por poco tiempo, así que aprovecharía el que tenían juntas.