2.

1521 Words
Alessio. —Quiero el piso completo solo para mí y mi esposa. Pagaré lo que sea que cueste esa condición, pero no quiero más pacientes ingresados en este nivel. Mis hombres rodearan todo el lugar y yo permaneceré con ella siempre— le di órdenes al médico que nos atendió. —No creo que usted pueda estar todo el tiempo con ella, eso se escapa de mis manos ante ciertos protocolos de salud— me llevó la contraria. ¿No sabía que a mí nadie me decía que no? —¿Cómo le explico para que me entienda? Con dinero se puede todo. — me bastó esa sola frase para que asintiera rápidamente y con unos cuantos pasos que di hacia él para intimidarlo, accedió. Abrió la boca para hablar pero, no articuló palabra alguna. ¿Era mudo ahora? —Quiero verla — ante su silencio, le dije de inmediato. El diagnóstico que me había dado no era nada bueno, y claro, era mi culpa. —Solo unos minutos. Usted deberá bajar conmigo para firmar unos cuantos documentos — me hizo saber. Asentí simplemente, solo quería verla. Dos de mis escoltas se movilizaron conmigo cuidando de mi espalda, mientras nos desplazábamos por el largo pasillo hacia la habitación donde la tenían internada. Lentamente abrió el doctor la puerta, pero su reacción fue muy rápida cuando la vio quitándose los aparatos. —Usted no puede hacer eso, señorita— de inmediato la regañó. —¡No quiero estar aquí! ¿Qué me pasa? ¿Qué sucedió? — con cierto pánico habló desesperada. Caminé hacia la camilla y traté de tocarla pero no pude. Me impedía mi yo interior hacerlo. —Todo estará bien, tranquila. Necesitas reponerte y para eso tienes que durar aquí unos días. Estoy contigo— traté de brindarle seguridad pero su mirada fue muy cínica. —No me digas, estás conmigo? Tu nunca has estado conmigo— ni enferma, ni delante de la gente dejó de continuar con lo mismo. El doctor me miró. —Son problemas matrimoniales, usted sabe..— traté de disimular lo mejor que pude. —Podría decirle por favor doctor, todas las cosas por la que tiene que trabajar ahora para volver a estar saludable. Y que así sea consciente de por qué debe permanecer aquí hasta que mejore— me dirigí hacia él. —Señora Osman, usted está muy delgada, ¿cuánto tiempo tiene que no come? Dígame algo, ¿quería bajar de peso y por eso dejó de comer? — ella bajó la mirada ante la pregunta. —No me apetece comer— apenas respondió. —Usted se encuentra totalmente deshidratada, está amarilla, demacrada y a falta de un montón de vitaminas, incluyendo el hierro. Una de las más vitales. ¿Cuántos mareos no le dieron? ¿Cuántas veces no le dolió la cabeza? Tiene disminución de la libido, desequilibrio hormonal y pérdida de densidad ósea. Tenemos mucho trabajo por hacer, señorita. Su defensa está por el suelo, ¿sabe que si contrae un virus gripal incluso de esa pequeñez, usted podría morir? Su sistema inmunológico no funciona en estos momentos, ¿sabia? — Me afectaba en llano lo que pudiera pasarle si no mejora. Haré todo lo posible para que pueda recuperarse pronto. —Voy a necesitar por eso que se lave las manos cada vez que vaya a tener contacto con su esposa, por favor. No quiero que contraiga una bacteria, sería muy peligroso en su estado, Señor— No hice más que asentir. A penas la podía mirar, nunca la toco. En nuestra boda fue el único momento en el cual pude varias veces aprovechar la ocasión para tener tacto con ella, pero nunca más. Todo ha sido tan complicado, sin embargo, eso no significa que no quiero hacerlo. Muero por acariciar su piel. —Lo voy a dejar solos unos minutos para que hablen, sé que está preocupado por su esposa. Vendré a buscarlo para la firma de documentos y para la realización de la receta. Las enfermeras vendrán a aplicar los medicamentos cada cierto tiempo. Trate de que su traviesa no se quite los aparatos, o nunca se sanará y me imagino que no quiere eso— le dedicó una sonrisa a mi mujer. —¿Es usted pediatra también, cierto? — Gemma le preguntó. Sus labios formaron unas curvas como si quisiera sonreírle. — Así es. Es usted una paciente muy observadora, así me gusta, con ánimo. Ya verá como mejorará pronto, ya regreso— el médico finalmente se marchó. Regresé la mirada a ella. Sus ojazos verdes me correspondieron la mirada. —¿Para qué me trajiste aquí? — me preguntó. —¿Por qué dejaste de comer? — le cuestioné. —Ya te lo dije, no quiero estar contigo y si eso implica morirme, valientemente lo haré — su respuesta lo fue todo. —Es pecado tentar con acabar con nuestra vida— emití. Ella negó con la cabeza. —Qué cínico eres. Lo que no es pecado es que tu si quites del medio a quien te da la gana, ¿no? Así como lo tenías planeado hacer con mis padres si no me casaba contigo. Pero bueno, como tú no eres pecador por eso, anda y mátame tu, así no peco yo tentando contra mi vida— Tragué. —Tú no puedes morir. Además, yo sería incapaz de ponerte la mano, Gemma. ¿No te has dado cuenta de que las veces que he estado en casa, nunca te he obligado a hacer nada conmigo? — la puse a pensar mirando sus ojos cristalizarse. —¿Qué tipo de demonio eres? — fue su contesta. —Uno que te quiere con él. — le respondí. —Nunca me tendrás, nunca. — repitió con fuerza. —Claro que sí. Ese odio que sientes por mí se irá. — no sé cómo llegué hasta aquí, pero tan solo sé que desde la primera vez que la vi, nunca más la olvidé. —Para eso tendría que perdonarte todo lo que me has hecho sufrir y eso te costaría la vida y todavía me quedarías debiendo— pero tanto rencor y odio como hombre me hería. Si, de ella sí. —No creo que cueste tanto, pero si un día me tocase, con lo que sucederá entre tú y yo, claro que te pagaría con mi vida. Me vas a perdonar aunque me cueste el alma , Gemma— ¿A qué se refiere Alessio? ¿Cuáles cosas habla? … Narra Alessio. Cuando finalmente terminé de llenar todos los documentos que se requerían en la clínica, subí a la habitación nuevamente. Cerré la puerta muy despacio detrás de mí. Caminé hasta la camilla adentrando mis manos en los bolsillos de mi pantalón y cuando estuve muy cerca de ella entonces suspiré sintiendo un nudo en la garganta. Era preciosa. Dormía con sus facciones relajadas, pero sabiendo en el fondo que en realidad no estaba relajada. Los medicamentos habían hecho su efecto, noqueándola por completo tal vez hasta mañana. —¿Como te explico por qué te escogí como esposa? — susurré muy bajo sintiéndome totalmente atraído por ella. Aprovechando que estaba dormida, por primera vez en un año me atreví a acariciar su cabello. El mismo que me había estado tentando las veces que la veía. Sus rizos largos cobrizos eran preciosos. Tenía una hebra suave, fina y definida. Contaba con una cabellera extensa, que le bajaba por los hombros y descansaba sobre sus senos. Su raíz era casi tirando a rubio, como sus pestañas, las tenía largas y pobladas como sus cejas. —¿Cómo pude llegar a tanto? ¿En qué momento creí que cuando regresaría todo sería fácil? ¿Cuándo me volví tan egoísta y vanidoso? — me pregunté a mí mismo mirándola sin desviar mi mirada un solo segundo de su rostro. Recordaba sus palabras y no logro saber cuando me sentí tan mal por lo que me dijera alguien, hasta esta mañana donde ella se desahogó conmigo. Soy el culpable de todo, lo admito. La primera vez que la vi, lucía rosada, en su piel demostraba de cuánta salud gozaba. Desfilaba del brazo de su padre en la inauguración de su empresa y quedé embobado. Bueno, simplemente no había visto tanta vida en un ser. Cegaba con tanta luz y la apagué. Tenía tremenda sonrisa y se la arrebaté. Acabé con tremendo cuerpazo sin ponerle dedo encima, la destruí. —Tengo sed— con los ojos cerrados dijo muy por debajo. No sabía si estaba despierta o dormida en su totalidad pero de inmediato tomé el vaso encima de su mesa y le di de tomar. En ese momento sus grandes ojos verdes miraron fijamente a los míos, y me di cuenta de que nunca había estado tan cerca suyo sintiendo incluso su respiración. —Qué bueno que despertó— el doctor entró a la habitación. Caminó hacia nosotros y con su tabla en mano, empezó a anotar unas cuantas cosas. —Necesito saber algo señorita Gemma, ¿tiene usted sospechas de estar embarazada? — esa pregunta me erizó la piel.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD