KATRINA

1013 Words
Me subo a la camioneta una vez que mis hermanos ya lo han hecho observando por la ventana a la preciosa rubia que acaba de darme el mejor sexo de mi vida, ella simplemente me sonríe antes de darse la vuelta comenzando a subir las escaleras al tiempo que la camioneta se pone en marcha. - Por Dios – dice Antonio sentado en el asiento del copiloto mientras Santiago me entrega la carpeta y el IPad con la información sobre el trato con los Sokolov – vieron a la diosa que Nikolay tiene como esposa. - Esa mujer es... - dice Santiago suspirando al igual que Antonio – simplemente no hay palabras para describirla. - Me enamore – comenta Antonio – se los juro - Es la reina de este infierno – respondo observando los documentos – ella debe ser un auténtico demonio. Tiene un aura y presencia imponente, una que inspira respeto y temor. - Creí que era el único que lo había notado – responde Santiago haciéndome reír – otra mujer bellísima es Inna – levanto la mirada observándolo y sonrió. - ¿la disfrutaste? – pregunta Antonio volviéndose a verme riendo travieso. - No sé de qué hablan – respondo volviendo mi atención a los documentos. - Te vimos cuando la tenias contra la pared follandotela – responde Antonio haciéndome enojar, por lo que le doy una patada a su asiento. - Voy a casare, ¿lo recuerdan? – pregunto cambiando de tema – pero esa mujer es un puto ángel. Cambiamos de tema lo que resta del camino, pero en ningún momento esa rubia sale de mi mente. Al llegar al hangar veo que el avión ya está listo para nosotros, por lo que subimos, pero a diferencia de cuando llegamos esta vez siento que no debería irme. Cuando estamos a la altura indicada, tomo el iPad para llamar a mi prometida. - Hola amor – responde ella viéndome con ternura del otro lado de la pantalla y por alguna razón eso me hace sentir como un imbécil. - ¿estabas dormida? – pregunto sonriendo a lo que ella me responde igual. - Esperaba tu llamada – responde sin más y por un instante la comparo con Inna. Laura Valencia, es muy hermosa. Castaña, de ojos cafés y un aura de ternura que me enloquece. Por el contrario, Inna Pavlok es la tentación de todo hombre, rubia natural, ojos grises que te hipnotizan, rostro de muñeca y posee un aura de lujuria inigualable, al menos para mí. Respiro profundamente antes de comenzar hablar con ella de temas triviales y de la boda, hasta que veo que se queda dormida. Corto la llamada viendo a mis hermanos dormidos también, por lo que decido descansar ya que al llegar a Madrid todo será una locura con la boda. Cuando cierro los ojos el recuerdo de lo que sucedió viene mi mente haciéndome despertar de golpe con una férrea erección que me incomoda, por lo que me pongo de pie caminando al baño donde comienzo a masturbarme tratando de bajarla, pero me es imposible y más cuando el recuerdo viene a mi mente. Así que cuando aterrizamos estoy furioso y frustrado, al bajar del avión veo que ya nuestros autos esperan, por lo que me subo al mío conduciendo a gran velocidad hasta que llego al apartamento de Laura, donde entro yendo directo a su habitación donde la veo plácidamente dormida. Respiro profundamente desnudándome, me subo a la cama cerniéndome sobre ella, la acuesto boca bajo haciendo a un lado su braga antes de penetrarla de golpe. - Sebastián – jadea ella de golpe, pero yo no me detengo. Por el contrario, la tomo de la cintura penetrándola fuerte tratando de calmarme, pero Inna viene a mi mente haciendo que pierda el control – despacio, amor. - Lo siento – respondo tomándola del cabello fuerte arqueando su cuerpo – lo necesito. - Me lastimas – dice ella suplicante haciéndome sentir como un imbécil, pero lo que siento me supera, por lo que con una de mis manos cubro su boca aumentando mis embestidas hasta que me corro dentro de ella. Me dejo caer a su lado sintiéndome mal por lo que hice y más cuando veo los ojos de Laura húmedos. - Lo siento – digo viendo que se sienta sobre la cama cubriéndose con una sábana. - Recuerda que seré tu esposa, no una puta – dice molesta poniéndose de pie, se vuelve a verme visiblemente molesta lo que por primera vez desde que la conozco me hace cuestionarme si será buena idea casarme con ella – quiero que tengas muy presente esa GRAN diferencia. – sin más camina hacia el cuarto de baño a darse una ducha dejándome muy confundido. Cuando amanece ella sigue molesta conmigo, pero trata de disimularlo cuando llegamos a casa de mis padres donde mi familia ya se encuentra reunida desayunando en el jardín y entonces la veo, la segunda mujer más importante en mi vida. Katrina Rivera, ella se vuelve a verme con sus inigualables ojos azules tan parecidos a los de nuestra madre. Ella al verme se pone de pie corriendo hacia mí y yo la recibo gustoso, hace cuatro años no la veía. - Al fin legas – digo besando su mejilla feliz de tenerla aquí. Me aparto un poco detallándola. ya no es una adolecente, por el contrario, es una bellísima mujer que nos dará muchos dolores de cabeza. - Necesitaba llegar a vuestro nivel – responde ella sonriendo desviando la mirada a Laura enarcando una ceja – Katrina – se presenta mi princesa, aunque noto que mi prometida no le cayó muy bien. - Laura Valencia – responde ella observando a mi hermana de una forma que no me gusta mientras mi hermana se vuelve a verme enarcando una ceja antes de volver con nuestra familia. – es muy hermosa. - ¿pasa algo? – pregunto notando la forma en la que Laura la observa. - No creo que le haya caído bien – responde y yo asiento con la cabeza.
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